San Roque abre su quinta bienal de flamenco con cante y toque propios
V Bienal de Arte Flamenco Canela de San Roque
Los cantaores Juan Delgado y Antonio Aparecida, y el guitarrista Antonio Peralta 'El Kuko', dejan su sello en teatro Juan Luis Galiardo
En la sesión suenan rondeñas, tarantas, tangos, soleares, seguirillas y bulerías
Las fotos de la primera jornada de la bienal flamenca Canela, en San Roque
San Roque/San Roque abrió su quinta Bienal de Arte Flamenco, dedicada siempre a su recordado cantaor Canela, con cantaores y guitarristas propios, como tiene que ser en una programación de conferencias y espectáculos que rinden tributo a una disciplina que cuenta con peñas y protagonistas locales, y que es patrimonio inmaterial de todos.
Abrió sesión. en el teatro Juan Luis Galiardo, Antonio Peralta “El Kuko”, guitarrista, hijo de la fallecida Dolores Flores, matriarca de una estirpe con mucho jugo y herencia, hermano de Manuel - que es también guitarrista y, además, buen cantaor -, que acompañó al toque el cante de Antonio Aparecida. Comenzó “El Kuko” por aires de taranta, haciendo sonar su guitarra muy flamenca, “con silencio preciso y toque oportuno”, tal como le presentó el periodista algecireño y buen aficionado flamenco José Manuel Serrano, maestro de ceremonias de la gala inaugural.
En la guajira que tocó en segundo lugar, titulada “Color” y dedicada a su padre, le acompañó a la percusión Shuster, quien alternó ritmos preciosistas y coloreados de ida y vuelta, y al que el público campogibraltareño ya disfrutó en el concierto inaugural del último Festival Internacional Paco de Lucía, en Algeciras, el pasado verano, junto a Salvador Andrades.
Sonó la guitarra, en manos de Peralta, con cadencia melosa, repleta de expresividad, que desprendió sensaciones y sentimientos continuamente con sus trémolos, arpegios y ligados de ejecución serena, sobresaltada con una velocidad medida en algunos momentos, pero siempre profunda y bella. Terminó con una rondeña, dejando un poso de mucha personalidad.
La sesión continuó con el cantaor Antonio Aparecida, acompañado por Manuel Peralta, a la guitarra, a los que se sumaría luego, de nuevo, Shuster en la percusión. Comenzó con una taranta de Almería dedicada a su hermano. El flamenco tronó con un eco por momentos antiguo, de levante, en la voz rajada ya por muchos años de oficio de Antonio Macias Flores, completada con el toque siempre espléndido y a compás de Manolo Peralta, seguido de un garrotín, una bulería por soleá y unas bulerías, con aires de Lebrija, que gustaron mucho al público.
Cerró la función Juan Delgado, con El Kuko al toque, siempre preciosista y atinado, y con Shuster y Fernando Canela a las palmas, arrancándose por tangos de Triana en honor a Canela de San Roque, que da nombre a la bienal, La noche se alumbró con una soleá de Alcalá, lucida en la voz acompasada del hermano del recordado Agustín Delgado, con una hondura que conectó con el público como lo mejor de la sesión, y que dedicó al aficionado linense Antonio Rodríguez. En ellas estuvo Juan valiente y maestro a la vez, sin esconder un ápice de su voz hecha quejio flamenco verdadero y jondo, derramando todo el conocimiento que siempre ha poseido en estos cantes.
Siguió con unas seguirillas enduendadas y muy sentidas, interpretradas como hay que hacerlo para que duela. Remató, cerca de la medianoche con bulerias, al estilo de su gran maestro Antonio Mairena.
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