El Autosafari Andaluz, un exótico parque en el San Roque de los 70

Historia

Animales como monos, cebras y rinocerontes camparon en La Alcaidesa durante más de una década

Una colonia babuinos sobrevivió en el paraje hasta los años 90, cuando fueron capturados por la Junta de Andalucía al ser considerados peligrosos

Un hombre acaricia a un eland en el Autosafari andaluz, en los años 70.
Un hombre acaricia a un eland en el Autosafari andaluz, en los años 70. / Antonio Casaus
Yolanda García Tena

10 de agosto 2024 - 16:55

San Roque/Hace 50 años animales tan exóticos como monos, cebras, rinocerontes, eland, leones y otros campaban a sus anchas en la finca Los Charcones de La Alcaidesa, en el término municipal de San Roque. Una iniciativa turística denominada Autosafari Andaluz atrajo durante la década de los 70 del siglo XX a gente de toda la provincia, y de diferentes puntos de Andalucía, con ganas de disfrutar de una aventura como si estuvieran en Kenia, Tanzania o Botswana. También fue un gran entretenimiento para los niños del Campo de Gibraltar: la mayoría visitaron este safari con sus familias o con excursiones escolares.

La exposición fotográfica por el 95 Aniversario de la Zona Franca de Cádiz, que se puede ver estos días en la Plaza San Juan de Dios de la capital, ha traído a la actualidad estas instalaciones. En una foto de esta muestra publicada en 1972 por Diario de Cádiz se aprecia cómo un grupo de rinocerontes desembarca en uno de los muelles que disponía la Zona Franca para ser trasladados hasta el safari sanroqueño.

La aventura en el Autosafari Andaluz comenzaba cuando los turistas, subidos en un jeep, hacían un recorrido por la finca observando o fotografiando a los animales. En algunos tramos los visitantes podían ir a pie y observar o acariciar a las especies más dóciles, mientras que en otros casos tenían que mantenerse alejados por el peligro.

La página de 'Diario de Cádiz', del 16 de mayo de 1972, cuando los rinocerontes llegaron a los muelles de la Zona Franca.
La página de 'Diario de Cádiz', del 16 de mayo de 1972, cuando los rinocerontes llegaron a los muelles de la Zona Franca. / E. S.

Este Autosafari fue un revulsivo para el turismo del Campo de Gibraltar. Trajo prosperidad a la zona, pero no todo fue idílico, ya que también se produjeron algunos accidentes por imprudencias. El cronista oficial de San Roque, Antonio Pérez Girón, recuerda como una niña del municipio perdió un dedo arrancado por un mono al que se acercó demasiado.

La exótica aventura finalizó en 1982, cuando el safari se trasladó a las Islas Baleares. La polémica por la muerte de un gran número de animales y las protestas de los ecologistas acabaron con el safari. Algunos animales procedentes de África no se adaptaron al clima de la comarca. En aquellos años, los inviernos eran más fríos que en la actualidad y muchos perecieron acostumbrados a climas más templados.

La mayoría de los animales fueron trasladados al cerrar las instalaciones, pero algunos babuinos lograron escaparse y formaron una colonia en la misma finca hasta que fueron finalmente capturados a mediados de los años 90.

Uno de los babuinos de La Alcaidesa, en los años 90.
Uno de los babuinos de La Alcaidesa, en los años 90. / E. S.

En 1998, la Delegación Provincial de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía capturó 15 de estos monos según publicó Europa Sur el 4 de diciembre de ese año (debido a la anestesia tres de ellos murieron). La captura estaba motivada por el peligro que suponían para los habitantes de las zonas limítrofes. Además, se argumentaba que se trataba de especies no autóctonas procedentes del safari de San Roque que ocasionaban daños y se reproducían fácilmente.

Estas razones fueron desmentidas por ecologistas como Miguel Duarte, quien durante años estudió el comportamiento y la forma de vida de estos babuinos. Los animales fueron llevados a diferentes centros de Andalucía, donde acabaron sus días y, con ellos, el último vestigio del Autosafari Andaluz que llenó de exotismo la comarca durante una década.

Inquilinos extraños en La Alcaidesa

La Asociación ecologista Verdemar remitió un informe a la Junta en 1991 sobre el estado de La Alcaidesa. En el documento se indicaba que los inquilinos más extraños y curiosos de esta finca eran una manada de babuinos que vivían plácidamente entre los tajos existentes y en los bosques de acebuches que los circundan. Los monos pertenecían a la especie babuino perrunos (papio anubis) y procedían del antiguo Autosafari Andaluz.

En el informe, Verdemar explica que tras el cierre de las instalaciones, los monos corrieron una suerte desigual. Fueron perseguidos y en 1983 se realizó una batida en la que murieron al menos 40 ejemplares de una población de más de 80, divididos en varias manadas. En los 90 aún existían 12 ejemplares en la finca perfectamente adaptados.

En cuanto a las relaciones con otras especies de aves y mamíferos en La Alcaidesa, los ecologistas sostenían que no se habían observado enfrentamientos con los grandes herbívoros ni con los medianos depredadores. "Pensamos que esta manada es un caso excepcional de individuos adaptados a un medio hostil, que han creado sus propios hábitos y costumbres en unos ecosistemas que les eran desconocidos. Estos babuinos pueden ser un auténtico laboratorio natural para el estudio del comportamiento de esta especie, de su estructura social, sus hábitos alimenticios y sus interferencias con las otras especies con las que comparten su hábitat", sostenía el informe.

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