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David Fernández
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Alimentación
Tras unas merecidas vacaciones de verano, la vuelta al cole ha llegado y con ella, como cada año, las intensas horas de estudio, en las que habrá que rendir a tope. Y, para ello, todos los expertos señalan que es vital prestar una especial atención a la alimentación. No hay duda de que una dieta variada, completa y equilibrada contribuye a mejorar la energía en los estudios y aporta ese combustible necesario para concentrarse durante toda la jornada.
En líneas generales, los nutricionistas coinciden en señalar un patrón alimenticio que contiene muchas frutas, verduras, legumbres y cereales integrales. También los expertos suelen recomendar obtener proteínas de fuentes vegetales y pescado y elegir grasas saludables, como el aceite de oliva, en lugar de grasas saturadas.
Pero, ¿cuáles son los mejores alimentos para el cerebro? Según la Harvard Medical School, son los mismos que protegen el corazón y los vasos sanguíneos. Esta prestigiosa institución habla de los vegetales de hoja verde, como la col rizada, las espinacas, las coles y el brócoli, ricos en nutrientes saludables para el cerebro. Asimismo, incluye los pescados grasos, como fuentes abundantes de ácidos grasos omega-3, grasas insaturadas saludables que se han relacionado con niveles más bajos de beta-amiloide en la sangre, la proteína que forma grumos dañinos en el cerebro de las personas con la enfermedad de Alzheimer.
La Harvard Medical School nombra también a las bayas como un alimento que ayuda a mejorar la memoria, debido a los flavonoides, los pigmentos vegetales naturales que dan a estos frutos sus tonos brillantes, y el té y el café, como una bebida que por la mañana podría ofrecer algo más que un simple impulso de concentración. Para ello, menciona un estudio de 2014 publicado en The Journal of Nutrition, cuyos participantes con mayor consumo de cafeína obtuvieron mejores puntuaciones en pruebas de función mental. Según otra investigación de la Universidad Johns Hopkins, la cafeína también podría ayudar a solidificar nuevos recuerdos.
Por último, la universidad norteamericana alude en esta lista a las nueces y recuerda una investigación de 2015 de la UCLA, que relacionaba un mayor consumo de nueces con mejores puntuaciones en las pruebas cognitivas.
En este mismo sentido, se ha pronunciado recientemente un estudio liderado por el Institut d’Investigació Sanitària Pere Virgili (IISPV), en el que han colaborado ISGlobal y el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM), cuyas conclusiones indican que comer nueces de forma habitual podría beneficiar el desarrollo cognitivo de los adolescentes y contribuir a su maduración psicológica.
El informe también constata que para que los estudiantes se desarrollen correctamente a nivel cognitivo y psicológico es tan importante seguir una dieta saludable como mantener estos hábitos en el tiempo y no abandonarlos.
“Si los chicos y chicas hicieran caso a estas recomendaciones y realmente comieran un puñado de nueces al día, o al menos tres veces a la semana, verían muchas mejoras sustanciales en las capacidades cognitivas, y les ayudaría a afrontar los retos que implica la etapa de la adolescencia y la entrada en la adultez. La adolescencia es un período de gran desarrollo cerebral y de comportamientos complejos que requiere una cantidad importante de energía y nutrientes”, concluye Ariadna Pinar, primera autora del artículo.
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