Ismael Vargas simboliza las devociones algecireñas a los ojos de la Palma en su pregón
El hermano mayor de la patrona interpreta el pregón oficial de la Semana Santa de Algeciras con un halagador recorrido por sus imágenes en el momento de su encuentro ante la alcaldesa perpetua
Todo el acto alude a un recuerdo muy especial hacia Javier Gutiérrez
Guía de la Semana Santa de Algeciras 2025: horarios, itinerarios y hermandades

Algeciras/“Qué me importará a mí, qué me importará a mí, que se sequen las salinas, ay, mientras yo te tenga a ti”, le cantaba Camarón de la Isla a su querida San Fernando. Como otro cañaílla, Ismael Vargas, le cantó este domingo a Algeciras glorias y alabanzas, piropos y sentimientos para interpretar y pregonar, de manera oficial, la Semana Santa de 2025.
Una intensa y concentrada obra que permitió ofrecer y comprender una perspectiva muy particular a los cofrades de la ciudad, una mirada clara y personal que sólo el pregonero, en su calidad de hermano mayor de la Virgen de la Palma, logra vivir y sentir cada jornada de la semana grande: ese encuentro frente a frente, ese diálogo callado de cada una de las sagradas Imágenes algecireñas al postrarse cara a cara con la alcaldesa perpetua, cada año, para realizar su estación de penitencia en el corazón de la ciudad.
Una idea creativa, innovadora, particular y muy subjetiva, bien ajustada al papel de observador de lujo por parte del pregonero, del discurrir y proceder de las diferentes hermandades y cofradías de Algeciras por la Plaza Alta, desde un domingo al siguiente, hasta orillar y postrarse en las faldas del santuario de La Palma, para realizarle pleitesía y penitencia a la Virgen de la Palma, “madre de todos los algecireños”. Y acompañado magistralmente por los sones de la banda Amando Herrero.
Un itinerario sumamente especial y algecireño sobre las “vivencias más puras de la pasión, muerte y resurrección de Jesús, durante la semana más grande” que vive la bella ciudad de la bahía. Vargas abrochó esa bella relación entre Algeciras y sus procesiones desde los verdaderos orígenes de la historia y leyenda, remontándose a la conquista de la ciudad, un 26 de marzo de 1344, “nada menos que un Domingo de Ramos en el que comenzó todo”.
Y es que según recogió notarialmente el pregonero, “la historia nos da y arrebata, en ocasiones, nuestras devociones; por eso es momento de reconocer y dar honores a todos aquellos que con esfuerzo y constancia ayudaron a no perder nuestra Semana Santa, todo lo contrario, trabajaron por defender un patrimonio humano y artístico que hoy heredamos”, con la responsabilidad de mejorar, “aquí va mi homenaje a todos ellos”. El pregonero alabó, de igual modo, la labor de quiénes precedieron la actual Algeciras cofrade, así como dedicar tiempo y palabras al futuro, a los jóvenes, “imprescindibles”.
Tuvo tiempo de hablar de la gracia única del Domingo de Ramos, ese “domingo de amor, de estampas gastadas por los besos en el que Algeciras se despierta y prepara”. Así como de enaltecer la “devoción más especial del Martes Santo” o incluso, la solemnidad y magnificencia del “crucificado de Álvarez Duarte en la Caridad de la ciudad”, en alusión a la archicofradía carmelita de los estudiantes.
Bellos pasajes también los dedicados a María Santísima de la Amargura de la Hermandad del Nazareno para la tarde del Jueves Santo. Recordando esos versos históricos de Joaquín Caro Romero, dedicados a la Virgen de la Esperanza Macarena, y que eternizara en la plaza de la Campana el genuino saetero Manuel Cuevas: “de frente y de perfil, más buena moza no cabe”.
Vargas acabó su pregón con los blancos y puros de la Resurrección, un lugar en el que acaba donde todo empieza, con el señor de la Resurrección en la iglesia de La Palma y de cinco letras muy especiales. El mismo número de consonantes y vocales que nos permiten escribir “Jesús y Palma”. Una virgen “coronada como reina de los cielos”, cerró el pregonero en su eterno devoción y amor hacia la patrona.
Javier Gutiérrez y el Cristo de la Providencia
Durante todo el acto, especialmente en los inicios, estuvo muy presente la figura de Javier Gutiérrez, quien debía presentar al pregonero este domingo desde el atril del Teatro Municipal Florida, tristemente fallecido hace una semana. A él le dedicó Vargas sus palabras, así como la suerte de presentador Pablo Quijano, quién aludió a la RAE para explicar su papel de “subsidiario”, no de “sustituto”, en una brillante y emocionante alocución de entrada.
“Los caminos de Dios, no son los nuestros, pero hemos tenido la suerte de ir de la mano en ese camino de Amor y Alegría, junto a la Virgen de la Palma”, detalló magistralmente Quijano.
A nivel estético, sobre el escenario resaltaba la presencia de los pendones municipales además del titular del Consejo Local de Hermandades y Cofradías de Algeciras. Y presidiendo el escenario del Florida, el Cristo de la Providencia que tallase hace cerca de un siglo el algecireño José Román. Una obra que se encuentra en la Parroquia de San García y que dignificó la escena de este anuncio oficial.
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