Música y alegría en la Alameda de Tarifa

Feria de Tarifa 2019 | Coronación y pregón

Lola García y Valentina Rodríguez emprenden sus reinados como representantes juvenil e infantil

El pregonero, José María Muñoz, inunda el escenario de acordes y símbolos tarifeños

Un momento de la coronación.
Un momento de la coronación. / Jorge Del Águila

Tarifa/Sería imposible concebir unas fiestas patronales sin los acordes de un pasodoble que animen al baile y la alegría. La gala de coronación de la Feria de Tarifa rindió este sábado un homenaje a la música en el acto que supuso el arranque de la última de las ferias del Campo de Gibraltar de este año.

Los festejos en honor a Nuestra Señora de la Luz, que se prolongarán hasta el domingo 8 de septiembre, comenzaron con la coronación de Lola García y Valentina Rodríguez como reinas juvenil e infantil, respectivamente, además de las palabras de bienvenida del músico José María Muñoz.

A las nueve, todo estaba dispuesto en el escenario instalado en la Alameda de Tarifa. Desde el escenario, la estatua de Guzmán el Bueno –integrada en la escenografía– presidía la composición que arrancó con la actuación del Grupo de Fandango Tarifeño. Fue la primera de las intervenciones musicales que jalonaron la noche en la que también participaron la banda municipal de música Pintor Manuel Reiné, la Coral de Tarifa, el Coro de Cámara Ars Morendi y la soprano María de la Luz Román acompañada al piano por Pedro Gavilán. Todos contribuyeron a realzar los momentos más destacados de la gala, especialmente el pregón de Muñoz que, como director de la banda, coral y coro, se vio plenamente arropado por sus integrantes.

Tras el fandango hubo un homenaje a otra de las artes: la pintura. Manuel Reiné, presente en el escenario a través de varias de sus obras y en el cartel anunciador de este año, recibió un cálido aplauso de los tarifeños en el tramo inicial de la celebración antes de adentrarse en la parte más protocolaria.

Tras el pasodoble De la Zarzuela Cádiz, se produjo la entrada en el escenario de las cortes infantil y juvenil. Primero subieron al escenario las representantes de los niños tarifeños encabezados por la reina, Valentina Rodríguez, y sus damas: Laura Pérez, Lola Pérez, Lucía Maldonado, Carmen Carulla, Adriana Rodríguez, Adriana Arzúa, Indara Cazorla y Kenia María Lozano.

La corte juvenil se situó luego en sus asientos, compuesta este año por Aurora Fernández, Alba Serrano, Gloria González y Yayi Franco junto con Lola García como reina. Su predecesora, Alejandra Braza, subió en último lugar al escenario junto al alcalde tarifeño, Francisco Ruiz. El Himno de Pompa y Circunstancia de E. Elgar adornó el momento.

Con todas las protagonistas frente al pueblo de Tarifa, Valentina Rodríguez y Lola García recibieron sus coronas entre aplausos para, a continuación, dar paso a la imposición de las bandas a sus respectivas cortes de honor.

Cubierta esta parte de la gala, llegó el turno de José María Muñoz. El pregonero, presentado por Isabel María Maldonado, desgranó su intervención entre viviendas de infancia y juventud, su relación con la festividad de Nuestra Señora de la Luz y la cabalgata agrícola, palabras hacia el pueblo de Tarifa y una oda a la amistad.

“Que mi pueblo me confíe promulgar a viva voz, en este espacio público, la proclama de nuestras fiestas patronales y compartiendo escenario con la gente que más quiero, os puedo asegurar, que no tiene precio”, confesó. A ambos lados del atril se situaban el coro y la banda de música con las que Muñoz comparte horas de ensayo.

“Me siento tan pequeño y tan abrumado, como una gota en nuestro mar inmenso, que me hace pensar realmente si soy merecedor de ser vuestro pregonero. Verdaderos pregoneros de nuestro pueblo son los que llevan el nombre de Tarifa a gala por el mundo, verdaderos embajadores de nuestra tierra como Guillermo Pérez Villalta, Chema Cobos, Antonio Rojas, Juan Villalta o nuestra recientemente fallecida Blanca Orozco; también José Luis García Vergara, maestro de maestros con mayúsculas, una estrella que brilla con luz propia en las tierras germanas”, dijo.

Muñoz recordó que siendo un niño anunciaba por megafonía las fiestas de Tarifa a bordo del coche de Juan El Tecle durante el tramo de pregón dedicado a sus vivencias. Tras un poma, Muñoz apuntó que el ritmo de su existencia se basa en “preparativos, carreras, papeles, partituras, procesiones, funciones y novenas”. “Siempre que ustedes me lo permiten, a poner la banda sonora a un mes de septiembre que sirve como desenlace a del efímero estío”, apuntó.

El tercer bloque de su intervención, dedicado al pueblo de Tarifa, arrancó con cálidas palabras hacia las cortes infantil y juvenil. “Hoy brilláis con luz propia porque os lo merecéis por vuestro trabajo, por vuestro esfuerzo, por vuestra entrega a un tocado mundo que necesita de valientes para mejorarlo y cuidarlo”, resaltó.

Y, desde ahí, la última parte estuvo marcada por tres pasodobles de Tarifa, entre ellos Tarifa Blanca. “Este significado tiene Tarifa. Tarifa compleja y simple al mismo tiempo, Tarifa de juventud y Tarifa de cuantos ya no están con nosotros dejando su esencia derramada por las calles y penetrando en nuestro alma y en nuestros sentidos cada día y en cada nido. Ellos fueron quienes nos pusieron en el camino, él es quien, con sus besos, marcó el ritmo de mi existencia”, ensalzó José María Muñoz.

La recta final de su presencia sobre el escenario se basó en una proclamación pura y dura de un pregón: “Por la condición de ser vuestro pregonero y por orden del señor alcalde, se hace saber que se da comienzo a la Real Feria y Fiestas de Tarifa en honor a la Virgen de la Luz, su Patrona. Que es de obligado cumplimiento asistir y disfrutar del mes más bello de cuantos posee el calendario, partiendo de este brindis y el cual alzo mi copa y comparto con todos y todas vosotras este regalo que la ciudad de Tarifa tiene a bien en ofrecer a ciudadanos y foráneos”, concluyó.

Muñoz fue despedido entre aplausos antes de la salida de las cortes, rumbo al recinto ferial, para el encendido del alumbrado. Quedan por delante ocho días cargados de diversión.

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