La reorganización de la Guardia Civil (XLII)
La Guardia Civil en San Roque (CCLVIII)
Al capitán Juan Salom le sorprendería la devastadora y terrible explosión de uno de los almacenes de minas de la base de defensas submarinas de Cádiz el 18 de agosto de 1947
La reorganización de la Guardia Civil (XLI)
San Roque/El entonces capitán Juan Salom Sánchez, futuro teniente coronel jefe de la 337ª Comandancia de la Guardia Civil (Algeciras) entre 1958 y 1963, había sido destinado, tras su reingreso, a la 134ª Comandancia (Valencia), por orden del Ministerio del Ejército, de 11 de octubre de 1944. Sin embargo, siete días después el general de división Camilo Alonso Vega, director general del Cuerpo, ordenó en escrito núm. 1.348, que dicho oficial se incorporase en comisión de servicio como profesor a la 2ª Academia Regional de Instrucción (Málaga).
Con motivo de la reorganización del 34º Tercio (Valencia), aprobada por la Dirección General de la Guardia Civil en escrito núm. 402, de 27 de junio de 1945, el citado capitán fue destinado a mandar la 6ª Compañía (Sueca) de la mentada 134ª Comandancia, si bien no llegó a incorporarse por continuar prestando servicio en dicho centro de enseñanza. Cuatro meses después, por orden del Ministerio del Ejército, de 31 de octubre siguiente, ese oficial fue destinado al “Cuadro Eventual de Mando”, quedando afecto para documentación y haberes al 37º Tercio (Málaga) así como a la citada academia para el servicio.
Sin embargo, al disponer el citado director general, en escrito núm. 432, de 9 de abril de 1946, la suspensión temporal de cursos en el citado centro de formación, fue enviado como profesor a la 7ª Academia Regional sita en la localidad jienense de Úbeda, donde permaneció hasta el 13 de julio siguiente. Dos días más tarde volvió a reincorporarse a la cabecera del 37º Tercio (Málaga), continuando en el “Cuadro Eventual de Mando”, y el 15 de septiembre siguiente, como profesor, en la 2ª Academia Regional (Málaga).
Por orden del Ministerio del Ejército, de 28 de diciembre siguiente, fueron destinados a diversas comandancias una veintena de capitanes. Entre ellos, y con carácter voluntario, dos a la provincia gaditana: Juan Salom a la 237ª Comandancia (Cádiz), cuyo jefe era el teniente coronel Roger Oliete Navarro; y Eleuterio Martín González a la 337ª Comandancia (Algeciras), cuyo jefe era el teniente coronel Manuel Sanmartin Rives.
Se trataba todavía de un periodo excepcional y poco conocido sobre ambas comandancias de la Benemérita en la provincia de Cádiz, que habían sido reorganizadas con diez compañías cada una, ante la evolución de la Segunda Guerra Mundial y la existencia de la colonia británica de Gibraltar.
Tras incorporarse el capitán Juan Salom se hizo cargo del mando de la 1ª Compañía, con cabecera en la capital gaditana, cuyas tres líneas estaban ubicadas en dicha ciudad, con cabeceras en Alameda, La Muralla y San José. A diferencia del teniente coronel Oliete, los dos comandantes que tenía entonces procedían igualmente del antiguo Cuerpo de Carabineros, tratándose de José Arias Garín y su hermano mayor Julio Salom.
El 18 de agosto de 1947 le sorprendería la devastadora y terrible explosión de uno de los almacenes de minas de la base de defensas submarinas de Cádiz. Pero como suele ser habitual en el resto de cuadros de mando del Cuerpo allí destinados, se omite en su extensa y minuciosa hoja de servicios –inexplicablemente- cualquier mención a tan trágico hecho.
En otro concepto diferente de cuestiones, sí le consta que el ya teniente general Camilo Alonso, en escrito de la Sección de Personal, Negociado 1º, núm. 537, de 11 de abril de 1949, conforme lo dispuesto en la orden del Ministerio del Ejército, de 30 de junio de 1948, le comunicó la concesión del abono de tiempo prestado en el bando republicano durante la guerra civil, pero sin efectos económicos retroactivos: “permaneció en lo que fue zona roja, teniendo en cuenta que la información a que fue sometido como procedente de la misma, fue resuelta sin declaración de responsabilidad”. Sin embargo, posteriormente se revisó el expediente instruido y se dispuso en escrito núm. 1.120 de 23 de julio de 1952, del mentado director general, que no se computase dicho abono de tiempo prestado en “zona roja”.
Por orden de 4 de marzo de 1950, dimanante del Ministerio del Ejército, fue promovido al empleo de comandante por antigüedad, pasando inicialmente a la situación de disponible forzoso, y seguidamente, por otra orden de 18 de abril siguiente, fue destinado a la 235ª Comandancia (Murcia).
El 6 de mayo siguiente se incorporó a la misma, haciéndose cargo del juzgado militar de dicha comandancia así como de sus jefaturas de armamento, automovilismo y acuartelamiento, si bien a fin de septiembre siguiente pasó destinado como ayudante a la plana mayor del 35º Tercio (Murcia). La principal novedad en dicho destino se produciría el 9 de octubre de 1951 cuando salió de permiso urgente para Madrid al fallecer allí por enfermedad, su hermano Julio que continuaba de comandante en la Comandancia de Cádiz.
Dicha desgracia familiar le posibilitó ser destinado extraordinariamente, por orden de 31 de octubre siguiente, con arreglo al artículo 19 de la orden del Ministerio del Ejército de 5 de mayo de 1944, a la vacante que había ocupado su hermano en la capital gaditana. El 21 de noviembre de 1951 se incorporó al nuevo destino como juez instructor así como jefe de armamento y automovilismo de dicha comandancia. En cumplimientto a lo ordenado por el director general del Cuerpo, en escrito núm. 13 de 16 de enero de 1953, sería nombrado “Inspector de todos los servicios peculiares del Instituto” en la 237ª Comandancia, trasladando su residencia oficial a Jerez de la Frontera.
Allí permaneció hasta que se dispuso por el director general, en escrito de 20 de noviembre de 1954, que nuevamente fijase su residencia en la capital gaditana, desarrollando las mismas funciones y asumiendo las de juez instructor y jefe de armamento y automovilismo. En ocasiones compaginó aquello con el mando accidental de la comandancia o de la 2ª jefatura de la misma, el servicio de información así como los 1º y 2º sectores fiscales, desarrollando una gran actividad por toda la demarcación.
Ha de recordarse que ya por aquel entonces, los municipios de Castellar de la Frontera y Jimena de la Frontera, a los que el comandante Juan Salom acudiría en diversas ocasiones por razón del servicio, estaban ya desgajados de la 337ª Comandancia (Algeciras) y se encontraban plenamente integrados en la 237ª Comandancia (Cádiz). Ambos municipios no volverían a ser integrados en la comandancia campogibraltareña hasta la entrada en vigor del decreto 3.223/1965, de 28 de octubre, sobre aplicación de un programa de medidas para el desarrollo económico-social del Campo de Gibraltar.
El 17 de febrero de 1957 ascendió por antigüedad a teniente coronel y por orden del Ministerio del Ejército, de 25 de abril siguiente, le fue conferido el mando de la 244ª Comandancia (Inca), perteneciente al 44º Tercio (Palma de Mallorca). Allí permaneció hasta que por orden de 30 de octubre de 1958 fue nombrado jefe de la 337ª Comandancia (Algeciras), a donde se incorporó el 20 de noviembre siguiente.
En ese periodo de mando de la comandancia campogibraltareña, casi cinco años, merecen especial atención las tres felicitaciones, con anotación en la hoja de servicios, que le formularon dos tenientes generales directores generales del Cuerpo.
(Continuará).
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