La Semana Santa de San Roque contará con la emblemática calle San Felipe para el recorrido de las procesiones en la ciudad. El alcalde, Juan Carlos Ruiz Boix, junto al concejal de Urbanismo, Alfonso Valdivia, han supervisado este miércoles las obras de remodelación.

El proyecto, valorado en 1,2 millones, comenzó el pasado mes de noviembre y tiene previsto su finalización a final de año, aunque se ha acabado el tramo entre la plaza de la Iglesia y la calle Almoraima para que pueda ser utilizado la próxima semana.

Ruiz Boix ha destacado que las obras respetan todas las obligaciones del conjunto histórico artístico. De hecho, los adoquines son los originales y se han nivelado. “Debajo de estos adoquines hay una actuación que no se ve, de suministro, de saneamiento y de todo lo que suponen las distintas tuberías y canalizaciones, que sí existen y que sí se han mejorado”, ha añadido.

La obra mejora el espacio para el peatón, que ahora tendrá unas aceras más anchas y se han eliminado barreras arquitectónicas al nivelarse la calzada con la zona peatonal, para permitir el acceso a la zona de las personas con discapacidad. Ruiz Boix ha indicado que “se ha respetado el mayor número de plazas de aparcamiento y también se ha dispuesto árboles en alcorques”.

La presidenta de la Comisión de Patrimonio y del Casco Histórico, María del Mar Collado, ha apuntado que la calle tenía “varios problemas que había que solucionar. Por un lado, el acerado era muy estrecho, en especial en el tramo alto, lo que dificultaba el paso peatonal y, sobre todo, la accesibilidad para las personas con movilidad reducida. Además, la calzada de adoquines se había ido deteriorando con el tiempo, y ya no bastaba con reparaciones puntuales, especialmente en las fechas previas a la Semana Santa”.

El proyecto contempla cambios en estética y accesibilidad, además de la sustitución de la red de saneamiento y separación de las aguas pluviales. 

En la Plaza de Santa Ana se busca unificar su estética mejorando los desniveles actuales y sustituyendo el pavimento que podría considerarse inadecuado para la seguridad de los peatones. La cubierta del Museo Carteia se habilitará para que pueda ser usado durante todo el año como un espacio público, y no como en la actualidad, que sólo se usa para actividades culturales.