Antonio José Mellet Márquez

¿Qué es el Papa?

Tribuna de Opinión

Para un católico, la figura del Sumo Pontífice es, ante todo, su cabeza espiritual y guía en la vida cristiana

Las enseñanzas de Su Santidad suscitan interés en el pueblo cristiano porque confirman su fe

Muere el papa Francisco y el Vaticano se prepara elegir a un sucesor

Mural del papa Francisco en el Hospital Gemelli.
Mural del papa Francisco en el Hospital Gemelli. / EFE / Fabio Frustaci

La figura del Papa goza de una gran proyección a nivel mundial, no sólo en los cristianos, particularmente católicos, sino incluso en miembros de otras religiones o en personas ajenas a cualquier credo religioso. En el imaginario social se encuentra la figura del Papa; no sólo del actual Papa Francisco, que con su liderazgo ha despertado el interés de muchos, sino también de sus antecesores, que cosecharon una gran popularidad, rozando a veces sentimientos casi devocionales.

Pero, ¿qué es un Papa? Ante todo, es la cabeza espiritual de la Iglesia católica, aquella en la que están presentes todos los elementos constitutivos de la Iglesia fundada por Jesucristo. El Papa se convierte en ese líder de la Iglesia universal cuando asume el oficio de Obispo de la Diócesis de Roma y, por ello, sucesor de su primer obispo, el Apóstol San Pedro. Son inseparables la tarea de Obispo de Roma y de cabeza visible de la Iglesia.

Ya sea como cabeza de la Iglesia católica o como Obispo de Roma, el Papa no sólo desempeña un liderazgo espiritual y evangelizador, sino también unas competencias jurisdiccionales sobre el pueblo de Dios a él encomendado, los fieles católicos de Roma y el conjunto entero del pueblo de Dios disperso por todo el mundo, a fin de que no se desvirtúe la identidad y la misión de la Iglesia.

Curia y Secretaría

Para cumplir su función episcopal, delega una parte importante de sus quehaceres en el Vicario de la Diócesis de Roma, quien asume la mayor parte de las actividades que le corresponden al Papa como obispo diocesano. Y para ejercer el gobierno pastoral de la Iglesia universal, se sirve del conjunto de la Curia Romana, es decir, los Organismos que, investidos de las competencias ejecutivas o judiciales, según sea el caso, actúan en su nombre y a su servicio en relación a las iglesias locales o de las otras instituciones eclesiales; aparte estaría su Secretaría de Estado, que le asiste en la relación con las Naciones y los Organismos Internacionales.

A este punto podríamos sentirnos invadidos por cierta ansiedad al pensar en el ingente volumen de trabajo y carga de responsabilidad de un Pontífice, pero no hemos finalizado aún.

Con los acontecimientos del 20 de septiembre de 1870 en el contexto del Risorgimento, esto es, de la reunificación del Estado italiano, desaparecían definitivamente los Estados Pontificios, y el Papa (en aquel momento Pío IX, conocido como el último Papa-Rey) resultaba desposeído de sus dominios temporales. El Pontífice pasaría a autodenominarse “prisionero en el Vaticano”, pues fijó su residencia en el Palacio Apostólico de la colina vaticana. Desde este Papa en adelante, ninguno osaría traspasar los límites de aquella zona hasta 1929, cuando el 11 de febrero, el Papa Pío XI suscribió con el Jefe de Estado italiano los llamados Pactos Lateranenses (por haberse firmado en el Palacio Apostólico de Letrán, en Roma), naciendo así el reducido Estado de la Ciudad del Vaticano, del cual, el Papa es su Jefe.

Diplomacia

Esta entidad cuenta con reconocimiento internacional y relaciones diplomáticas en la actualidad con 180 Estados aproximadamente, y tiene como principal función garantizar la independencia del Pontífice de cualquier otra autoridad temporal. Para ello, no es necesario que ese Estado se extienda por un territorio particularmente amplio, sino que basta un reducido lugar donde el Pontífice pueda llevar a cabo de modo seguro las actividades que corresponden a su gobierno pastoral. Se entiende, pues, que la Ciudad del Vaticano no ocupe más de 44 hectáreas de terreno.

Como Jefe del Estado vaticano, el Papa es el titular de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, y los ejerce principalmente a través de unos organismos denominados Comisión Pontifica, Gobernación y Tribunal del Estado.

Comprobamos que cuando hablamos del Papa estamos refiriéndonos a una figura poliédrica, polifacética, que asume diversas y dispares funciones. Y en esas distintas actividades lo percibimos, ya sea como Jefe del Estado vaticano cuando recibe a otros Jefes de Estado o las credenciales de los distintos representantes diplomáticos, por ejemplo, o como Obispo de la Diócesis de Roma cuando se dirige a las distintas parroquias de aquella iglesia local. También lo encontramos como Pastor de la Iglesia universal al realizar una visita pastoral fuera de Roma, incluso a otros países, para animar la vida de fe de las comunidades locales, o al recibir a los peregrinos en la Basílica o en la Plaza de San Pedro del Vaticano, por ejemplo, en la Audiencia pública de los miércoles.

Para un católico, la figura del Papa es, ante todo y por encima de todas las demás, su cabeza espiritual y guía en la vida cristiana.

El mandato de Jesús

Podemos resumir todas las funciones del Papa en una sola, acudiendo al mandato explícito y directo que Jesús dirigió a Pedro: “confirma a tus hermanos” en la fe (Lc. 22, 32).

Por este motivo las enseñanzas del Papa suscitan interés en el pueblo cristiano, porque vienen a confirmar su fe, haciéndola sólida y practicable en la vida cotidiana; y las propias circunstancias personales del Pontífice interesan al creyente, no porque el católico sea un papista, en el sentido negativo del término, y venere idolátricamente su figura, sino porque reconoce en él al Vicario de Cristo en la Tierra, enviado para ayudarle en el cumplimiento de sus deberes cristianos, correspondiéndole con oraciones por los frutos de su ministerio.

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