La reorganización de la Guardia Civil (LI)
LA GUARDIA CIVIL EN SAN ROQUE (CCLXVII)
El puesto de Torreguadiaro vigilaba una línea de costa de 2’520 kilómetros al objeto de evitar cualquier entrada ilícita de personas o mercancías, con Gibraltar como foco cercano de contrabando
La reorganización de la Guardia Civil (L)

San Roque/La 1ª Compañía de la 337ª Comandancia (Algeciras) tenía la cabecera de su plana mayor que mandaba en 1965 el capitán José Ferrer Gil, en la barriada sanroqueña de Guadiaro, donde como ya se ha reseñado en el artículo anterior, residía también el puesto territorial de dicha pedanía sanroqueña.
La primera línea (sección) de dicha compañía, que incluía el mentado puesto de Guadiaro, tenía establecida su cabecera en la barriada sanroqueña de Torreguadiaro, asentada en la misma casa-cuartel donde también estaba su puesto, igualmente ubicada en el término municipal de San Roque.
A ello hay que añadir, formando parte de la citada línea de Torreguadiaro, los puestos de Casafuerte, sito también en el mentado municipio sanroqueño, y el de San Martín del Tesorillo, que por aquel entonces estaba asentado en la pedanía que le daba nombre, perteneciente al término municipal de Jimena de la Frontera.
Antes de la integración del personal, acuartelamientos y material del Cuerpo de Carabineros en el de la Guardia Civil, llevado a cabo por la ley de 15 de marzo de 1940 y posteriores disposiciones, hay que significar que el mentado puesto de Torreguadiro, aunque gaditano y campogibraltareño, no estaba encuadrado en la 10ª Comandancia de Carabineros (Algeciras). Pertenecía entonces a la 9ª Comandancia de Carabineros (Málaga) y estaba encuadrado en la fracción de la antigua Comandancia de Carabineros de Estepona. El límite de separación de ambas comandancias estaba establecido entonces por el río Guadiaro.
Ya entonces, también Torreguadiaro, además de tener un puesto, era cabecera de la sección de Carabineros y era por lo tanto residencia del oficial que se encontraba al frente de la misma. En cambio, no había establecido entonces ningún puesto de la Guardia Civil en dicha barriada ni casa-cuartel de la Benemérita por lo tanto. Su demarcación, como puesto de primera línea de costa que era entonces, tenía 2’520 kilómetros de extensión longuitudinal a vigilar al objeto de evitar cualquier entrada ilícita de personas o mercancias. No hay que olvidar que la cercanía de la colonia británica de Gibraltar exigía una vigilancia constante para evitar el contrabando desde pequeñas embarcaciones que pudieran arribar a la costa.
Hoy día puede parecer escasa distancia a vigilar pero no hay que olvidar que por aquel entonces el servicio de Carabineros se prestaba en todo momento a pie y el despliegue en zona de costa solía hacerse a derecha e izquierda del acuartelamiento.
Se trataba de un servicio prestado en la misma playa, que se montaba armado con pistola marca Astra modelo 400 de 9 mm. largo y carabina mauser modelo 1916 de 7 mm. Hay que recordar además que entonces apenas solía haber edificación alguna en esa zona de costa, no siendo habitual que la distancia de separación entre carabinero y carabinero, superase los quinientos metros de distancia y siempre enlazados a la vista y voz.
La plantilla del puesto estaba compuesta entonces, según el Escalafón General del Cuerpo de Carabineros, editado en 1936, por un sargento, un cabo, un corneta y diez carabineros de 2ª clase. Dicho puesto tenía encomendada la vigilancia desde la margen izquierda del río Guadiaro, confín entonces de la mentada 10ª Comandancia de Carabineros (Algeciras), hasta el lugar conocido como el Puntazo del Zorro. Su acuartelamiento tenía pabellones para el oficial jefe de la sección, así como para el comandante del puesto y diez carabineros casados, además de una “sala de armas” para alojamiento comunitario de los carabineros solteros.
Tal y como se mencionaba en dicho escalafón, el río Guadiaro estaba habilitado “para el embarque y desembarque de frutos nacionales con documentos de la Aduana de Estepona (Málaga). Igualmente se reseñaba que se trataba entonces de un “puesto de playa en despoblado”, existiendo carretera y disponiendo de pesca y caza menor. Su estación ferroviaria más próxima se encontraba en la localidad campogibraltareña gaditana de Castellar de la Frontera, mientras que el correo postal se recibía por conducto de la población malagueña de Estepona. Fue un puesto de extremada dureza que la Guardia Civil heredaría al desaparecer el Cuerpo de Carabineros e integrarse sus componentes en la Benemérita.
En el año 1965, del que estamos hablando actualmente, la plantilla nominal que constaba en Torreguadiaro, tanto en la plana mayor de la línea (sección) como en el puesto, en el mentado album obsequiado como recuerdo al antiguo coronel Buenaventura Cano Portal, jefe del 37º Tercio de la Guardia Civil (Málaga), nuevo general de brigada, estaba formada por: teniente Tomás García Arjona, sargento Germán Gutiérrez García, cabo Juan Soriano Melero, corneta José Alonso Zafra, así como los guardias 2º José González Albarrán, Juan Lozano Lucena, Juan Olivenza Marrollo, Manuel Fernández Corrales, Tomás Perdigón Picón, Salvador Serrano González, Juan Cabrera Moreno, Francisco Barragán Barragán, Manuel Quevedo Santana, Miguel Rodríguez Rodríguez y Cristóbal Pérez Villalba.
La casa-cuartel de Torreguadiaro, propiedad del Estado y afectada al mismo desde el 1 de junio de 1928, estaba inscrita en el Registro de la Propiedad de San Roque y se encontraba situada junto al entonces punto kilométrico 135’500 de la antigua carretera N-340. Hoy desaparecida, estaba asentada sobre un solar de dos mil metros cuadrados de extensión, teniendo el acuartelamiento una planta de 506 metros cuadrados. Se había construido en terrenos de la entonces Sociedad Industrial y Agrícola de Guadiaro, que había procedido a su donación, libre de cargas, en escritura pública levantada por el notario de San Roque, Raimundo Casal Soto.
(Continuará).
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