Cepsa enfoca el parque energético de San Roque a la producción de combustibles verdes para el transporte marítimo

El parque energético de Cepsa en San Roque centrará una gran parte de su futuro de aquí al final de la década en la producción de hidrógeno verde, amoníaco verde y metanol verde. Será posible gracias a una importante inyección económica del paquete de inversiones de 5.000 millones de euros presupuestados por Cepsa para los próximos ocho años. Este fondo se distribuirá entre los dos centros industriales de la compañía en Andalucía, el site del Campo de Gibraltar y Palos de la Frontera, en Huelva.

Estos tres productos sostenibles fabricados y distribuidos desde San Roque estarán enfocados preferentemente hacia el sector marítimo, dada la ubicación estratégica de las instalaciones en el Estrecho de Gibraltar, sin menoscabo de otras iniciativas por parte de Cepsa para afrontar la transición energética con garantías de éxito, como los biocombustibles.

Así lo ha avanzado este miércoles el consejero delegado de Cepsa, Maarten Wetselaar, en el transcurso del desayuno informativo 'Fórum Europa. Tribuna Andalucía' celebrado en Sevilla. La compañía tiene aún pendiente de definir cómo va a repartir los 5.000 millones de euros de inversión previstos para Andalucía dentro de la Estrategia 2030, dotada en total con 8.000 millones de euros.

Con este paquete de inversiones, Cepsa busca posicionarse con el objetivo de liderar la producción de energías renovables en Andalucía y España en solo ocho años y, además, convertir a España en nación exportadora de energías verdes. Sería la primera vez, según Wetselaar, que España vendería energía al extranjero dando así por superado el histórico déficit energético.

La generación y distribución de las fuentes de energía sostenibles desde el parque energético de San Roque mirarán preferentemente hacia el transporte marítimo, "difícil de electrificar", según Wetselaar. Por su parte, el parque energético de Huelva (Palos de la Frontera) tenderá a cubrir la demanda de biocombustibles para uso terrestre. Pero no son usos ni fines cerrados ni excluyentes, tal y como ha reconocido Wetselaar a preguntas de Europa Sur.

"No hemos hecho todavía una definición de la asignación económica a cada lugar. Dependerá del diseño de las instalaciones, si bien en San Roque el proceso es algo más restringido por la planificación urbanística", ha reconocido el máximo responsable de la compañía energética, que da por totalmente descartado el proyecto del fondo de barril para extraer más productos del crudo. Una energía que Cepsa ya sitúa en el pasado pero que aún tendrá recorrido en paralelo durante la transición hacia el horizonte 2030.

"El Campo de Gibraltar será un lugar preferente para el hidrógeno verde, el amoníaco verde y el metanol verde, por ejemplo. Los biocombustibles tenderán a ser un negocio mayor en Huelva. Pero nuestro compromiso existe con los dos emplazamientos", ha garantizado el consejero delegado de la compañía.

Con estos 5.000 millones de euros, Cepsa prevé generar hasta 17.000 empleos para perfiles de alta cualificación y vocación de permanencia. Wetselaar ha comentado igualmente en su intervención que los actuales empleos relacionados con la energía tendrán acomodo en la futura Cepsa que ya se está construyendo por su know how y experiencia acumulada en los sectores energéticos tradicionales.

El grupo Cepsa afronta, según su máximo responsable, el imprescindible proceso de descarbonización en solo ocho años desde una doble perspectiva: la reducción de su propio impacto y el desarrollo de soluciones para que sus clientes (industriales, del transporte y consumidores) logren disminuir el suyo.

Aunque Wetselaar ha evitado localizar expresamente dónde comenzarán las inversiones para la renovación de sus dos parques energéticos en Andalucía, sí ha comentado que Cepsa prevé contar con las primeras instalaciones operativas de la nueva generación para producción de energías verdes en la segunda mitad de 2023. No solo para hidrógeno verde y biocombustibles, también para crear una red de carga rápida de vehículos eléctricos en colaboración con Endesa.

Wetselaar ha recalcado que la inversión de 5.000 millones de euros en la región será "importante" para ambos emplazamientos (Campo de Gibraltar y Huelva) con el fin liderar en 2030 la producción de esta hidrógeno verde en España y Portugal, con una capacidad de 2 GW.

Paralelamente, Cepsa aspira a liderar la producción de biocombustibles de segunda generación, con una producción de 2,5 millones de toneladas al año en 2030, fomentando así la economía circular. Cepsa se convertirá en un proveedor de referencia de combustible sostenible para la aviación (SAF), con una producción anual de 800.000 de toneladas. Todo ello se producirá en sus centros industriales de Andalucía, que se están transformando en biorrefinerías y en las que instalará nuevas unidades para procesar estos productos.

Asimismo, la compañía implementará en sus parques energéticos andaluces tecnologías basadas en la inteligencia artificial y analítica avanzada para optimizar sus procesos y reducir el impacto ambiental de la actividad de sus centros industriales.

En el ámbito de las energías renovables, Cepsa desarrollará una cartera de proyectos

de energía solar y eólica para su propio consumo, con una capacidad de 7 GW. En Andalucía, la compañía ya tiene 1 GW con conexión a la red.

La química se queda en Cepsa

La división de Química de Cepsa, que cuenta con dos plantas referentes a nivel global

en San Roque y Palos de la Frontera, impulsará el desarrollo y producción de productos químicos a partir de materias primas renovables y recicladas.

El consejero delegado de Cepsa ha ratificado la decisión adoptada por la compañía de mantener la línea de negocio químico en su portfolio.

De esta forma, reforzará su liderazgo global en los mercados de LAB (materia prima para la fabricación de detergentes biodegradables) y fenol (utilizado para la producción de plásticos de alta tecnología).