Castellar alegará contra la autorización del parque fotovoltaico de Cepsa en San Roque

San Roque/El Ayuntamiento de Castellar de la Frontera alegará contra la autorización administrativa de construcción del parque fotovoltaico que la compañía Cepsa promueve en San Roque. El Boletín Oficial del Estado (BOE) ha publicado esta semana la resolución del Ministerio para la Transición Ecológica y el reto demográfico con este trámite a favor de la promotora Mitra Alfa (filial de Cepsa). Se trata de la planta solar denominada como Sancho, con 137,28 megavatios de potencia, programada entre los términos municipales de San Roque y Castellar.

El proyecto persigue la construcción de una instalación fotovoltaica para la generación de energía eléctrica y la evacuación de dicha electricidad a la red para, entre otros fines, la producción de hidrógeno verde. La iniciativa tiene un plazo de ejecución de 12 meses desde la obtención de la última autorización, según recoge la resolución del BOE consultada por Europa Sur. Tras este visto bueno de la Dirección General de Política Energética y Minas, la empresa Mitra Alfa estaría solo pendiente de la licencia de obras por parte del Ayuntamiento de San Roque.

Aunque la construcción del parque podría retrasarse, ya que la administración local de Castellar prepara un recurso de alzada ante el Ministerio contra el proyecto tras desestimarse las alegaciones que presentó en 2023, según ha confirmado a este periódico el alcalde castellarense, Adrián Vaca.

Vaca considera que siguen sin resolverse las dudas planteadas por el municipio en torno al parque a pesar de que se realizó una modificación sustancial del proyecto. A su juicio, no se justifica la viabilidad de la planta fotovoltaica. Desde la compañía Cepsa han declinado la posibilidad de realizar valoraciones a consultas de este periódico.

Por el municipio de Castellar pasaría la línea de evacuación, cuyo trazado, según el Consistorio, dificulta y retrasa el desarrollo del Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) de la localidad. Los propietarios de las fincas afectadas por el proyecto alegaron y el Ayuntamiento se sumó a estas reclamaciones. En su respuesta, recogidas en la resolución del BOE, la empresa defendió que su proyecto es viable urbanísticamente y que no procedía a la entidad local adherirse a las alegaciones, según el artículo 53.6 de la Ley 24/2013 que señala que correspondía a la Dirección General de Políticas Enérgeticas y Minas o al consejo de Ministros, la autorización de instalaciones de producción de energía eléctrica de potencia eléctrica superior a 50 megavatios.

Las comunidades de regantes Arenillas y El Chapatal también se opusieron en su día al proyecto argumentando que afectaría al normal funcionamiento del caudal de agua. La empresa respondió (prosigue el texto del BOE) que no se observaba solapamiento entre los apoyos de la línea y la red de riego, aunque se comprometía a evaluarlo para compatibilizar ambas infraestructuras.

La resolución del Ministerio señala también que los tendidos de evacuación han obtenido el Declaración de Impacto Ambiental favorable de la Direción General de Calidad y Evaluación Ambiental del Ministerio; uno de los principales puntos de discrepancia por parte del Ayuntamiento de Castellar por la existencia de tendidos aéreos (aunque parte de las líneas de evacuación ya se plantean como soterradas).

Características del parque

El parque fotovoltaico de Cepsa en San Roque, denominado como Sancho, se planteó originalmente como una instalación de 200 megavatios. Como consecuencia del estudio ambiental y las últimas correcciones, el recinto tendrá finalmente 137,28 megavatios (MW) de potencia con una inversión calculada inicialmente en 94 millones de euros.

Los terrenos, con 161,8 hectáreas, se sitúan al norte de la zona del Albarracín, cercano al Pinar del Rey, repartidos en varias parcelas. La mayoría del suelo se corresponde con pastos (63%, algo más de 100 hectáreas) y cultivos forestales (37%, con 59 hectáreas). La afección a superficies agrícolas de secano y frutales se prevé puntual.

El proyecto plantea como infraestructura de evacuación de la energía una red subterránea de media tensión de 30 kV (kilovoltios) hacia la subestación Sancho, con una superficie de 1.675 metros cuadrados. Desde este punto, partirá una línea aéreo-subterránea de alta tensión de 220 kV hasta la subestación de Guadarranque, donde se unirá a las líneas de instalaciones de otros promotores.

El punto de conexión final será la subestación Castellar, de 400 kV y perteneciente a Red Eléctrica de España (REE). Esta subestación se conectará con la subestación Guadarranque mediante otra línea de alta tensión.

La línea de alta tensión para conectar las subestaciones Sancho y Guadarranque medirá algo más de 13 kilómetros, divididos en cuatro tramos de los que 7,2 kilómetros serán soterrados. De hecho, la línea pasará soterrada junto al núcleo urbano de Castellar. Además, la mayoría de los tramos soterrados transcurrirán en paralelo a las carreteras, pistas forestales y caminos existentes para evitar la invasión de zonas cultivadas.

Según explicó en su momento la promotora en la documentación presentada ante el Gobierno central para la tramitación administrativa, el emplazamiento se ha escogido “por la alta radiación solar existente, el posible reaprovechamiento de los terrenos y sus características geomorfológicas, así como la proximidad de una subestación de la compañía distribuidora”.