“Un costalero debe ser humilde y honesto, el resto se puede aprender o mejorar”

COFRADÍAS | POR EL CAMINO MÁS CORTO

El periodista Manuel Gil afronta el próximo 16 de febrero, en la iglesia de María Auxiliadora, el reto de poner voz a los sentimientos con el Pregón del Costalero 2024

El Nazareno inicia una nueva etapa desde la humanidad

El algecireño Manuel Gil.
M. M.

11 de febrero 2024 - 02:00

-¿Cómo te llega el nombramiento o designación? ¿Qué sientes en ese momento y qué te anima a subir de nuevo al atril después de 8 años?

-Como casi todas las cosas buenas, de improvisto, sin esperarlo y cuando menos pensaba que podría volver a subirme a un atril o qué más podría contar y sumar a la Semana Santa de Algeciras. ¿Los motivos? Son sencillos y así trataré de explicarlo a lo largo de la obra. Estoy plenamente convencido de que todos, en nuestra parcela, tenemos un punto de responsabilidad y compromiso con nuestro entorno, con nuestra comunidad y con la sociedad a la que pertenecemos. Si algo está en nuestra mano el poder aportar y sumar, por ínfimo que sea el detalle o el contexto (actos solidarios, benéficos, hermandades, tradiciones, etc.); tenemos la obligación de estar a la altura. Y además, de una manera muy oportuna, como casi todo lo que hace Mayte [Jurado] y su gente de Borriquita, su ofrecimiento llegó en el momento justo. Algo antes o después, amistosa y anónimamente, hubiera declinado su cariñosa invitación.

-¿Y cómo ha sido el proceso, desde aquél día, en la elaboración del Pregón del Costalero?

-Lleno de buenos momentos y recuerdos. Lo mejor de dar un pregón, para mí, es el camino. El día en cuestión, su interpretación, en mi caso es lo que menos me preocupa. Evidentemente uno trata de plasmar sus ideas, sentimientos y forma de entender este “pequeño-gran universo”. Pero en mi caso particular, el verdadero regalo es el camino. Todos estos meses imaginando qué y cómo contar algo. Para luego, sentarte y ver que todas esas ideas se transforman en palabras que ayudarán a describir lo que muchas personas entienden, comprenden y sienten, o le gustarían sentir, sobre este mundo del costal. Ha sido genial crear este último baile.

-¿Cómo nace esta pasión por el mundo de las trabajaderas?

-Pura atracción natural. En casa no somos ni los más cofrades, ni los más costaleros del mundo pero sí crecí en un hogar creyente y que me ligó al mundo de las hermandades. El resto lo hice solo. Me acerqué a este colectivo, lo fui descubriendo, aprendiendo y conociendo cosas nuevas hasta que se convirtió, él y su gente, en mi punto fijo en el mapa y mi lugar natural en la Semana Santa. El veneno surgió desde el Patio de los Naranjos de los Salesianos, con la Borriquita como cuna; por eso también es para mí especial aceptar este pregón en la casa de María Auxiliadora. El resto lo componen muchas experiencias, buenos amigos y gratos recuerdos.

-¿Qué hermandades han sido importantes en tu vida costalera?

-Todas las que me han acogido y me han hecho sentir como en casa. He tenido momentos muy bonitos con la gente del Domingo de Ramos, no podré olvidar jamás la primera salida de la Sagrada Mortaja y mi patria chica de Medinaceli, con todas las aventuras y desventuras que lleva eso de ser profeta en su tierra. Pero especialmente, de una manera superlativa, mi relación con las cuadrillas de costaleros de la Hermandad de Columna me marcó, y lo sigue haciendo, profundamente en mi vida. El resto como te decía, experiencias gratas y buenos amigos. La última, hace tan sólo unas pocas semanas con la Patrona de la Inmaculada, en nuestra vecina ciudad de La Línea, con un grupo de gente fantástica.

-¿Tiene buena salud el mundo del costal en Algeciras?

-Tiene la que nosotros, la propia gente de abajo, queramos darle. Si permitimos que proliferen ciertas actitudes, conductas y comportamientos en las cuadrillas, sus responsables y las propias hermandades, estamos perdidos. No sólo las cuadrillas de costaleros, el mundo cofrade en general. Trabajar y crecer alrededor de unos valores, principios, trascendencia y otros muchos adjetivos que son tan importantes, como el respeto y la humildad, es el centro de la conversación. Así podremos tener buen futuro. Por supuesto, la calidad siempre debe prevalecer por encima de la cantidad y no todo vale, no todo tiene un precio. Con esas coordenadas muy claras, afortunadamente, creo que Algeciras cuenta con gente y futuro en sus cuadrillas.

-¿En qué ha cambiado el costalero, en estos 20 años, desde cuándo empezaste?

-La forma de llegar a los sitios y la mirada hacia el veterano. La humildad, sencillez y ganas de aprender de principios de este milenio, con generaciones como la nuestra que llegábamos limpios y dispuestos a empaparnos de todo ese aprendizaje y conocimiento que otras generaciones pudieran transmitirnos. Esperar tu momento, no sentirte más que otro, ni dar lecciones de nada. Esto que describo, para nada, es nostalgia o creencia de que otro tiempo fue mejor. Al contrario, Algeciras no ha conocido mejor momento que éste para sus cofradías y cuadrillas de costaleros. Pero falta algo de humildad, honestidad y cierta capacidad de sufrimiento en la gente joven que llega a los pasos. Ahora le das tres relevos seguidos a un costalero, sin descanso, y se está quejando o no vuelve a esa cofradía. Faltan esas cositas.

-¿Qué debe tener un costalero como cualidad indispensable?

-Humildad y honestidad. Si tiene esas dos cualidades, lo demás se puede suplir, aprender o mejorar. Pero lo más importante es las sencillez de no creerse aquello que no es, porque un costalero ni es, ni debe ser, el protagonista de nada. Como tampoco el capataz. Cada uno tiene su función, importante, pero su función dentro del cuadro.

-¿Compartes responsabilidad en trabajadera y martillo?

-Así es. Por diferentes circunstancias y momentos de mi vida, he ocupado puestos de responsabilidad en varios equipos de capataces e incluso, he sido capataz titular en Esperanza. Lo dicho son circunstancias y como cualquier nombramiento, muchas veces no depende de uno, ni de su labor.

-¿La afición va por delante de la devoción o viceversa? ¿Son imprescindibles ambas?

-Para mí, es complicado de entender que alguien se meta debajo de un paso sin un mínimo atisbo de devoción, seguramente, porque preferiría hacer ‘crossfit’, al menos sería más barato. Todo el que llega allí es por algo, pero quién soy para saber los motivos o las circunstancias de cada uno. La procesión va por dentro y cada uno sabe los motivos que le empujan a ser costalero. Eso no se pregunta.

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