Carteia languidece en el viejo solar de la Bahía
Tribuna
El yacimiento ha ido perdiendo personal hasta que ahora ha cerrado por la falta de guía
Carteia, la señora de las Columnas, fue la primera colonia latina fuera de suelo italiano. Bastión púnico, primero y poderosa urbe romana después, también es el reducto en el que dejaron huellas las culturas tardoantiguas como la visigoda y la bizantina y fue cantera para construir el Hisn Cartayana medieval, configurando un enclave de primer orden que se mantuvo firme y activo durante más de un milenio y medio, si incluimos a la vigilante torre del Rocadillo en su dilatada cronología. Por fortuna, las actividades agropecuarias que se instalaron en su suelo, permitieron que sus nobles ruinas, aunque disolviéndose como un azucarillo en el agua por el paso del tiempo, se mantuvieran erguidas para ser reconocidas por estudiosos, reproducidas por viajeros y cantadas por poetas. Fue el desarrollismo del último franquismo quien decidió instalarse sobre ella, llevándose por delante todo lo que no estuviese intramuros. Un episodio de sobra conocido que mutiló a la ciudad y su hinterland de forma irremediable.
A iniciativa del ayuntamiento de San Roque, justo cuando se iniciaba el siglo XXI, se abrieron sus puertas a las visitas y se dio comienzo a gestionar el yacimiento, que quedó incluido dentro de un ambicioso proyecto de la Junta de Andalucía, la Red Andaluza de Yacimientos Arqueológicos. La dotación personal con la que se pudo contar tras algún tiempo de negociaciones estaba integrada por una arqueóloga dedicada a la coordinación, otra arqueóloga, un restaurador a tiempo parcial, una guía y cuatro operarios, siendo una de ellas a media jornada, más el guarda, único personal con el que había contado el yacimiento en las décadas anteriores.
Además de esta plantilla, a través de la planificación ordinaria, programas y proyectos sostenidos por la Junta, así como algunos planes municipales, se pudo contar con más personal y más medios, especialmente para acometer la titánica tarea de rescatar las ruinas de la vegetación, hacer limpiezas arqueológicas, ordenar mínimamente el espacio para las visitas y las faenas de mantenimiento, dar comienzo a las primeras actividades de consolidación y protección de estructuras y restos, recolocar los materiales arqueológicos que habían quedado depositados en el almacén y los búnkeres, evitar las inundaciones en las termas y el búnker, crear la unidad administrativa, acondicionar unas instalaciones mínimas, redactar proyectos y dar sentido a las actuaciones a través de la definición de un plan director, tratar de vincular al yacimiento con las subvenciones de CEPSA para asegurar su sostenimiento y un largo etcétera.
Paralelamente, se iniciaba una labor hacia el exterior, de concienciación ciudadana, dando a conocer la ciudad, diseñando materiales didácticos para los escolares, integrando a Carteia en la Universidad Popular y los planes de empleo de San Roque, asistiendo a todos los foros divulgativos y científicos para exponer los resultados que el conocimiento de la ciudad nos iba proporcionando, así como las informaciones que la investigación había suministrado. Aquí se pueden encuadrar también el suplemento que publicó Europa Sur durante unos meses, la exposición con motivo del tercer centenario de la ciudad de San Roque y la apertura del museo municipal que acometió el ayuntamiento de San Roque, por poner ejemplos en los que la difusión de Carteia, desde el trabajo y la implicación encomiables de su plantilla, vivió momentos felices y de apoyo institucional.
Pero, a día de hoy, ya no existe la coordinación, que se ha ejercido de manera compartida con otros enclaves desde que yo retorné a mi instituto en 2007, por lo que la figura de una persona únicamente responsable de Carteia desapareció. Tampoco existe la plaza de arqueólogo, como también ha desaparecido la del restaurador que, aunque fuese a tiempo parcial, se responsabilizaba de los trabajos imprescindibles de conservación. Igualmente, la jubilación de uno de los operarios conllevó la amortización de la plaza sin ser sustituido por nadie, ni siquiera la ampliación del medio horario de otra de las personas de mantenimiento. Ahora es la guía la que se ha quedado sin contrato por algún asunto administrativo difícil de justificar tras más de 20 años de existencia del puesto, lo que conlleva el cierre del yacimiento a las visitas.
En estos momentos no existe ningún técnico en Carteia que pueda acometer ninguna tarea de gestión en el yacimiento, ni proponer actuaciones, ni dirigir los trabajos, aunque sean los más simples y rutinarios. Se ha descabezado totalmente la unidad, de forma que es imposible poner en marcha actuación alguna. Parece como si se quisiera dejar languidecer el enclave y que vaya, silenciosamente, dando pasos seguros hacia su abandono. Es la Junta de Andalucía la propietaria del bien y la que tiene encomendada su gestión y es imprescindible que asuma sus responsabilidades. Muy recomendable, también, sería que se aúnen esfuerzos entre la Consejería de Cultura y el Ayuntamiento de San Roque para caminar de forma conjunta, diseñar un plan de actuaciones y emprender las medidas que se adopten. También es muy deseable mantener el convenio con la Refinería para que siga involucrada en su conservación. Todo esto, como pueden suponer, me lleva a los tiempos del inicio, hace ya más de 20 años. Es como tener que pelear de nuevo para dotar a Carteia de los medios necesarios para su gestión y custodia.
Este escrito es una llamada de urgencias, una invitación a los colectivos vinculados con la cultura y a la ciudadanía en general de la Comarca a que adopten una postura de defensa de nuestro patrimonio y nuestro pasado, ya que, por desgracia, las administraciones sólo se activan, un poco, cuando hay una movilización cívica detrás luchando y exigiendo respuestas y, finalmente, también es una denuncia de la dejadez de la Consejería de Cultura que lleva ya más de una década en una deriva irrecuperable de las obligaciones que tiene con el yacimiento.
Margarita García Díaz es ex coordinadora del yacimiento arqueológico de Carteia
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