Paola García-Costas

El robo del Atún

La tribuna

8173352 2024-08-15
El robo del Atún

15 de agosto 2024 - 03:06

Llega agosto y, con él, la población de Zahara de los Atunes sobrepasa los 60.000 habitantes entre autóctonos y turistas. En invierno no superan los 1.100 entre artesanos, bohemios y pescadores. Muchos, sometidos a los poderes del olvido y el fuerte viento de la mar y, otros, al de la libertad elegida al margen de las agujas del reloj de oficina.

En Andalucía, una región que vive principalmente del turismo, son muchas las poblaciones de las ocho provincias que, como Zahara, sufren esta dualidad en el transcurso del año. Un relato de vida y muerte con los ciclos estacionales: estas localidades nacen, crecen, florecen y se marchitan.

En consecuencia, ¿cuál es a la tensión política y ética latente en el contraste social de municipios minoritarios y empobrecidos que se ven desbordados con la llegada estival? ¿Cuáles son los pros y los contras que ello conlleva para todas las partes: naturales y foráneos?

La teoría general de sistemas es un enfoque de investigación que basa su estudio en la observación global que componen el objeto de estudio. Afirma que un sistema no está de forma aislada, sino que se relaciona con otros y afecta a su comportamiento. Un sistema puede ser cualquier grupo de personas que interactúa entre sí y que están comprometidas a definir sus relaciones recíprocas de acuerdo a determinadas reglas. Las reglas son modelos de interacciones que caracterizan la organización de las relaciones entre los miembros de un sistema, y por eso trascienden las cualidades de los miembros individuales y adquieren las cualidades propias del sistema. La existencia de reglas de relación, debido a las cuales el sistema se configura en su totalidad, garantiza su estabilidad y equilibrio interno (homeostasis). Otra función de los sistemas es la capacidad de transformación y de cambio. Estas dos tendencias logran que el sistema pueda enfrentarse a procesos de evolución y crecimiento y ordenarse sobre niveles más maduros de equilibrio fluctuante y dinámico a través del tiempo.

Por ejemplo, esto podría traducirse en que, en Zahara a unos veraneantes desde niños en la misma, el camarero de toda la vida les cobre este agosto 3 euros por la tostada y el café que, al madrileño, vasco o alemán de la mesa de al lado cobrará a 3,90 euros. Algunos podrán defender que es ético: lo valida la confianza, la libertad del mesero que tiene derecho a elegir cómo atiende a determinados clientes o que, en último término, los niveles de vida de unos y de otros son diferentes. Según la interesante autora Nilda Chiaraviglio, “sólo podemos ver lo que desde nuestra historia de vida (experiencias y formación) ya hayamos incorporado en nuestra mirada acerca de lo que sucede ahí afuera”.

… De acuerdo, hasta ahí podríamos dar por buenos todos estos argumentos. El problema viene cuando la localidad protagonista, la misma que viene a sufrir la ignorancia de los poderes del estado durante el invierno, comienza a morir de éxito en verano y no se da cuenta o no quiere darse. Es decir, esos 3,90 euros por tostada se convierten en un hábito, en una militancia de robo normalizada contra el olvido del resto del año. Y es un robo entendido en el momento en que los desorbitados precios dirigidos al turismo masivo no van acompañados de un aumento de la calidad ofrecida en el género o servicio.

Ahí empieza el sistema a morir de éxito y con ello brota esa extraña animadversión en que todas las partes se necesitan y están contentos a su modo: “¡Estamos de vacaciones en el mejor lugar posible” o “es la época en la que más trabajo y dinero entra en la comarca!”. Y, a la vez, todos están deseando perderse de vista: “¡Qué manera de robar por este plato de atún casi transparente” o “menudo tío pesado que está de vacaciones y ha llamado ya cuatro veces sin darse cuenta de que estamos desbordados atendiendo a gente que llegó antes que él y encima el muy guarro ha tirado la colilla en la playa, mi playa!”.

El artículo científico Análisis de los factores que explican la actitud de rechazo ciudadano hacia el turismo en un contexto de sobre turismo y dependencia económica de esta actividad, de los autores Martín, Guaita y Salinas, reflexiona sobre cómo el carácter caro y orientado al turismo se traduce al aumento no sólo de los alquileres vacacionales sino que va en deterioro de la calidad de vida general. Lo que explicaría la actitud de rechazo del ciudadano hacia el turismo en un contexto de sobreturismo y dependencia económica de esta actividad. Por un lado, muchos turistas vienen a hacer en “casa ajena” lo que no harían en la suya y, por otro, el autóctono cuida de cobrarse el abuso de la que considera su casa y el abandono a la misma por el Estado el resto del año.

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