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Clopidogrel es un medicamento antiagregante que se usa para la prevención secundaria de acontecimientos aterotrombóticos. Es decir, para evitar trombos en la sangre.
Este medicamento puede recetarse para pacientes que han sufrido un infarto agudo de miocardio de forma reciente (desde unos días después hasta 35 días); pacientes que han sufrido un infarto cerebral (puede recetarse desde una semana hasta un máximo de 6 meses después) o que sufren de una enfermedad arterial periférica.
También puede recetarse para pacientes que presentan un síndrome coronario agudo, con o sin elevación del segmento ST. En el caso de pacientes que sí presentan elevación del segmento ST puede recetarse tras un infarto agudo de miocardio si son candidatos a terapia trombolítica en combinación con AAS.
En otras ocasiones puede ser recetado para prevenir acontecimientos aterotrombóticos y tromboembólicos en fibrilación auricular en pacientes adultos que tienen algún factor de riesgo, pero que no pueden seguir un tratamiento con antagonistas de la vitamina K y tienen un índice de hemorragia bajo. Se puede recetar clopidogrel en combinación con AAS.
El uso de clopidogrel no es adecuado para todos los pacientes, sino que está contraindicado si:
En cualquier caso, cuando se trate con su médico un posible tratamiento con clopidogrel es importante mencionar problemas de salud, para saber si pueden o no tomarla. También se debe tratar la cuestión de la medicación o los productos sin receta de uso habitual, para poder así tomar las decisiones adecuadas por si alguno de ellos pudiera interactuar con clopidogrel.
En caso de olvidar tomar una de las dosis es importante tener en cuenta cuánto tiempo ha pasado desde el momento en el que el medicamento debería haber sido consumido. Si han pasado menos de 12 horas del momento que estaba programado para la toma se puede tomar la pastilla. Si han pasado más de 12 horas lo recomendable es esperar hasta la toma siguiente y nunca tomar más clopidogrel del pautado.
El tratamiento con clopidogrel puede causar efectos adversos en algunos pacientes. Una de las reacciones más frecuentes es la hemorragia. En este caso es importante hablar con personal sanitario, por si necesitara recibir atención médica.
De forma frecuente también pueden darse casos de:
El resto de los efectos secundarios pueden consultarse en el prospecto del medicamento. En el caso de sufrir alguno (estén o no en la lista) es importante ponerlo en conocimiento de un médico o farmacéutico.
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