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La reorganización de la Guardia Civil (XVII)

LA GUARDIA CIVIL EN SAN ROQUE (CCXXXIII)

Nuestro Campo de Gibraltar, que tuvo en su histórico haber diferentes composiciones y extensiones, es uno de esos lugares sobre los que tanto queda por aprender y saber

La reorganización de la Guardia Civil (XVI)

Cabecera de la hoja de servicios de Ignacio Molina, comandante en 1944 de la 337ª Comandancia Mixta de la Guardia Civil (Algeciras) / E. S.

San Roque/Por una u otra razón no siempre se cuenta la historia de las cosas como realmente fueron. Y nuestro Campo de Gibraltar, que tuvo en su histórico haber diferentes composiciones y extensiones, es uno de esos lugares sobre los que tanto queda por aprender y saber.

Tal y como se viene exponiendo, ahora nos situamos dos décadas antes de que entrase en vigor el Decreto 3.223/1965, de 28 de octubre, que configuró la Comarca del Campo de Gibraltar con los términos municipales de Algeciras, San Roque, La Línea de la Concepción, Los Barrios, Castellar de la Frontera, Jimena de la Frontera y Tarifa. Muy posteriormente, como ya se dijo, por Decreto 181/2018, de 2 de octubre, se aprobó la creación del municipio de San Martín del Tesorillo, por segregación de Jimena.

En los dos capítulos anteriores se ha expuesto resumidamente la configuración de las diez compañías territoriales mandadas por capitanes y las diecinueve secciones mandadas por tenientes, tanto en la provincia de Cádiz como en la de Málaga. Por supuesto hubo algunas secciones mandadas por suboficiales, concretamente entonces con el empleo de brigada, y por supuesto un número muy superior de puestos de la Guardia Civil.

No hay que olvidar que las unidades del antiguo Cuerpo de Carabineros habían pasado a integrarse en el de la Guardia Civil y que como consecuencia de la evolución de la Segunda Guerra Mundial, concretamente a partir del 1 de marzo de 1944, la hasta entonces 134ª Comandancia de Costas de la Guardia Civil (Algeciras), antigua 10ª Comandancia de Carabineros (Algeciras), se había visto ampliada y fortalecida con unidades territoriales que hasta entonces había estado encuadradas en la 216ª Comandancia Rural de la Guardia Civil (Cádiz), en la 234ª Comandancia de Costas (Cádiz) que era la heredera de la antigua 11ª Comandancia de Carabineros (Cádiz), así como en la 116ª Comandancia Rural (Málaga) y en la 333ª Comandancia de Costas (Málaga), heredera de la antigua 9ª Comandancia de Carabineros (Málaga). Todo ello había dado lugar a la nueva 337ª Comandancia Mixta de la Guardia Civil (Algeciras).

Como jefe de dicha unidad fue nombrado el teniente coronel Manuel Sanmartín Rives, titular hasta entonces de la mentada 134ª Comandancia de Costas de la Guardia Civil (Algeciras), siendo sus dos comandantes, conforme la “Escaleta de Generales, Jefes y Oficiales en 1º de mayo de 1944”, Ignacio Molina Pérez y Juan del Río Fernández. De éstos, el primero procedía del Cuerpo de Carabineros y el segundo del de la Guardia Civil.

Hay que significar que de Molina, del cual se han reproducido sus fotografías en capítulos anteriores, se podría escribir un libro muy interesante, en especial para la historia del Campo de Gibraltar en las décadas de los años 30 y 40 del siglo XX, y no sólo de los dos Cuerpos beneméritos a los que perteneció. También sería interesante tratar la ayuda que prestó a algunas familias judías de otros países de la Europa continental para que pudieran entrar en la colonia británica de Gibraltar.

El comandante Molina había nacido el 31 de julio de 1897 en la cercana población malagueña de Casares. Cursó sus estudios militares en la Academia de Infantería ubicada en el alcazar de Toledo, perteneciendo a la promoción que ingresó el 27 de abril de 1916. Obtuvo el empleo de alférez con antigüedad del 27 de junio de 1919 y tras finalizar sus estudios castrenses fue destinado al Regimiento de Infantería Extremadura núm. 15, donde permaneció hasta fin de mayo de 1922. El día 17 de dicho mes contrajo matrimonio canónico en Algeciras con la joven Ramona López Riquelme, natural de dicha ciudad.

Tras prestar activo servicio en las Campañas de Marruecos y estando destinado en el Batallón de Cazadores de Figueras núm. 6, fue destinado por real orden de 5 de junio de 1923 al Instituto de Carabineros. Causó alta en la revista del mes siguiente en la Comandancia de Málaga, si bien, a partir de octubre de ese mismo año, salvo el breve periodo acaecido entre abril y noviembre de 1934, que prestó servicio en la Comandancia de Huesca, estuvo destinado en la Comandancia de Algeciras en diferentes empleos y destinos.

Como su biografía militar sería larga de relatar y su historia merecería un libro, decir tan sólo que comenzó el año 1944 como segundo jefe de la todavía 134ª Comandancia de Costas de la Guardia Civil (Algeciras). Pero es que además, y ello era inusual, era el jefe del “Destacamento Algeciras-Málaga” de la 2ª Sección Bis del Estado Mayor Central del Ejército y jefe de la Secretaría de Información del Gobierno Militar del Campo de Gibraltar. Es decir, era el responsable en la Comarca de lo que hoy día llamaríamos inteligencia militar.

Como hecho curioso, y no suficientemente aclarado, a pesar de que llevaba tiempo desempeñando esos tres cometidos, hay que decir que fue destinado el 28 de febrero de dicho año, por orden del general de división Carlos Asensio Cabanillas, ministro del Ejército, “en concepto de forzoso a la Plana Mayor del 21 Tercio de Fronteras (Cáceres)”. Se ignoran las razones reales de dicha disposición, dados los cometidos tan singulares que dicho comandante venía desempeñando así como su profundo conocimiento del Campo de Gibraltar. Conocía muy bien, y tenía buenos contactos desde su etapa en el Cuerpo de Carabineros, en la colonia británica asentada en el Peñón, máxime cuando se estaba librando la Segunda Guerra Mundial y se iba a potenciar el despliegue defensivo militar español. No parecía lógico dicho cambio de destino, salvo razones desconocidas.

El caso es que en dicha orden ministerial, “como consecuencia de la reorganización dada al Cuerpo de la Guardia Civil”, que supuso a partir del 1 de marzo de 1944, entre otras cosas, el acoplamiento definitivo de las antiguas comandancias de Carabineros, a excepción de la de Algeciras, fueron destinados numerosos jefes y oficiales procedentes de ambos Institutos. Entre ellos, además del también mentado comandante del Río, que fue destinado con carácter forzoso a la comandancia campogibraltareña, se encontraba en idéntica situación el ya citado comandante Molina, pero a Extremadura.

Esto no parecía en principio lógico, pero no por su destino en la Comandancia de Algeciras, donde era el oficial que más tiempo llevaba destinado en tres empleos diferentes, sino por la responsabilidad que ostentaba al frente de la inteligencia militar del Ejército en el Campo de Gibraltar. Se estaba en plena Segunda Guerra Mundial y la situación internacional no era precisamente buena para España.

La sorprendente decisión, tal vez no para la Dirección General de la Guardia Civil, pero sí para el subsecretario, en comisión, del Ministerio del Ejército, y gobernador militar del Campo de Gibraltar, general de división Fernando Barrón Ortiz, fue modificada el 3 de marzo siguiente. El ministro firmó otra orden, publicada al día siguiente en el Diario Oficial del Ministerio del Ejército, relativa al comandante Molina: “se rectifica en el sentido de que su destino es a la 337ª Comandancia mixta, en comisión, forzoso”. Se había reorganizado la Comandancia de Algeciras y Molina continuaría desempeñando los antiguos cometidos encomendados.

(Continuará).

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