Un estudio confirma que el sol aumenta la pasión y el deseo sexual
Vida sexual
Una proteína reparadora del ADN, la P53, podría ser la responsable de los cambios hormonales, fisiológicos que aumentan la líbido y el apetito sexual al exponernos a la radiación solar
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Todas las sociedades, religiones y mitologías primitivas han considerado el sol la fuente principal de la vida, con atribuciones mágicas y de fuerza creadora. El astro rey es el 'nutriente' y una de las vitaminas principales para nuestro organismo. En primavera se vuelve un afrodisíaco o, dicen, a la sangre altera. Varias investigaciones así lo han confirmado y, ahora, una reciente reveló que la exposición a la radiación ultravioleta tipo B (UVB) de la luz solar produce ''mayores niveles de pasión romántica'', tanto en hombres como en mujeres.
En el estudio se expusieron tanto hombres como mujeres a la radiación ultravioleta tipo B en condiciones controladas, y los resultados fueron inequívocos: aumento de los niveles de pasión romántica en ambos sexos. El estudio reveló que la exposición a la luz solar afecta a la regulación del sistema endocrino responsable de la liberación de hormonas sexuales en los seres humanos.
MAYORES NIVELES DE TESTOSTERONA Y HORMONAS
Durante el estudio, los investigadores pidieron a los participantes que evitaran la luz solar durante dos días y luego tomaran el sol durante 25 minutos.Tanto los voluntarios masculinos como femeninos estaban más excitados sexualmente, en comparación con los días en los que no fueron expuestos a la luz solar.
También descubrieron, mediante análisis de sangre, que la exposición a los rayos UV aumentaba los niveles de hormonas sexuales y los niveles de testosterona en los hombres, haciéndolos más agresivos, en comparación con un día antes de la exposición. Según los expertos, las mujeres obtuvieron calificaciones más altas en preguntas sobre la excitación física, mientras que los hombres obtuvieron calificaciones más altas en la "dimensión cognitiva de la pasión", incluido el sentimiento de un profundo deseo de conocer mejor a su pareja.
En el desarrollo del estudio, también se produjo en los experimentos con ratones, ''los niveles hormonales de las hembras aumentaron significativamente, agrandando sus ovarios y prolongando su temporada de celo. Además, la atracción entre machos y hembras aumentó, y ambos se volvieron más dispuestos a tener relaciones sexuales'', informó el estudio.
Al respecto, Carmit Levy, que lideró la investigación y es especialista del Departamento de Genética Molecular Humana y Bioquímica de la Facultad de Medicina de Sackler, señaló: ''Se sabe desde hace muchos años que la radiación ultravioleta de la luz solar aumenta los niveles de testosterona en los hombres, y desempeña un papel importante en la regulación tanto conductual como hormonal de la sexualidad. Sin embargo, el mecanismo responsable de esta regulación sigue siendo desconocido''.
Papel clave en procesos fisiológicos y de comportamiento
La nueva investigación se suma a anteriores hallazgos al confirmar la existencia de un efecto similar en las mujeres. También identifica al primer jugador en la cadena de procesos biológicos que causa el fenómeno, una proteína reparadora del ADN en la piel conocida como p53.
El hallazgo se descubrió tras la eliminación de la p53, que eliminó el efecto de la exposición a los rayos UVB en el comportamiento sexual de los animales, lo que confirmó que la exposición a la radiación a través de la piel era la causa de los cambios hormonales, fisiológicos y de comportamiento observados, y que el sistema de protección también es responsable de la regulación de la sexualidad.
Aunque aún se desconoce si p53 estimula la liberación de hormonas sexuales, comunicándose directamente con los centros de almacenamiento de hormonas del cuerpo o si primero tiene que enviar mensajes al cerebro, la identificación de esta proteína confirma que existe un mecanismo asociado entre las hormonas y la exposición al sol.
''Nuestros hallazgos abren muchos interrogantes, científicos y filosóficos. Como seres humanos, no tenemos pelaje, por lo que nuestra piel está directamente expuesta a la luz solar. Apenas estamos empezando a comprender lo que esta exposición nos hace y las funciones clave que podría desempeñar'', concluye Levy.
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