El año del muro

Editorial

24 de julio 2024 - 03:05

El año transcurrido desde las elecciones generales del 23 de julio de 2023 ha sido un periodo en el que la política española ha mostrado a los ciudadanos su peor rostro. Los ajustados resultados que arrojaron las urnas, lejos de propiciar la búsqueda de grandes acuerdos entre los dos partidos sistémicos, supuso una radicalización de los postulados de ambos. Pedro Sánchez no dudó ni por un momento que su permanencia en el Palacio de la Moncloa pasaba por endurecer una política de bloques que aislara al PP y lo arrojara en brazos de Vox. Le salió bien la jugada de adelantar las elecciones tras su fracaso en las locales y regionales del 28 de mayo. El PP se equivocó al afrontar la campaña de las generales en plenas negociaciones con Vox en ayuntamientos y autonomías. El resultado es que Sánchez se vio con manos libres para fraguar un acuerdo de investidura con los partidos separatistas que supuso, entre otras cosas, la amnistía para los condenados y fugados por la intentona de octubre de 2017 en Cataluña. Abrió una deriva cuyos efectos se siguen sintiendo hoy en el trato preferente que el Gobierno va a dar a Cataluña en el ámbito financiero y fiscal. Desde su primer discurso en el Congreso, Sánchez dejó claro que iba a levantar un muro entre los dos bloques que, según él, habían dibujado las elecciones: PP y Vox, por un lado, y todos los demás, encabezados por él, por el otro. Doce meses después, no se puede negar que esa ha sido la base de su acción política. El país está cada vez más dividido y crispado y, tras la excepción impuesta por la UE en el Poder Judicial, la brecha entre PP y PSOE parece cada vez más profunda. La responsabilidad principal hay que buscarla en la forma de gobernar de Pedro Sánchez, pero tampoco Alberto Núñez Feijóo ha hecho nada por romper esa dinámica que ha conducido a la política española a un callejón de difícil salida.

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