Editorial
Más que el sepelio de un Papa
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El sector financiero ha obligado a Donald Trump a dar marcha atrás en su alocada guerra comercial con China tras decretar la tregua con el resto de países a los que impuso una tasa básica. EEUU aún mantiene unos aranceles “insostenibles” con el gigante asiático, como ha reconocido ante los inversores el propio Scott Bessent, el secretario del Tesoro de Estados Unidos que lidera su equipo económico. Pero al contrario de países como los de la UE, Canadá y México, que optaron por la prudencia y la negociación para ver hasta qué punto se trataba de un nuevo amago de Trump para obtener concesiones, como sucedió en su primer mandato, China no se avino a sus exigencias y subió los aranceles a todos los productos de EEUU como represalia. Esta determinación no ha tardado en ofrecer sus frutos a la vista de la rectificación del presidente norteamericano, forzado por la caída en picado de su popularidad y la ralentización de la economía de su país. El líder republicano ha confirmado en las últimas horas que rebajará “sustancialmente” las tasas a los productos procedentes del gigante asiático tras llevarlas en su pulso con Pekín hasta un máximo del 145%.
Las señales de alarma emitidas por los mercados han sido tan evidentes que incluso le han llevado a rebajar el tono, toda vez que el Gobierno de Pekín, animado por su fortaleza tecnológica y la buena respuesta interna, ha dejado claro que no se dejará intimidar. El presidente Xi Jinping sólo negociará desde el respeto mutuo y si EEUU rebaja la presión. Y el tiempo empieza a ser oro, porque el Fondo Monetario Internacional, tras analizar el impacto del conflicto arancelario iniciado por Trump sin criterio alguno, ha alertado de un frenazo en las economías más potentes del mundo. Si caen las previsiones de crecimiento de países como Alemania, Francia, Italia y la propia China, por poner ejemplos significativos, los mercados norteamericanos no lograrían mantenerse a flote durante mucho tiempo, como es de cajón. Parece que por fin la Casa Blanca empieza a entender cómo funciona la economía global.
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