El BiBo de Dani García en Valdevaqueros elevará la marca gastronómica de Tarifa
El chef marbellí instalará su restaurante veraniego en la parcela del Proyecto Eolo junto a Casas de Porro
El alcalde resalta que será una construcción sostenible y desmontable
Tarifa/El desembarco del chef marbellí Dani García en Tarifa, más cerca. El restaurante veraniego BiBo del prestigioso restaurador se construirá en las próximas semanas en la zona costera de Casas de Porro, junto a la playa de Valdevaqueros, como parte del proyecto autorizado por el Ayuntamiento de Tarifa en 2017 para habilitar en una parcela privada un establecimiento hostelero y un aparcamiento. Las tareas previas a las obras ya han comenzado, según confirmó ayer a Europa Sur el alcalde, Francisco Ruiz.
“Los nuevos promotores retoman el proyecto autorizado y aprobado en su día con un establecimiento emblemático y que será respetuoso con el entorno. Nada de lo que se va a instalar en Casas de Porro será permanente. El chiringuito irá colocado sobre el terreno y será plenamente desmontable. El entorno va a pasar de ser una zona de vertidos y ocupación descontrolada a un entorno ordenado. Estamos muy satisfechos por la diferencia que va a suponer. Esperamos que se abra lo antes posible. Es un establecimiento de alto nivel que aportará nivel a un municipio muy reconocido por su gastronomía”, apuntó Ruiz.
El negocio de Dani García, bajo la marca BiBo, se acomodará en el hasta ahora conocido como Proyecto Eolo, que cambió de propietarios tras el desestimiento del promotor inicial. El año pasado se puso en marcha el aparcamiento y para este 2019 se completará con el chiringuito que gestionará el chef galardonado con tres estrellas Michelin.
El Proyecto Eolo autorizado por las diferentes administraciones –según la infografía que acompaña esta información– contemplaba en su momento una estructura en madera de 372 metros cuadrados y otros 170 de terraza. La iniciativa validada en 2017 incluía además un aparcamiento de hasta 400 plazas, de las que un 10% (40) se ubican sobre un suelo de zahorra compactada mientras que el resto se habilitan en el mismo terreno natural, nivelado y compactado.
Sobre el chiringuito, la actuación que se proyecta debe ser fácilmente desmontable y la cimentación del edificio se resolverá mediante la ejecución de un entramado de vigas de madera apoyadas sobre una capa de unos 30 centímetros de grava confinada en un cajeado de madera de pino tratada. Los únicos movimientos de tierra consistirán en aportes de materiales estériles, salvo las excavaciones de zanjas necesarias para dotar al edificio de los servicios de agua, electricidad y saneamiento, explicaron a Europa Sur los promotores originales.
Los suministros de agua y de electricidad se harán mediante canalizaciones enterradas de no más de 50 centímetros de profundidad, desde el edificio hasta los cuadros de contadores existentes en las inmediaciones de la venta Casas de Porro.
Además, el recinto también preveía una escuela de naturaleza y una escuela náutica que se mantienen, según puntualizó el alcalde de Tarifa. Toda la concesión tiene un plazo inicial de 10 años.
Dani García anunció las líneas maestras de la gestión de sus restaurantes el pasado febrero. En aquel momento trascendió que Dani García Restaurante (el galardonado con las tres estrellas Michelin) se transformará en un local especializado en carnes mientras que BiBo, con sedes en Marbella y Madrid, abrirá Qatar, en el aeropuerto de Málaga y contará con la versión veraniega en Tarifa. Lobito de Mar, el chiringuito urbano de Marbella, también tendrá local en el madrileño barrio de Salamanca a partir de junio.
La compañía mantuvo en las pasadas semanas abierto el proceso de selección para unas veinte personas para formar parte de la plantilla del futuro establecimiento costero en la localidad.
Críticas ecologistas
Los grupos ecologistas del Campo de Gibraltar, así como plataformas ciudadanas como Somos Tarifa y partidos políticos (Equo y Podemos Tarifa) criticaron la iniciativa durante la tramitación administrativa del proyecto por parte del Ayuntamiento de Tarifa, la Junta de Andalucía y el parque natural del Estrecho por entender que la instalación supone un impacto irreversible sobre el terreno.
Los conservacionistas intentaron a lo largo de 2017 y 2018 la paralización cautelar del proyecto con, entre otras acciones, denuncias ante la Fiscalía que no progresaron. En ellas alegaban que el entorno en el que se planteaba la actuación forma parte de la Red Natura 2000, que existen restos arqueológicos y especies protegidas como la nutria, la colmilleja, el chorlitejo patinegro, el águila pescadora o el salinete.
El proyecto obtuvo el visto bueno de la junta rectora del parque natural del Estrecho en marzo de 2017 mientras que la licencia de obras por parte del Ayuntamiento llegó en febrero de 2018. El promotor original desistió de la puesta en marcha para aquel verano por la presión ecologista.
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