Un 12 de Octubre para reflexionar

Editorial

12 de octubre 2024 - 03:05

La Fiesta Nacional se celebra también este año bajo el signo de la normalidad y la estabilidad social y de la crispación y la tensión extrema en la política. Parece que ese es el signo de los tiempos que vivimos y que evidencian un abismo cada vez más profundo de desconfianza y hastío entre el conjunto de los ciudadanos y los llamados a representarlos y a velar por sus intereses. España es una realidad en la que más de 47 millones de personas luchan cada día por mejorar sus condiciones de vida, dentro de un clima de normalidad y seguridad. Lo que les llega desde la política es un ruido infernal en el que los improperios han sustituido a los argumentos y lo que menos parece importar son los debates sobre los problemas reales que afectan a las personas. La conmemoración del 12 de Octubre, en el que España evoca la gesta histórica que la proyectó al mundo, es una buena ocasión para reflexionar sobre el deterioro que ha sufrido en los últimos años la calidad del sistema democrático. Es cierto que la fragmentación parlamentaria surgida de las elecciones de 2023 ha dado lugar a una situación de alta inestabilidad. Los pactos fraguados por el Gobierno para garantizarse estabilidad han violentado límites que se pensaban infranqueables y que han afectado a las bases mismas de la democracia. Pero también lo es que en este marco ni el Gobierno ni el principal partido de la oposición están haciendo un trabajo a altura de estas circunstancias. En la semana que termina todos estos problemas se han puesto de relieve con una crudeza inusitada. Desde las mentiras de la ministra portavoz en la sede del Consejo de Ministros hasta la torpeza absentista del PP en el tema de las condenas a etarras hemos asistido a un espectáculo indigno de una ciudadanía que lo soporta con tremendo estoicismo. España se merece una política mejor y ya es hora de que la tenga.

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