La reorganización en la posguerra civil (VIII)
LA GUARDIA CIVIL EN SAN ROQUE (CLXXXIX)
El general de brigada Piñol requirió a los jefes un minucioso informe para conocer el estado de las comandancias de la Guardia Civil
La plantilla de Cádiz pasó de 704 efectivos a 579 de 1936 a 1940
La reorganización en la posguerra civil (VII)
Tras finalizar la Guerra Civil, la Guardia Civil comenzó a reorganizarse. Para ello, previamente, era necesario conocer la situación, en todos sus aspectos, en que habían quedado las comandancias después de la contienda.
A tal efecto, el general de brigada de la Guardia Civil Agustín Piñol Riera, 2º jefe de la Inspección General del Cuerpo, cargo que desempeñaba desde su ascenso en mayo de 1938, requirió a los jefes de cada una de aquellas, un minucioso informe. La razón de ello era que el recién nombrado inspector general de la Guardia Civil, general de división Eliseo Álvarez-Arenas Romero, tenía previsto girar revista de inspección a todas las comandancias para conocer su estado.
Piñol, nacido en Zaragoza el 15 de febrero de 1877, a diferencia de la inmensa mayoría de la oficialidad de la Benemérita no procedía ni de la Academia de Toledo ni por promoción interna. Era cabo del Batallón de Chiclana Peninsular núm. 5, del Distrito de Ultramar, cuando en diciembre de 1898 aprobó el ingreso como alumno en el Colegio para oficiales de la Guardia Civil, sito en Getafe (Madrid). Durante los dos años que cursó estudios allí, estuvo como supernumerario en el Regimiento de Infantería Luchana núm. 28, de guarnición en Tarragona. Obtuvo el empleo de segundo teniente (alférez) en junio de 1901.
Al iniciarse la sublevación militar en julio de 1936, a la cual se sumó, era el coronel jefe del 24º Tercio de la Guardia Civil en Canarias, con residencia en Santa Cruz de Tenerife. Sustituyó al de mismo empleo, José Osuna Pineda, autor de la letra del himno de la Benemérita. Hasta fin de marzo de 1936, Piñol había mandado el 8º Tercio (Granada) y anteriormente, la Comandancia de Granada, tras haber estado al frente de la de Ciudad Real.
El 29 de septiembre de 1939, el general Piñol dirigió escrito al jefe de la Comandancia de Cádiz, todavía teniente coronel Vicente González García. Le solicitó un exhaustivo informe sobre muy diversos aspectos, incluidos los servicios peculiares "que se hubieran llevado a cabo durante la pasada campaña".
Trasladado el 9 de octubre siguiente a las diferentes unidades subordinadas, pudo confeccionarse finalmente en enero de 1940. En su parte inicial se exponía que se venían prestando los servicios peculiares u ordinarios de correrías; vigilancia de carreteras; escoltas de trenes; conducciones de presos; vigilancia permanente en las sucursales del Banco de España establecidas en Cádiz, Jerez de la Frontera y Algeciras; los extraordinarios de ejecuciones de reos sentenciados a la última pena por consejos de guerra; controles de carreteras; vigilancia e investigación de campos de concentración de prisioneros de la guerra civil y varios depósitos municipales carcelarios; la elaboración de numerosos informes a las distintas autoridades; vigilancia para el cumplimiento de las disposiciones que regulan la tenencia, venta y circulación en materias de abastos; censura militar de correspondencias; comandancias militares en aquellos puntos donde no existe otra autoridad militar superior al más caracterizado de la fuerza del Cuerpo; registros de todo el personal licenciado del Ejército; el extinguido del SIPM (Servicio de Información de Policía Militar); enlace de correspondencia oficial y cuantos auxilios requerían todas las autoridades constituidas y los particulares, junto “con los de vigilancia de vías férreas, carreteras, túneles, puentes y obras de fábricas, control de circulación y entrada y salida de militares en cada localidad, registros domiciliarios, persecución de elementos indeseables por desafección al glorioso Movimiento Nacional, vigilancia de frontera y orden público".
Dentro del extenso informe, mención especial merecía el apartado de estadísticas. Éstas, correspondían al periodo comprendido entre el 18 de julio de 1936 y el 1º de abril de 1939. Abarcaban todo tipo de actuaciones sobre detenciones, conducciones de detenidos y presos, armas intervenidas, denuncias formuladas y registros domiciliarios, materializadas por componentes de la Comandancia de Cádiz en su demarcación provincial.
Como los datos estaban recopilados por compañías territoriales, no es posible conocer los relativos al municipio de San Roque, pero sí, al menos, los correspondientes a la 2ª Compañía (Campo de Gibraltar): 2.575 personas detenidas; 1.834 denuncias formuladas; 936 armas intervenidas, 6.569 personas conducidas a establecimientos penitenciarios o, a disposición de autoridades judiciales, gubernativas o militares; y 368 registros domiciliarios.
Hay que aclarar que dichas cifras comprendían todas las actuaciones de la Guardia Civil en nuestra comarca durante esos tres años, tanto las peculiares y tradicionales del Cuerpo como las extraordinarias relacionadas con la contienda.
Respecto a la cuestión de recursos humanos, el informe detallaba el estado numérico que por puestos y empleos tenía asignado en enero de 1940 la Comandancia de Cádiz, según plantilla entonces vigente; de la fuerza realmente presente en esa fecha; y de la que verdaderamente debería tener para que sus efectivos estuvieran en relación con las necesidades del servicio.
La plantilla total asignada a la Comandancia de Cádiz en julio de 1936 era de 704 efectivos (1 teniente coronel, 2 comandantes, 6 capitanes, 10 tenientes, 10 alféreces, 22 brigadas, 25 sargentos, 32 cabos, 6 cornetas, 53 guardias 1º y 520 guardias 2º).
Sin embargo, la fuerza presente en enero de 1940 era tan solo de 579 efectivos (1 teniente coronel, 1 comandante, 6 capitanes, 15 tenientes y alféreces, 21 brigadas, 22 sargentos, 43 cabos, 14 cornetas y trompetas, 52 guardias 1º y 404 guardias 2º), debido a las numerosas bajas por diversas razones acaecidas durante los tres años y medio anteriores. Es decir, fallecimientos, inutilidades físicas, ascensos, cambios de destino, retiros por cumplir la edad reglamentaria, depuraciones, etc. Todo ello sin posibilidad de reponer al no haber habido nuevos ingresos desde julio de 1936.
Y la nueva plantilla de la Comandancia de Cádiz, que proponía el teniente coronel Manuel Márquez González, recién nombrado jefe de la misma tras ascenso del anterior, era de 781 efectivos (1 teniente coronel, 2 comandantes, 6 capitanes, 20 tenientes y alféreces, 22 brigadas, 25 sargentos, 44 cabos, 11 cornetas y trompetas, 56 guardias 1º y 594 guardias 2º).
Respecto a San Roque, la plantilla asignada en enero de 1940 al puesto de la residencia era la misma que tenía en julio de 1936, es decir, de 11 efectivos, de los que 8 eran de infantería (1 brigada, 1 guardia 1º y 6 guardias 2º) y 3 de caballería (1 cabo y 2 guardias 2º). La fuerza realmente presente en enero de 1940 era de 10 efectivos, siendo 8 de infantería (1 brigada y 7 guardias 2º) y 2 de caballería (1 cabo y 1 guardia 2º). Y la plantilla necesaria que se proponía era de 10 efectivos pero con una distribución diferente (1 brigada y 5 guardias 2º de infantería así como 1 cabo y 3 guardias 2º de caballería).
La plantilla asignada al puesto de Campamento era la misma que tenía en julio de 1936, es decir, de 7 efectivos de infantería (1 cabo y 6 guardias 2º). La fuerza presente en enero de 1940 era de 5 guardias 2º, mientras que la que se proponía era de 8 efectivos (1 cabo y 7 guardias 2º).
Analizadas las propuestas de incremento de personal en el caso de estos dos puestos eran realmente austeras…
(Continuará).
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