Killo, el inesperado protagonista del Desfile de las Fuerzas Armadas
Un borrego ha sustituido a la tradicional cabra en el desfile militar del Día de la Hispanidad
Como cada 12 de octubre, Madrid acogió el tradicional Desfile de las Fuerzas Armadas para conmemorar el Día de la Hispanidad. Este año, sin embargo, las intensas lluvias que cayeron sobre la capital marcaron la jornada, obligando a suspender varios de los actos aéreos que se habían planeado. Entre ellos, se cancelaron el salto de la Patrulla Acrobática de Paracaidismo del Ejército del Aire y del Espacio (PAPEA) y la esperada participación de la Patrulla Águila.
A pesar de estas modificaciones, la atención del público que acudió a presenciar el desfile no dejó de centrarse en los protagonistas habituales del evento, entre ellos los miembros de la Legión Española. Y aunque tradicionalmente es una cabra la que acompaña a los legionarios en esta fecha señalada, este año fue un borrego llamado Killo quien acaparó todas las miradas.
Killo, el nuevo "miembro" de la Legión
Killo, un carnero de seis años y mascota del Tercio Don Juan de Austria 3º de la Legión, desfiló con orgullo por las calles de Madrid junto a los soldados. El ovino lucía con elegancia un 'chapiri', el característico gorro legionario, además de un manto decorado con los emblemas de las cuatro compañías de la unidad. Incluso llevaba el nombre de la VII Bandera Valenzuela.
Aunque Killo sea la novedad de este año, no es la primera vez que un borrego ocupa este papel. En 2022, el carnero Titán ya fue el protagonista en lugar de la tradicional cabra, demostrando que la Legión está abierta a nuevas tradiciones sin perder su esencia.
El origen de la cabra en la Legión
La presencia de una cabra acompañando a los legionarios se remonta a las primeras campañas militares de la Legión en la década de 1920, cuando el ganado era esencial para proporcionar alimentos como leche y carne a los soldados durante sus desplazamientos. Con el tiempo, la relación entre estos animales y los legionarios se fortaleció, convirtiéndose en una tradición que ha llegado hasta nuestros días.
No solo se trataba de asegurar el suministro de alimentos, sino que en muchos casos los soldados se encariñaban con los animales, los cuales acababan siendo parte integral de la unidad, en lugar de ser sacrificados. A lo largo de la historia, esta tradición ha evolucionado, y el desfile del Día de la Hispanidad se ha convertido en un momento clave para ver a estos animales desfilar junto a los legionarios.
Además, en los primeros tiempos de la milicia, no solo eran cabras las que acompañaban a las tropas; a menudo, las unidades adoptaban otros animales de las regiones por donde pasaban en sus expediciones, reflejando el profundo vínculo entre los soldados y sus compañeros de cuatro patas. Otros acompañantes a lo largo de la historia han sido perros, loros o incluso monos de Gibraltar, pero la cabra ha sido tradicionalmente la mascota más habitual de los legionarios.
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