La Justicia condena a los tres ingenieros de Endesa por el accidente del 100% Fun de Tarifa

El Juzgado de lo Penal núnero 2 de Algeciras ha condenado con sanciones económicas —pena de multa de 15 meses— a los tres ingenieros de Endesa imputados por la deflagración del transformador 29272 que se cobró en el verano de 2017 la vida de dos personas y produjo graves secuelas a seis más, todos trabajadores del hotel 100% Fun de Tarifa. Además, la compañía Endesa, como responsable civil solidario, deberá indemnizar a todos los afectados.

Sentencia de conformidad

Casi seis años después de la tragedia, el juez ha dictado una sentencia de conformidad que cierra el procedimiento sin la necesidad de que se celebre un juicio oral. Esta resolución ha permitido a las partes —acusación, defensa y Ministerio Fiscal— llegar a un acuerdo que recoge una rebaja de la condena a cambio de que todos los imputados hayan reconocido los hechos delictivos y admitido su culpa en el accidente, según ha informado a Europa Sur el abogado por la vía penal de las víctimas, Juan Marín.

A la compañía eléctrica se le atribuyen dos delitos de homicidio por imprudencia menos grave y seis delitos de lesiones por impudencia menos grave —en un principio el grado era grave— con los atenuantes de reparación del daño ya que Endesa ya realizó un depósito parcial de las cantidades finalmente reconocidas en la sentencia, así como por las dilaciones indebidas.

En el escrito de acusación del fiscal y de las acusaciones particulares se solicitaban hasta 4 años de cárcel y 6 de inhabilitación para los tres ingenieros encargados de la revisión y el mantenimiento del transformador eléctrico que deflagró.

Ahora, una vez que la responsabilidad civil ha sido admitida, la compañía aseguradora Axa Corporate Solutions Assurance y Edistribución Redes Digitales deberán abonar las indemnizaciones acordadas.

Las causas del accidente

Para Marín, uno de los éxitos es que la sentencia declara como hecho probado que Endesa no realizó los controles pertinentes en el transformador 29272 y que se detallan las causas del accidente. "Este hecho repercute en que, en lo sucesivo, se puede exigir a las empresas distribuidoras de suministro eléctrico que adopten más medidas preventivas en sus instalaciones y que las administraciones, a través de la consejería competente, tienen que exigir a estas empresas a cumplir con revisiones y protocolos más estrictos".

La sentencia de conformidad, en la declaración de hechos probados, indica que la deflagración en el 100% Fun, la tarde del 5 de agosto de 2017, se produjo por una sobrecarga del centro de transformación, el cual sufría una demanda de energía eléctrica muy superior a la que podía soportar. "El transformador experimentó un deterioro continuo hasta que el material se rompió", detalla el abogado de las víctimas. "Endesa ha admitido que no adoptó las medidas de seguridad necesarias ni realizó los controles de potencia para evitar esta sobrecarga".

Desde la asociación de afectados por el accidente reclamaban la necesidad de implementar algún protocolo previo, para comprobar la actividad y la capacidad de los transformadores eléctricos, antes de autorizar nuevas conexiones.

Casi seis años de espera

"Si no hubiéramos alcanzado esta sentencia de conformidad y Endesa hubiera recurrido a otras instancias, el proceso judicial se habría alargado otros seis u ocho años, con el desgaste emocional que eso conlleva", explica Marín, quien admite que "la batalla ha sido dura" porque ha tenido que enfrentarse a "una de las grandes empresas de nuestro país con los mejores despachos de abogados". También ha transmitido su agradecimiento a los familiares de las dos fallecidas, de 32 y 33 años, a los heridos y al equipo multidisciplinar que le ha ayudado durante este largo proceso.

El próximo 5 de agosto se cumplirán seis años de la deflagración del transformador 29272 que acabó con la vida de dos jóvenes trabajadoras —Sara Ojeda y Mari Luz Morillo— y dejó a otros seis compañeros del establecimiento —Daniel Domínguez, Francisco Javier Fernández, Francisco Javier Morillo, Juan Antonio Puerto, Esther Álvarez e Irene Rodríguez— con graves secuelas físicas y psicológicas.

El incendio fue de tal magnitud que varias localidades de los alrededores se quedaron temporalmente sin luz. Desde entonces, los supervivientes han pedido sin descanso que se hiciera justicia.