Urbano VII: El pontificado más corto de la historia

Una repentina enfermedad truncó el papado de Giovanni Battista que no llegó a durar ni dos semanas

Los ocho papas que han gobernado la Iglesia Católica en los últimos 100 años

Urbano VII
Urbano VII

La historia del papado cuenta con numerosas figuras influyentes, pero pocas tan peculiares como la de Urbano VII, cuyo reinado en la silla de San Pedro fue el más corto de todos los tiempos.

Elegido papa el 15 de septiembre de 1590, falleció tan solo trece días después, el 27 de septiembre, sin llegar a ser coronado.

Sin embargo, su dilatada trayectoria eclesiástica previa lo convierte en una figura destacada del siglo XVI.

Giovanni Battista Castagna

Nacido como Giovanni Battista Castagna, su carrera eclesiástica comenzó en 1553 con su nombramiento como arzobispo de Rossano.

Apenas dos años más tarde, bajo el pontificado de Julio III, fue designado gobernador de Fano.

Ya durante el papado de Pablo IV, pasó a ejercer como gobernador de Perugia y Umbría, cargos que demostraron su habilidad en la gestión política y eclesiástica.

Entre 1562 y 1563 representó a Pío IV como legado pontificio en el Concilio de Trento, uno de los eventos clave de la Contrarreforma.

Enviado a España

Más adelante, acompañó al cardenal Buoncompagni —quien llegaría a ser el papa Gregorio XIII— a España como parte de la legación papal enviada a intervenir en el controvertido proceso contra el cardenal Bartolomé Carranza, arzobispo de Toledo.

Durante siete años permaneció en España en calidad de nuncio apostólico, fortaleciendo los lazos diplomáticos entre Roma y la monarquía hispánica. De regreso en Italia, renunció a la sede arzobispal de Rossano y en 1577 fue nombrado nuncio en Venecia.

Poco después, ocupó la gobernación de Bolonia y en 1578 fue enviado como legado extraordinario a Colonia, en una delicada misión diplomática que desembocaría en la Unión de Arras.

Su regreso definitivo a Roma marcó una etapa de creciente prestigio: en 1583 fue creado cardenal presbítero del título de San Marcelo y, al año siguiente, legado papal en Bolonia.

Bajo el pontificado de Sixto V, se le confió la responsabilidad de Inquisidor general del Santo Oficio, consolidando su perfil como uno de los hombres más influyentes de la curia romana.

La elección como papa en 1590 parecía la culminación de una vida al servicio de la Iglesia.

No obstante, una repentina enfermedad truncó su pontificado antes siquiera de que pudiera ser coronado, dejando su legado más en su carrera previa que en su breve paso por el trono de San Pedro.

A pesar de su fugaz pontificado, la figura de Urbano VII sigue siendo recordada como un ejemplo de servicio diplomático y compromiso con las reformas eclesiásticas del siglo XVI.

stats