La arquitectura de San Roque (II)

OBSERVATORIO DE LA TROCHA

La ermita de San Roque data de 1801 y fue restaurada en 1993. Es de estilo neoclásico, de sencilla factura

El Palacio de los Gobernadores data de la segunda mitad del siglo XVIII

La arquitectura de San Roque (I)

El Palacio de los Gobernadores de San Roque.
El Palacio de los Gobernadores de San Roque.
Juan Carlos Martín Matilla

22 de noviembre 2024 - 04:01

San Roque/Continuando con nuestra descripción de la iglesia de Santa María la Coronada en San Roque, pasamos a la capilla en la que se venera Nuestra Señora del Carmen, una de las más ornamentadas. Está precedida por un gran arco de medio punto, cuyo intradós y parte superior están decorados por molduras de gran barroquismo de color marrón. La capilla se cubre con una cúpula de media naranja igualmente decorada por molduras del mismo estilo, las cuales se extienden por sus cuatro pechinas, entorno a las imágenes de sendos querubines. En el testero se abre una hornacina con arco de medio punto, contorneada por una moldura de sección escalonada, en la cual se venera la sagrada imagen de la Virgen del Carmen.

Capilla del Sagrario de La Coronada.
Capilla del Sagrario de La Coronada.

La última capilla es la del Sagrario, la más majestuosa del templo. La precede un gran arco de medio punto, flanqueado por dos semicolumnas de capiteles de orden corintio, sobre las que se extiende un gran entablamento formado un friso y una cornisa alabeada con volutas, en cuyo centro se alza un copete profusamente decorado, culminado por la imagen alegórica de la fe. A cada extremo se encuentran sendas imágenes religiosas. Este gran arco da paso a otro concéntrico de menor tamaño, sobre el que resalta un friso con molduras, unos ángeles y el símbolo eucarístico del copón. Este arco da paso a la capilla que luce un retablo de madera dorada con listas de espejo, también de gran barroquismo. En su centro se abre una hornacina de arco de medio punto, y a cada lado otras dos, entre las que hay unas pilastras que sostienen el entablamento superior con una cornisa, sobre la que haya dos cuadros en cada extremo y otro, rodeado de una gran ménsula alabeada, que representa la Santa Cena, cuando se instituyó la Eucaristía. El techo de la cúpula está pintado de azul, representa al cielo, con una serie de angelitos o querubines. Dos grandes puertas plegables con pinturas antiguas y cristales cierran la entrada.

Altar Barroco en el sagrario de la Iglesia de La Coronada.
Altar Barroco en el sagrario de la Iglesia de La Coronada.

Antes de abandonar esta iglesia, debemos mencionar el retablo donde se encuentra la imagen de María Auxiliadora, compuesto por unas pilastras laterales sobre las que se extiende el entablamento formado por arquitrabe, friso y cornisa, decorada con unos pináculos en sus dos extremos. En la hornacina central, con arco de medio punto, se halla la sagrada imagen de la Virgen.

Tras comentar la iglesia de Santa María la Coronada, paso a la Capilla de la Visitación. Esta capilla formaba parte del desaparecido hospital de la Caridad. Se construyó entre 1771 y 1776. Es de estilo neoclásico; de planta cuadrada, con un interior bastante sencillo. En su portada destacan las semicolumnas de sillares de capiteles dóricos que flanquean la puerta y sobre las que se extiende un gran entablamento con arquitrabe, friso y cornisa, adornada con dos pináculos a cada lado. Sobre esta cornisa se abre una hornacina con arco de medio punto flanqueada por dos pilastrillas coronadas por una cornisa y por un frontón triangular, donde se encuentra la imagen de la Virgen. Sobre este frontispicio se abre un óculo. En el lado derecho hay un panel de azulejos vidriados policromados con la imagen de Jesús Nazareno impresa, cubierto por un tejadillo.

Capilla de Nuestra Señora de La Visitación.
Capilla de Nuestra Señora de La Visitación.

La parte baja se resalta por un zócalo de sillares de piedra y en la fachada izquierda hay una puerta cegada, en cuyo vano tapiado se encuentra un panel de azulejos vidriados policromados con la imagen de Nuestra Señora de las Angustias, cubierto por un tejadillo. El vano está flanqueado por dos pilastras de sillares de piedra, con capiteles dóricos, sobre las que discurre una cornisa, adornada en sus extremos por sendos pináculos.

En cuanto a su interior, se cubre con bóveda de medio cañón, con lunetos en los que se abren sendos óculos. Cuenta con unas pilastras lisas de capiteles dóricos a ambos lados, sobre las que discurre unas cornisas de varias fajas y dentículos; el testero del altar mayor, muy simple, está adornado por una moldura de perfil trebolado, que enmarca la imagen de Jesús Crucificado. En las paredes del lado derecho se abre unas hornacinas con arco de medio punto decorados con molduras de sección escalonada, con las imágenes de Nuestra Señora de las Angustias y de Nuestra Señora de los Dolores, respectivamente.

Interior de la Capilla de La Visitación.
Interior de la Capilla de La Visitación.

En el lado izquierdo destaca el impresionante altar de Jesús Nazareno compuesto por un banco o predela con modillones alabeados sobre el que se apoyan dos altas columnas de fuste liso y capiteles corintios. Estas columnas sirven de apoyo a una gran cornisa alabeada, de varias fajas, adornada en sus extremos por unos florones. Entre estas dos grandes columnas se abre una hornacina de arco de medio punto que acoge la imagen de Jesús; esta hornacina está flanqueada por dos columnas de fuste liso y capiteles jónicos de menor altura, donde se apoya igualmente una cornisa albeada, decorada con jarrones a ambos lados y dos ángeles sobre el arco central de la cornisa.

La ermita de San Roque data de 1801 y fue restaurada en 1993. Es de estilo neoclásico, de sencilla factura. Consta de tres edificios: el central, a modo de torre, que consiste en un prisma de base hexagonal, cubierto por un tejado piramidal de tejas árabes, y dos laterales de una sola planta, en uno de ellos se levanta la espadaña de tres cuerpos. En la parte superior de los paramentos del prisma hexagonal se abren una serie de ventanas, sobre las cuales hay sendos óculos. La puerta se abre en uno de sus lados, es de arco escarzano, enmarcada dentro de una moldura adintelada. Sobre el arco se encuentra la inscripción: “Ermita de San Roque”.

La ermita de San Roque.
La ermita de San Roque.

En su interior, en cada lado hay unas pilastras de fuste acanalado y capiteles jónicos, sobre las que resalta una cornisa con dentículos y varias fajas. Se cubre con bóveda apuntada con lunetos, con molduras a modo de nervaduras y con la clave resaltada por un plafón. En uno de sus lados se levanta el retablo del altar, flanqueado por dos de las citadas columnas con una hornacina de arco de medio punto y molduras donde se venera la imagen de San Roque. Este retablo, muy parecido al del Nazareno de la capilla de la Visitación, se compone de una banco o predela sobre el que se levantan dos columnas de fuste liso y capiteles de orden corintio. Sobre estas columnas discurre una gruesa cornisa alabeada y con dentículos, cuyos extremos se adornan con sendos jarrones. Todo este conjunto se enmarca entre dos jambas con cornisa que sostienen un gran arco de medio punto con molduras.

Dejando ya los edificios de carácter religioso, paso a comentar los de índole civil. En primer lugar haré referencia al edificio llamado Palacio de los Gobernadores. Data de la segunda mitad del siglo XVIII. En su fachada principal destaca el torreón que se alza hacia su lado izquierdo. Tiene cuatro plantas, la baja está construida con sillares de piedra y en ella se abre una gran puerta adintelada; en la segunda hay un balcón con antepecho de rejería con amplio voladizo en el frente y dos balcones a los lados, sin voladizos; en la tercera, se abre, en su frente, otro balcón con antepecho de hierro forjado con un voladizo sostenido por ménsulas del mismo material, sus vanos son adintelados sin ningún adorno. En los lados hay sendas ventanas con un antepecho decorado con una moldura a modo de medallón. Sobre este balcón principal se abren dos óculos abocinados. La cuarta planta tiene unas cornisas, una de las cuales la separa de la tercera planta y la otra está por debajo del pretil de la azotea, y es la que muestra mayor decoración, pues cada esquina se resalta con unas pilastras y molduras; en sus paramentos se encuentran arcos de medio punto ciegos sostenidos por columnas de orden toscano; en su interior se abren sendas ventanas.

Patio interior del Palacio de los Gobernadores.
Patio interior del Palacio de los Gobernadores.

Al lado izquierdo se levanta un ala del edificio de tres plantas, con un balcón con antepecho de rejería en su segunda planta y una puerta adintelada con molduras en sus jambas y dintel, en la baja; en la tercera, se abre una ventana adintelada. Se cubre con un pretil sobre una cornisa. En el lado derecho se extiende el ala mayor del edificio, con tres plantas también. En la planta baja se abren puertas con molduras en sus dinteles y jambas y unos sillares como cantonera en su esquina. En la segunda hay dos ventanas adinteladas, una con antepecho de rejería, y un balcón también con antepecho de rejería con voladizo. En la tercera planta se alternan dos balcones y dos ventanas. Los balcones tienen antepechos de rejas con voladizos; el balcón de la izquierda está decorado por una fina baquetilla en su vano y una guirnalda; el voladizo se apoya sobre dos ménsulas de hierro forjado. Las dos ventanas tienen sus pretiles decorados con unas molduras en forma de medallón. Una cornisa separa esta planta de la segunda. Esta ala se cubre con tejado de tejas árabes.

En su interior cuenta con un patio de columnas cuadrangular, formado por dieciséis arcadas, dos a cada lado de las dos plantas respectivamente, con arcos de medio punto sobre columnas de orden toscano.

Otra de las edificaciones dignas de comentar es la plaza de toros, de 1853. Consiste en un edificio de planta poligonal de dos plantas; en la baja se abren diversos vanos adintelados, salvo el de la puerta principal que posee un arco de medio punto. En la planta alta se encuentra una serie de ventanas cuadradas adinteladas. Se cubre en todo su perímetro por un tejado de tejas árabes. En su interior discurre una galería a lo largo de todo su perímetro, con arcos de medio punto sostenidos por columnas de estilo toscano; tiene barandillas de hierro forjado. Sobre esta galería se extiende una cornisa sobre la cual descansa un pretil de mampostería macizo.

Exterior de la plaza de toros de San Roque.
Exterior de la plaza de toros de San Roque.

En cuanto al edificio del antiguo ayuntamiento, hay que comentar que data de 1841; es de dos plantas. En la planta baja se abren varias ventanas adinteladas adornadas con molduras planas y en el centro, la puerta de entrada, también adintelada, cuya clave del dintel está resaltada por una moldura. La planta alta dispone de una sucesión de ventanas adinteladas y en el centro, sobre la puerta de entrada , se extiende un balcón corrido, con antepecho de rejas en forma de uso, cuyo voladizo se apoya sobre seis gruesas ménsulas de mampostería de perfil sinuoso, correspondientes a los tres vanos adintelados que se abren a este voladizo, adornados por molduras de sección escalonada. Sobre el central hay un escudo flanqueado por unas artísticas molduras. La parte alta se remata por una cornisa con dentículos sobre la que se levanta el pretil de la azotea de mampostería maciza. Tras dejar su función consistorial, hoy día es un espacio cultural.

El antiguo Ayuntamiento.
El antiguo Ayuntamiento.

En lo referente al caserío en general, hay que destacar la gran homogeneidad de las edificaciones, salvo escasos ejemplares que resaltan de entre los típicos edificios. Casi todas las casas son de dos plantas, con la excepción de alguna de tres. Otras características dignas de mención es el hecho de que existen pocas casas cuyas fachadas se adornen con frontispicios, cornisas y frisos, aunque sí con molduras en sus vanos, y también el que son muy escasas las que en su planta alta cuenten con miradores enrejados, ya que la inmensa mayoría los lucen de madera y vidrios; usándose aquellos en la planta baja de la mayoría de las casas. En cuanto a las puertas, predominan las adinteladas; no obstante , existen algunas viviendas con puertas con arcos de medio punto. También varias casas lucen artísticas molduras en los antepechos de sus ventanas.

Otra característica de la arquitectura sanroqueña es el hecho de que en ciertas casas persisten los guardapolvos sobre los dinteles de los vanos de sus balcones de las plantas superiores. El origen más remoto de estos elementos ornamentales a la vez de gran utilidad práctica hay que buscarlo en la arquitectura almohade la Edad Media andalusí; los cuales, siglos después, el pueblo adoptó y adaptó a sus necesidades en las fachadas de sus moradas. También es notable la pervivencia de los elegantes patios columnados en los interiores de las viviendas.

Juan Carlos Martín Matilla es licenciado en Filología, vocal de Patrimonio de la Asociación Cultural La Trocha y miembro de la Sección 2ª Arqueología, Etnología, Patrimonio y Arquitectura del Instituto de Estudios Campogibraltareños.

stats