"Yo no soy de San Roque pero me siento sanroqueña"

Mariquita León. Pregonera

Es posible que no haya nadie en San Roque que no sepa quién es Mariquita León. Esta mujer luchadora y carismática es una de las vecinas más queridas del pueblo, por lo que este año será la encargada de dedicarle unas palabras a la localidad que la ha acogido durante toda su vida. Natural de Benaoján, llegó a San Roque con 11 años y desde entonces ha vivido entre el cariño de los sanroqueños. Antes de dar el pregón el martes de Feria, mantuvo una bonita conversación, llena de recuerdos, con este periódico.

Mariquita León
Mariquita León

06 de agosto 2024 - 00:55

–¿Quién es Mariquita León?

–Yo soy una ama de casa que ha estado toda la vida trabajando en una carnicería en San Roque. Me llaman Mariquita León porque mi marido se llamaba León de apellido, y yo he sido una ama de casa adelantada para mi tiempo, en el sentido de que llevaba un negocio. Me encargaba de preparar chorizo, morcilla, carne en blanco, carne en colorao, chicharrones... todas esas cosas. Y ya está, yo no he hecho otra cosa, nada más que trabajar toda mi vida y ayudar a quien he podido.

–¿Por qué se vino de Benaoján a San Roque?

–Me vine con mi padre porque él encontró trabajo aquí de panadero cuando yo tenía 11 años. Allí en Benaoján hay mucha tradición también de chacinas y por eso yo sabía del tema y empecé a hacer los chorizos, morcillas, chicharrones... todas esas cosas que he estado haciendo durante 50 años. Cuando yo tenía 21 años mis padres se fueron a Alemania y yo me casé para quedarme en San Roque con el que era mi novio.

–¿Cómo surgió la idea de montar la tienda?

–Mis suegros tenían un pequeño local, una carnicería pero hecha a lo antiguo. Cuando la cogí ya la modernicé, la puse con mostradores de cristal, y entonces ya se abrió la tienda de otra forma. Y así fueron pasando los años, gracias a Dios crié a mis hijos y saqué adelante a mi familia. Me ayudaron mis hijos y mi marido, pero la principal en el negocio era yo, la que estaba detrás del mostrador. Hasta mi abuela ha ayudado, que era la que pelaba los ajos. Mi casa ha sido una casa de trabajo, de lucha. Hacíamos carne, chorizo y de todo, todo era bueno.

–¿Cuáles han sido los motivos por los que la han elegido para pregonar la Feria?

–Me llamaron al Ayuntamiento y me dijeron que si yo quería dar el pregón. Yo les dije que yo soy una persona normal y corriente, que no sabía escribir un pregón. Me dijeron que no me preocupara, que me ayudarían. Me ha dicho el alcalde que me ha elegido porque soy una persona muy conocida en el pueblo, a la que la gente quiere mucho. Yo he ayudado a muchas mujeres en aquella época, he ayudado a mucha gente que no tenía qué comer. Y la gente de este pueblo es muy agradecida.

–La carnicería era un punto de encuentro.

–Claro, le preguntaban a una “¿A dónde vas?” y contenstaban “Ancá Mariquita León”. La carnicería estaba en la calle La Cruz y la dejé cuando me jubilé, a los 65 años. 

–Las personas con tiendas de alimentación habéis ayudado mucho a la gente durante el siglo pasado.

–Verdad. Yo hacía 400 kilos de chorizo a la semana. Los 3 ó 4 que se me partían los guardaba para dárselos a personas a las que les hacía mucha falta. Algunas llegaban que les faltaba el dinero y yo les dejaba fiado y todo el mundo me lo devolvió todo, nadie me dejó nada a deber. Era una situación de necesidad, no pedían por gusto. 

–¿Cuántas personas conforman su familia?

–He estado casada con José León y me quedé en San Roque con mis suegros. Tuvimos cuatro hijos y tengo siete nietos y cuatro bisnietos.

–¿Sigue haciendo chacinas de vez en cuando?

–Algo se hace, pero la carnicería la ha heredado mi hijo y ya es él quien se encarga. Se sigue llamando Mariquita León y ahora está en Los Olivillos.

–¿A qué se dedica ahora?

–Hago muchísimo crochet y coso. También voy a la escuela de la memoria, he hecho barro... yo ya he tocado todos los palos.

–¿Cómo se siente siendo la pregonera de San Roque?

–Muy orgullosa, porque yo no soy de San Roque pero me siento sanroqueña, porque mis hijos, mis nietos y bisnietos son sanroqueños y yo quiero mucho a la gente de San Roque, porque me han ayudado mucho, han venido a comprarme, y para mí San Roque es mi pueblo.

–¿Qué es lo que más le gusta de San Roque?

–La tranquilidad, que se vive muy bien. He tenido unos vecinos muy buenos. Yo ahora vivo sola pero en mi casa siempre hay gente, vienen mis hijos, mis vecinas, y me siento muy arropada. Me lo paso muy bien con mis amigas de la memoria, no nos aburrimos. 

–¿Ha sido ferianta?

–Sí, no sé si me gustaba a mí más la Feria o a mi marido. Cada noche decíamos que no íbamos a volver y cuando llegaban las 22:00 nos animábamos. Nos hemos llevado muy bien, nos lo hemos pasado bomba. Ya me ha llegado la vejez y hay que sostenerla lo mejor que pueda una. Gracias a Dios no puedo quejarme. 

–¿Cuántas horas echaba en su tienda?

–Abría todos los días, y antes de irme a la tienda me dejaba tres lavadoras tendidas. Trabajaba todo el día, y así he pasado mi vida. Cuando jubilaron a mi marido me ayudaba a mí.

–¿Hay algo que le quiera transmitir su pueblo?

–Pues sí: que le agradezco mucho todo lo que ha hecho por mí, queriendo o sin querer, y todo lo que me está haciendo ahora, porque yo no me lo esperaba. La gente de San Roque han sido mis compañeros.

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