Un paraíso en el Parque Natural de Los Alcornocales

SUPLEMENTO FITUR 2020

Turismo de calidad basado en su gastronomía y naturaleza

Un paraíso en el Parque Natural de Los Alcornocales
Un paraíso en el Parque Natural de Los Alcornocales

21 de enero 2020 - 09:00

La Finca La Almoraima, perteneciente a la sociedad La Almoraima S.A. S.M.E., dispone de más de 14.000 hectáreas de superficie, principalmente dedicadas al aprovechamiento forestal de corcho, leñas, maderas, actividad cinegética... Además dispone de cultivos agrícolas, como cereales, naranjas, aguacates, olivos… y de una gran ganadería de vacas retinta.

Se trata de una finca principalmente de carácter forestal, con una representación de los diversos ecosistemas que pueden encontrarse en el Parque Natural de Los Alcornocales, donde se ubica, y por ende del Bosque Mediterráneo, siendo las especies más emblemáticas el alcornoque y el quejigo o roble andaluz, acompañadas por acebuches, madroños, brezos, entre otras muchas especies, incluyendo especies endémicas y relictas de helechos o el rododendro, de gran valor botánico.

Además, aparece un importante tesoro cultural y arqueológico, como son pinturas rupestres del neolítico, únicas en el mundo y clasificadas como Arte Sureño, de gran interés para la comunidad científica y que han llegado hasta nuestros días gracias a la protección que ha ejercido durante miles de años la densidad de estos bosques.

Pero la joya de la finca, es el Hotel Casa Convento La Almoraima. Se trata de un convento del siglo XVII construido sobre una pequeña y antigua ermita, que luego fue casa palaciega y actualmente es un hotel de cuatro estrellas rurales rodeado de monte y tranquilidad.

El hotel es un clásico para la celebración de grandes eventos, bodas y reuniones, ahora con una firme apuesta por potenciar el turismo activo y de naturaleza, aprovechando todos los recursos disponibles para que el visitante pueda sentir y vivir de primera mano las diferentes actividades que se realizan en este lugar único y exclusivo.

Rutas guiadas por senderos perdidos y antiguas vías de saca empedradas adosadas en las laderas de estos montes, paseos a caballo bajo grandes bosques de quejigos y praderas correteadas por gamos y ciervos, accesibilidad para todos a través de rutas en vehículos todoterreno, remontar por la cola del embalse del Río Guadarranque en kayak… fauna silvestre, antiguos restos de poblados, leyendas e historia, aventura y naturaleza, en un entorno mágico.

Un turismo gastronómico, basado en la exquisitez de sus carnes de caza y productos del monte como los espárragos, setas y tagarninas. Productos frescos y de temporada, de una cocina local, tradicional y mediterránea. De cocidos y fogones, campera, tranquila, relajada, de buena compaña… Con toques más atrevidos combinando sabores del litoral, de ese Estrecho de Gibraltar, como las ortiguillas de mar revueltas con tagarninas. Una oferta gastronómica maridada con una selecta carta de vinos y postres de la casa, como las tradicionales peras al vino tinto… sabores y aromas para un turismo de emociones.

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