Francisco Arroyo

Desafíos del mercado laboral

La tribuna

12006331 2025-04-23
Desafíos del mercado laboral

Las relaciones laborales y las int eracciones entre empresarios y trabajadores, a diferencia de lo que sucede en otros marcos contractuales, cuentan con un elemento característico que las definen: están siempre vivas, no son estancas. Sus dinámicas y necesidades evolucionan cómo evoluciona la vida y las legítimas aspiraciones humanas, estando sujetas a un constante proceso de cambio que no sólo obedece a las reformas legislativas, que introducen innumerables obligaciones para el sector empresarial; sino también a fenómenos con origen en nuestra propia naturaleza humana.

Los empresarios y las empresas, generadores de riqueza, agentes fundamentales para el desarrollo de nuestra economía y bienestar, no sólo se enfrentan desafíos de competitividad y rentabilidad de sus inversiones, sino también a inquietudes que han experimentado variaciones durante los últimos años en el ámbito laboral. Según la última Encuesta de Perspectivas Empresariales de las Cámaras de Comercio de Europa, las principales preocupaciones del tejido empresarial español comprenden el incremento de los costes laborales, que no ha cesado desde el año 2018 y que experimentará un aumento aun mayor tras la reducción de la jornada laboral, y la escasez de personal cualificado, entre otros.

Mientras tanto, España no sólo lidera las tasas de desempleo de la Unión Europea, especialmente en el desempleo juvenil, sino que también se consolida como el país con mayor porcentaje de subempleo, y 4 de cada 10 trabajadores a tiempo parcial aspiran a una ampliación de su jornada laboral.

El 72,6% de los empresarios españoles contemplan con temor el incremento de los costes laborales, y lo cierto es que desde el año 2018 el Salario Mínimo Interprofesional ha experimentado un incremento de un 62% (costes empresariales incluidos), si bien no han existido mecanismos que de manera simultánea incentiven la contratación. El fenómeno de la compresión salarial –congelación de estructuras retributivas altas y actualización de salarios afectados por el SMI– es ya una realidad incontestable, y la colaboración real entre empresarios, trabajadores y administraciones se configura como un elemento fundamental para garantizar una transición sostenida hasta los nuevos escenarios retributivos que evite la pérdida de empleo y los efectos negativos en la contratación.

De igual modo, la anunciada reducción de la jornada laboral hasta las 37,5 horas semanales, que afectará al 75% del mercado laboral y sobre cuyos términos no existen consenso entre los agentes sociales, desplegará un efecto inmediato en un alza de los costes empresariales que habrán de ser asumidos por parte del tejido empresarial. Esta medida, no sólo exigirá de un incremento de los parámetros de productividad que permita atender las necesidades estructurales de la Empresa, sino también un aumento proporcional de las estructuras retributivas de los trabajadores a tiempo parcial, lo que a buen seguro desplegará un impacto económico que a nadie extrañaría que dificultara la viabilidad de proyectos empresariales.

Por otro lado, desde el inicio del siglo XXI y hasta la eclosión de la crisis económica derivada por el Covid las tasas de absentismo laboral han permanecido estables y no han alcanzado parámetros que excedieran del 6%. Sin embargo, el incremento que experimentó el ejercicio 2021, aparentemente aislado, aunque lamentablemente estructural, desveló una incontestable realidad que proyecta efectos inmediatos en el tejido productivo y empresarial: el absentismo avanza implacable, y el año 2024 concluyó con una tasa aun mayor que la existente en el ecuador de la pandemia, cuya cifra se situó en un preocupante 7,5%.

La inteligencia artificial traerá la automatización de procesos rutinarios lo que exigirá una redefinición de los roles laborales clásicos, y obligará a una mayor profesionalización y perfeccionamiento de aptitudes profesionales que giren en torno a habilidades humanas, pues es obvio que va a transformar la forma de trabajar y es necesario adaptarse de forma urgente.

Es obvio, los retos laborales emergen velozmente, y los nuevos paradigmas necesitan de una actividad legislativa que permita atender, con sentido, las necesidades de los trabajadores como elementos imprescindibles para el desarrollo de la actividad productiva, pero que también garanticen la viabilidad de los proyectos empresariales, cuya existencia sostiene la viabilidad de nuestra economía y bienestar. Los desafíos para el mercado laboral son exigentes, y no cabe duda de la colaboración fluida entre empresarios, trabajadores y legisladores será fundamental para garantizar un futuro próspero y sostenible, de verdad.

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