Bolonia inaugurará su depuradora este verano tras diez años de obras
Tarifa
La Junta confía a dos empresas la recta final del proyecto, iniciado en 2010 y paralizado desde 2016 por la quiebra de la constructora
Las obras pendientes, valoradas en 1 millón de euros
Tarifa/El área rural de Bolonia, en el término municipal de Tarifa, comenzará a depurar en pruebas sus aguas residuales a partir del próximo verano, casi una década después de iniciarse las primeras obras para la construcción de la estación depuradora que dará servicio a los algo más de 3.700 vecinos y los miles de turistas que recibe cada verano la zona.
El Ayuntamiento de Tarifa anunció ayer que, tras numerosas gestiones, la Junta de Andalucía ha logrado desbloquear la paralización en la que se encontraba sumido el proyecto de la depuradora de Bolonia desde 2016, después de que la empresa a la que en su día se le encargó la infraestructura, valorada en 3,2 millones de euros, entrara en quiebra cuando la obra civil había alcanzado un 90%.
Las tareas pendientes se retomarán el lunes 29 por parte de una Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por las compañías ASCH Infraestructuras y Servicios y la compañía Person. Agrupadas como UTE EDAR Bolonia, se encargarán de la instalación de los equipos hidráulicos y la electrificación de media tensión que proporcionará el suministro eléctrico a la planta.
Esta fase pendiente de las obras, valorada en algo más de un millón de euros, tienen un plazo de ejecución previsto de cinco meses, por lo que las estimaciones apuntan ahora a que la futura depuradora de Bolonia comience a funcionar en periodo de pruebas este verano y como instalación plenamente terminada a finales de 2019.
“Era una reclamación histórica de los vecinos de Bolonia. Por fin, tras muchas gestiones con la Junta de Andalucía, hemos logrado desbloquear el parón provocado por la quiebra de la constructora. Estamos muy satisfechos”, apuntó el alcalde de Tarifa, Francisco Ruiz. Para el regidor tarifeño, la resolución del proyecto permitirá una importante mejora para el presente y futuro del núcleo turístico.
Para encauzar y agilizar la recuperación total del proyecto, desde el gobierno local se ha instado paralelamente a la empresa concesionaria del servicio, Aqualia, a que comience la revisión y puesta a punto de la red de colectores y estaciones de bombeo que están construidos en la zona y a los que se conectará la depuradora para canalizar tanto las aguas fecales como las ya depuradas.
La construcción de la depuradora de Bolonia ha estado marcada por varias etapas desde que arrancaron los primeros trabajos, en 2010. En un primer proceso se construyó buena parte de la obra civil, en torno a un 70%.
Paralelamente, en 2011 comenzó la construcción de la red de colectores necesarios para canalizar las aguas, en este caso valorados en 3,7 millones de euros. Llegó un punto en el que las obras de la depuradora no podían avanzar más hasta que acabaran los colectores, lo que sucedió en 2015.
Una vez retomada las obras de construcción la planta, la empresa adjudicataria entró en concurso de acreedores (en 2016), justo cuando faltaba el 10% de la ejecución de los trabajos que ahora se reactivarán. Con esta obra, Tarifa dará por depuradas las aguas residuales de los principales núcleos de población, dado que la localidad cuenta con su depuradora para cubrir al núcleo urbano operativa desde 2018. Los retrasos de las dos plantas costaron a Tarifa varios apercibimientos por parte de la Unión Europea.
Los colectores, terminados desde 2015
Los colectores necesarios para conducir las aguas de la depuradora se construyeron entre los años 2011 y 2015, por algo más de 3,7 millones de euros. La red se diseñó para recoger la totalidad de las aguas residuales de Bolonia y El Lentiscal, para posteriormente conducirlas hasta la depuradora gracias a dos colectores que recogerán el agua por un sistema de gravedad.
El desagüe de 0,2 metros de diámetro y 360 metros de longitud, 210 de ellos en tramo submarino, permitirá evacuar el agua ya tratada gracias al impulso de la estación de bombeo y evitar vertidos hacia el arroyo del Pulido en caso de averías. En total, se construyeron 5.760 metros de tuberías de entre 0,3 y 0,11 metros de diámetro.
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