Una dulce Navidad con borrachuelos

Las festividades navideñas son tiempos de dejar a un lado las dietas y aprovechar para disfrutar con la amplia oferta de dulces disponibles. En el Campo de Gibraltar, además, se une una deliciosa tradición que endulza los paladares y evoca el sabor de siglos pasados: los borrachuelos.

Estos exquisitos dulces, conocidos como “frutas de sartén”, son una joya culinaria que fusiona la historia y la magia de la Navidad en una sola mordida.

Los borrachuelos tienen profundas raíces en la comarca, siendo un manjar que ha deleitado a generaciones durante siglos. Su nombre, evoca la esencia del vino que embriaga la masa, otorgándole un carácter único y especial. Se asemejan en ciertos aspectos a los pestiños, casi pudiendo considerarlos sus primos, pero su distinción radica en su relleno de cabello de ángel, que añade un toque celestial a este bocado navideño.

El Arte de la Preparación

La preparación de los borrachuelos es un ritual que une a las familias en la cocina y que, aunque pueda haber sutiles variaciones, sigue una receta más bien marcada. Comienza con la aromatización de la manteca de cerdo, infundiendo las mondas de naranja y limón en la grasa caliente. Esta mezcla perfumada se combina con ajonjolí y matalauva, creando una base única que potencia los sabores.

En un bol generoso, se congregan los ingredientes clave: harina, licores, zumo, ralladura de naranja, azúcar y una pizca de sal. La manteca templada se une a esta amalgama, revelando la magia de la masa. Aunque al principio pueda parecer que hay demasiada grasa, la mezcla final absorbe cada componente dándole textura.

Después de reposar durante una hora, la masa se divide en porciones que se transforman en bolitas del tamaño de una nuez grande. Con un toque de maestría, se estiran con un rodillo, dándole formas ovaladas que son el lienzo para el relleno de cabello de ángel.

Por último, falta el toque del celestial con una cucharada de este manjar, que se coloca en el centro de cada porción y que luego se pliega con destreza, adoptando la forma de una empanadilla. Los bordes se sellan con la firmeza de un tenedor, creando un paquete de sabores y texturas que deleitarán a todos los comensales.

Estos sabrosos dulces no son simplemente un postre, son una conexión con la rica historia del Campo de Gibraltar. Su forma de empanadilla, su relleno celestial y su nombre evocador son testigos de siglos de celebraciones navideñas entre las familias. Cada bocado es un viaje en el tiempo que nos lleva a las cocinas de antaño donde la magia de la Navidad se mezclaba con la maestría culinaria.

Los borrachuelos son más que un dulce navideño, son un recordatorio de la rica herencia gastronómica que perdura en el tiempo en la comarca y que sigue llevando consigo la esencia misma de la Navidad en el Campo de Gibraltar.