Las vacunas, una herramienta con valor social para reducir inequidades

Más allá de los logros en salud pública, las vacunas representan una conquista social y uno de los recursos sanitarios que más respeto deben despertar a la hora de hablar de equidad en el sistema sanitario público y epidemiología. Quizás las campañas de vacunación globales contra el Covid-19 han contribuido a mejorar la perspectiva de vacunación, pero aún queda camino por recorrer para mejorar las tasas de vacunación y estrategias de inmunización en muchos ámbitos. Así se puso de manifiesto en el XII Congreso de la Asociación Española de Vacunología (AEV), celebrado en Málaga, con la presencia de más de 500 profesionales.

Además, en el ámbito de la investigación, el papel de las vacunas se expande, posicionándose no solo como una herramienta de prevención, sino también como una posible solución terapéutica para enfermedades no infecciosas.

Sobre la percepción social de las vacunas, Rosario Cáceres, copresidenta del Comité Organizador de este encuentro, afirmó que “la vacunación no es una cuestión de creencia, sino de ciencia”. “Las vacunas nos han salvado de la Covid-19, resolvieron el problema de la polio y erradicaron la viruela, y no debemos olvidarlo”, añade.

Abordando también las estrategias de inmunización como un elemento con determinantes sociales, Jorge del Diego, director general de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica, calificó las estrategias de vacunación como “la base de la resiliencia del Sistema Nacional de Salud”, y defendió iniciativas recientes como la vacunación escolar en campaña antigripal o el desarrollo de la labor del farmacéutico en la información sobre vacunación en la farmacia comunitaria.

De este modo, es esencial diseñar estrategias inclusivas que consideren las necesidades de los grupos más vulnerables. Así, el acceso a las vacunas no solo se convierte en una herramienta para proteger la salud individual, sino que también ayuda a reducir las inequidades en salud.

Durante el congreso también se ha abordado la vacunación en pacientes crónicos e inmunodeprimidos, los más susceptibles de sufrir complicaciones graves cuando enferman. “Quizá haya poca percepción del riesgo, pero sigue habiendo numerosas hospitalizaciones por gripe y por Covid-19. Nos gustaría que se vacunara más gente de la que se vacuna”, ha afirmado David Moreno, copresidente del Comité Organizador del congreso.

La comunicación juega un papel decisivo en la aceptación de las vacunas, como destacó Glòria Mirada, vicepresidenta de la AEV: “La comunicación entre el paciente y el profesional sanitario es fundamental. Somos en quienes más confían los pacientes a la hora de vacunarse”. Esta interacción es clave para responder a las dudas de los pacientes y desmitificar ideas erróneas, apoyados por habilidades comunicativas sólidas que promuevan la confianza en la ciencia. Iniciativas como los puntos de vacunación abiertos durante el congreso en Málaga son un ejemplo de cómo acercar la vacunación a la población general y mejorar las tasas de cobertura.

El XII Congreso de la AEV también abordó el cambio de paradigma en el uso de las vacunas. Tradicionalmente, las vacunas han sido una herramienta de prevención frente a enfermedades infecciosas, pero hoy se están explorando sus posibilidades para tratar enfermedades complejas como el cáncer, el Alzheimer o la esclerosis múltiple. “Estamos ante un cambio de paradigma: serán vacunas terapéuticas, que curen, no sólo que prevengan enfermedades”, afirmó Fernando Fariñas, director del Instituto de Inmunología Clínica y Enfermedades Infecciosas. Este experto destacó que la tecnología de ARN mensajero, usada con éxito en las vacunas COVID-19, abre ahora la puerta a vacunas personalizadas que podrían tratar enfermedades específicas en individuos concretos.