Algeciras, una Semana Santa imparable

Domingo de Ramos, el calendario nos marca de nuevo el día esperado, el punto de partida de una nueva Semana Santa. Semana que nos llevará a vivir y sentir desde hoy una autentica exaltación de los sentidos, la fusión de la primavera, la religiosidad popular, el fervor, la Pasión y la esencia de nuestras más profundas creencias.

Algeciras, capital de la Comarca y su Bahía, vive en este dos mil veintidós una Semana Santa más extensa de lo habitual, y no lo digo solo por las vísperas acaecidas en el cercano Viernes de Dolores en torno a la imagen de Jesús Coronado de Espinas y sus futuros aires de cofradía, sino porque desde hace unos años, pero sobre todo en la actualidad, la Semana Santa de Algeciras constituye uno de los principales elementos dinamizadores de nuestra sociedad local.

Una Semana Santa especial que ha experimentado un crecimiento y auge nunca vistos por estas tierras. Nuestra Semana Santa configura y representa un papel crucial en diversos aspectos ciudadanos.

En el sector económico, el impacto que la Semana de Pasión supone para el gremio hotelero, comercial y hostelero de la ciudad constituyen uno de los principales picos de generación de riquezas anuales para sus economías. Hoteles, bares, restaurantes y comercios tanto en las principales vías del casco histórico como de los barrios que acogen a algunas de nuestras hermandades, así como las zonas intermedias que conectan dichos barrios cofrades con el centro algecireño en el discurrir diario de nuestras corporaciones buscando la Iglesia Mayor de Santa María de la Palma.

La Semana Santa en añadidura, supone un crecimiento de las cifras turísticas de la Ciudad. Algeciras ve llegar hasta su término diferentes turistas y visitantes llegados más allá de las lindes de nuestra Comarca, debido no solo a la amalgama de bondades del lugar; playas, parques naturales, gastronomía, oferta cultural, buen clima, todo ello coronado por el culmen que supone nuestros desfiles procesionales en las tardes noches de estos sagrados días.

La Semana Santa algecireña posee en la actualidad una importante fuerza motriz de carácter sociabilizador, la Semana Santa vertebra como solo pocas celebraciones locales consiguen (a excepción de nuestra Feria Real), el tejido social entre los diferentes barrios y el centro urbano, mezcla a multitud de algecireños de diferentes generaciones entre esquinas, calles, avenidas, jardines, algecireños de diversos gustos, diferencias, ideas, aficiones o problemas, se unen para salir a la búsqueda de una de nuestras mayores señas de identidad, nuestra Semana Santa.

Es la Semana Santa un agente inversor, consigue poner en funcionamiento los engranajes de los diversos organismos institucionales, caso del Excmo. Ayuntamiento de nuestra Ciudad y el Consejo Local de HH y CC, ambas entidades caminan de la mano desarrollando un importante y detallado plan de regeneración y embellecimiento del entorno urbano: mejoras y remozamientos en calles, plazas, avenidas, parques y jardines, planes de asfaltado, iluminación, seguridad, limpieza, campañas promocionales de la imagen de nuestra Ciudad y nuestra Semana Santa, así como diversos planes de acción para incentivar el consumo en nuestros comercios y restaurantes. Por no decir la apuesta firme y decidida del Consejo Local por dotar a la Ciudad de una Carrera Oficial digna, elegante, ambiciosa y accesible.

No obstante, y a pesar de todo lo descrito, la Semana Santa contiene una raíz eminentemente religiosa, nuestras más hondas raíces cristianas se hunden en la lejanía de los siglos de esta Ciudad conquistada por aquellas tropas castellanas al mando del muy mariano Rey Alfonso XI, conquistador de unas tierras a orillas de la bahía que vieron llegar al monarca junto a la primitiva imagen de Santa María de la Palma, entronizada en el nuevo Altar Mayor de la antigua Mezquita Aljama y consagrada ésta como Catedral bajo la advocación de la que hoy es Madre y Patrona del Reino de las Algeciras.

Ante nuestros ojos, se nos muestra desde hoy Domingo de Ramos una oportunidad sin igual para vivir y sentir nuestra Fe, recorrer nuestras calles, deleitarnos en los rincones de los lugares que representan el santo y la seña de nuestros orígenes, tardes de suave sol y noches de luna plena perfumadas en azahares y jazmines entre inciensos y ciriales, largos cortejos penitentes, promesas, bandas de música y candelerías prendidas bajo los palios de nuestras dolorosas.

Algecireños iniciemos hoy juntos y de la mano el camino en unión a Dios para vivificar su Pasión, Muerte y Resurrección.

¡Algeciras, Feliz Domingo de Ramos ¡