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Enfermedades silenciosas
Las enfermedades silenciosas son aquellas que no presentan aparentemente ningún síntoma, pero que puede afectar gravemente a la salud, produciendo daños irreversibles en órganos y tejidos.
No hacen ruido. Como su propio nombre indica, se cuelan porque a penas hay síntomas y si los hay son muy generales e inducen al despiste. Nadie está exento de nada. Hay muchos factores por los que puede darte la cara una enfermedad, pero todas tienen una cosa en común: que para retrasar su aparición, se debe llevar hábitos de vida saludable.
Hacer deporte, comer alimentos frescos y variados donde predominen las frutas y las verduras, descanso, dormir bien o hacerse revisiones periódicas reducen las posibilidades de enfermar y de que se cuelen en tu vida enfermedades de manera silenciosa como las que te exponemos a continuación:
La hipertensión arterial o presión arterial alta es una enfermedad silenciosa común. Los síntomas que presenta, al menos en sus primeras etapas, no son notorios, pero daña gravemente el corazón, los vasos sanguíneos, los riñones y otros órganos con el tiempo. La detección temprana es fundamental, por lo que es importante medir regularmente la presión arterial.
La diabetes tipo 2 es otra enfermedad que puede desarrollarse de manera silenciosa durante años. Los síntomas pueden ser tan leves que pasan desapercibidos. Sin embargo, la diabetes no controlada produce enfermedades cardíacas, daño renal, problemas de visión y amputaciones. Mantener un peso saludable, una dieta equilibrada y hacer ejercicio son formas efectivas de reducir el riesgo.
La osteoporosis es una enfermedad en la que los huesos se debilitan con el tiempo, volviéndose frágiles y propensos a fracturas. A menudo, no presenta síntomas evidentes hasta que se rompe uno. Es conveniente, en este sentido, una dieta rica en calcio, vitamina D y ejercicio regular para mantener la salud ósea.
Las enfermedades hepáticas, como la esteatosis hepática (hígado graso) y la hepatitis crónica, pueden progresar durante años sin mostrar signos notorios de que está ahí. Solo cuando el hígado ya está dañado gravemente, es cuando aparecen los síntomas.
El glaucoma es una enfermedad ocular cuya característica principal es la pérdida de visión debido al daño progresivo que se produce en el nervio óptico y es la segunda causa de ceguera por detrás de la catarata. En sus primeras etapas, no hay muestras evidentes de síntomas y el paciente no nota la pérdida de visión; por lo que cuanto antes se diagnostique, antes se puede frenar su avance, aunque lo que ya está perdido, no se recupera.
El principal factor de riesgo es la hipertensión ocular. Si la presión en el interior del globo aumenta, el nervio óptico se comprime y se dañan las neuronas que lo forman, produciendo la muerte celular y disminuyendo el campo visual del paciente.
Las enfermedades cardiovasculares son silenciosas hasta que ocurre algo grave como un infarto de miocardio.
La anemia es una bajada de hemoglobina o glóbulos rojos en la sangre. Es silenciosa porque no aparece de repente. Sin embargo, sí que hay signos como cansancio, debilidad, piel pálida o palpitaciones que dan pistas de que puede haber anemia.
El cáncer es un proceso en el que las células del cuerpo se transforman debido a mutaciones genéticas. La mayoría de los cáncer son silenciosos durante mucho tiempo. En algunos casos, da la cara cuando la enfermedad está bastante avanzada y se muestran con otra sintomatología que daría lugar a pensar que se podría tratar de otra patología.
El alzhéimer produce un deterioro en el pensamiento provocando cambios en el comportamiento de la persona, afecta a la memoria, así como también a las habilidades sociales.
Es una enfermedad que se presenta con la edad y evoluciona de manera progresiva. Empieza con pequeños olvidos y descuidos, que se van convirtiendo en más frecuentes. En los episodios finales, provoca que la persona pierda su independencia y la capacidad para realizar actividades cotidianas.
Es una enfermedad del sistema nervioso central, además de silenciosa, impredecible porque en cada persona se presenta de una manera diferente. Normalmente, produce debilidad muscular, entumecimiento, problemas de coordinación y dificultad para recordar y para pensar.
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