El Farru traslada emoción y flamencura en recuerdo de Paco de Lucía

V Bienal de Arte Flamenco Canela de San Roque

El bailaor arrancó aplausos agradecidos por su gestualidad, expresada con todo su cuerpo

Remató su actuación en el Juan Luis Galiardo tocando con la guitarra y cantando una composición propia

El Farru grita, con la guitarra y los cantaores Antonio Villar y Rafael de Utrera al fondo
El Farru grita, con la guitarra y los cantaores Antonio Villar y Rafael de Utrera al fondo / ANDRÉS CARRASCO

San Roque/Antonio Fernández Montoya, El Farru, cantó, bailo y tocó la guitarra y ¡cómo hizo todo de bien en la V Bienal de Arte Flamenco dedicada a Canela!. Por un sueño, que así denomina su espectáculo, es la puesta en escena lo que un día soñó el algecireño Paco de Lucía, a quien rindió homenaje de muchas maneras en esta cita organizada por el Ayuntamiento de San Roque.

Lo contó el bailaor en la entrevista mantenida con Europa Sur, de la que se quedaron sin publicar hasta ahora reflexiones que cobraron todo su sentido viéndole sobre el escenario del teatro Juan Luis Galiardo. Cuando se le preguntó sobre qué había heredado de su abuelo, Farruco, El Farru declaró creer en la fuerza de los genes. “Mi abuelo era una persona con una genética y con una filosofía del flamenco muy especial y única, y yo creo que de alguna manera nos ha trasladado su compromiso, sobre todo con el flamenco, su respeto a este arte, sus ganas de expresar una personalidad y un punto de vista”, afirmó.

Abrió su espectáculo con un pregón romanceado, seguido de una seguiriya, con una escenografía sin más alardes que una guitarra posada sobre una silla, a un lado, y un espejo, al otro, mientras Antonio Villar y Rafael de Utrera, los cantaores, Lolo Lozano, en la percusión, y el joven y virtuoso Juan Anguita, al toque, se alineaban al fondo. “Creo que quizás he seguido esa estrella de mi abuelo, por supuesto mostrando una manera también personal, aparte de la escuela, una visión distinta y propia de ver el baile flamenco”, piensa El Farru.

Antonio Villar, hijo del gaditano Juanito Villar, comenzó una serie de fandangos naturales, con réplica de Rafael de Utrera, rindiendo homenaje a Manolo Caracol, rematado con la famosa zambra de “Carcelero”.

En la noche hubo momentos para recordar la herencia de grandes artistas, y a nuevas formas de interpretar ese viejo y rico arte que es el flamenco, como el solo de Lolo Lozano en la percusión.

Sonaron cantiñas y alegrías de Cádiz, de Camarón y de Enrique Morente, bailadas con el poderío que tiene El Farru, que trasladó emoción al público con su gesto, y con las yemas de sus dedos. “Para mí el baile está en una sonrisa, está en una mirada, está en una mano que levanta y se queja, y está en la manera de ponerse una chaqueta o de quitársela. Por supuesto también el baile está en los pies, y en las piernas, pero yo creo que tiene que ser de todo”, había declarado antes a esta periódico. Cumplió con creces todo lo que anunció.

El público jaleó cada paso, cada palillo, cada taconeo postrero con oles, puesto en pie, y con un aplauso interminable.

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