Inhaladores, entre el impacto ambiental y el uso personalizado
Enfermedades Respiratorias
Sanidad lanzó en febrero una guía para la prescripción sostenible de inhaladores y los expertos piden tener en cuenta las particularidades de los distintos grupos de pacientes

Según un estudio publicado en The Lancet, los hospitales son responsables del 5% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Asimismo, la huella climática mundial de la atención médica es equivalente a las emisiones anuales de gases de efecto invernadero de 514 plantas eléctricas de carbón.
El Ministerio de Sanidad se ha marcado como reto descarbonizar el Sistema Nacional de Salud para 2050. El pasado mes de febrero el Ministerio de Sanidad puso a disposición de los especialistas una guía para la prescripción sostenible de inhaladores en la que recordaba que existen en el mercado diferentes tipos de presentaciones de inhaladores y que no todos contaminan igual. Dos de los más usados son los inhaladores de polvo y de niebla fina. Estos tienen, en la actualidad, una huella de carbono significativamente menor que los inhaladores de cartucho presurizado, por lo que pedían priorizar su uso.
Como respuesta, los especialistas médicos recuerdan que no todos los pacientes pueden usar todos los inhaladores, por lo que piden priorizar el control clínico de las patologías como el asma y la EPOC, además de tener en cuenta los criterios medioambientales. No obstante, el documento del Ministerio de Sanidad también recuerda que cualquier decisión debe hacerse de forma individualizada y consensuada con el paciente, priorizando siempre el criterio clínico y el óptimo control de la enfermedad.
En concreto, Carlos Almonacid, vicepresidente de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) adelantaba que para el próximo septiembre de 2025 llegarán a España nuevos propelentes menos contaminantes que podrían producir hasta un 85% menos de huella de carbono respecto a la de los inhaladores actuales.
Aun así, desde SEPAR matizan que solo menos del 0,04% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero son aportadas por este tipo de dispositivos, mientras que la atención sanitaria derivada de las exacerbaciones de un paciente mal controlado puede ser mucho más contaminante. Siempre teniendo en cuenta los desplazamientos a los centros sanitarios, ingresos hospitalarios, realización de radiografías y uso de más medicación, entre otras acciones que también tienen un alto impacto medioambiental.
Cumplimiento terapéutico y asma
Según los datos trasladados desde Separ, el uso de inhaladores ya presenta una baja adherencia, ofreciendo datos como que solo el 30% de los pacientes con asma cumple con todas las dosis y realiza correctamente todas las técnicas de inhalación. Por ello, de cara a la llegada de nuevos inhaladores hacía hincapié no solo en la importancia de la reducción de la contaminación, sino en que también se tenga en cuenta la necesidad de seguir avanzando en simplificar los tratamientos, que aporten facilidad de uso, reduzcan el número de dosis y puedan incluir varias moléculas en un solo dispositivo. Un paciente mejor controlado, es un paciente que requerirá menor atención médica, lo que también se traducirá en un impacto medioambiental.
Por su parte, desde la Federación Española de Asociaciones de Pacientes Alérgicos y con Enfermedades Respiratorias (Fenaer) insisten en que, más allá del dispositivo, lo fundamental es garantizar la equidad en la atención y el acceso a tratamientos en todas las Comunidades Autónomas. “Al paciente hay que darle la seguridad de que la terapia que le prescriben es la que mejor controla su enfermedad en función de su situación clínica concreta. Esa certeza es clave para su tranquilidad, para una mejor adherencia y para lograr **mejores resultados en salud”, finalizaba Mariano Pastor, presidente de Fenaer.
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