La arquitectura de Tarifa (II)

La iglesia de San Mateo, la principal de la población, se comenzó en 1506 y se abrió al culto en 1534. La planta de la iglesia tiene tres naves longitudinales

La cúpula está profusamente decorada con pinturas y a lo largo de su circunferencia hay unos óculos ovalados de perfil sinuoso

La arquitectura de Tarifa (I)

Interior de la iglesia de San Mateo, vista desde el presbiterio.
Interior de la iglesia de San Mateo, vista desde el presbiterio. / Jorge del Águila
Juan Carlos Martín Matilla

20 de diciembre 2024 - 03:00

Tarifa/Antes del presente siglo, la Puerta de Jerez estaba cubierta por una frondosa hiedra que ocultaba sus paramentos. Fue restaurada en el año 2000 y se habilitó un espacio, a modo de capilla, cuya entrada es una puerta con arco ojival formado por ladrillos vistos colocados en sardinel, para colocar el retablo El Cristo de los Vientos, obra del insigne artista tarifeño Guillermo Pérez Villalta. Consiste en una imagen masculina desnuda policromada, con colores azules sobre azulejos y que representa a un Cristo, el cual destaca sobre un fondo en pan de oro, sumergido algo menos de medio cuerpo en las aguas del Estrecho, con los vientos de Levante y Poniente a su alrededor.

En la calle Almedina queda como testigo del original recinto de la villa medieval una puerta de arco ojival fabricada con sillares de piedra.

En cuanto a la iglesia de Santiago hay que comentar que se encuentra en el barrio de la Aljaranda o de Jesús, por tal motivo también se la conoce por este nombre. Actualmente está bastante arruinada, así que de la primitiva construcción se mantienen pocos restos. Se construyó en el siglo XIV sobre una antigua mezquita, la del arrabal de la Aljaranda. Cabe adscribirla al estilo gótico-mudéjar. En el siglo XVI pasó a un segundo plano tras la construcción de las iglesias de San Mateo y de San Francisco. Su final como templo llegó a principios del siglo XX.

La iglesia de Santiago.
La iglesia de Santiago.

Sus partes más conocidas son la fachada y la espadaña. En la fachada, muy sencilla, destaca su puerta, actualmente cegada, con arco de medio punto; la fachada se muestra airosa, con tres vanos para las campanas, con arcos de medio punto igualmente. También hay que mencionar los gruesos contrafuertes que se observan en su pared lateral derecha. Originariamente sus paramentos estuvieron enfoscados de blanco. Asimismo se conservan una capilla funeraria cubierta por una bóveda y restos de otras dos capillas.

La iglesia de San Mateo, la principal de la población, se comenzó en 1506 y se abrió al culto en 1534. La planta de la iglesia tiene tres naves longitudinales, una principal, más elevada que las otras, y otras dos laterales separadas por arcos esbeltos apuntados u ojivales, resaltados con molduras de sección escalonada, propios del estilo gótico. Igualmente cuenta con una nave de crucero y tres capillas de sección cuadrada. Las naves están cubiertas por bóvedas de crucería góticas, formadas por la unión de dos arcos cruceros que se cruzan en el centro y dos arcos fajones y dos formeros que dividen cada tramo de la bóveda. Estas bóvedas están muy elaboradas en sus nervaduras sobre todo en la nave central y en el crucero, donde se convierten en una espléndida bóveda de terceletes, que da lugar a una bóveda estrellada.

Pertenecen a esta época el sistema estructural y de empuje de estas bóvedas que se apoyan en pilastras formadas por finos baquetones con capiteles corridos y basas labradas ínvidamente sobre un zócalo común. A cada lado de su nave central, sobre los amplios arcos ojivales que separan la nave central de las dos laterales se abren varias ventanas con arcos apuntados igualmente, cubiertas por vidrieras policromadas que representan imágenes religiosas, y proporcionan luminosidad al interior del templo, las cuales datan de los años sesenta del siglo XX.

Portada barroca de San Mateo, del siglo XVIII.
Portada barroca de San Mateo, del siglo XVIII.

En el presbiterio se eleva un alto y estilizado templete de inspiración gótica, realizado a comienzos de este siglo. Consta de varias pilastrillas muy finas coronadas por agudos pináculos; en el frontal se abren unos arcos apuntados y trebolados adornados con elegantes tracerías. En la parte baja está el sagrario, con un arco ojival muy decorado, y se culmina el templete con un remate apuntado a modo de gablete. En el testero del fondo se abre una ventana ojival con vidriera policromada con molduras escalonadas y una delgada cenefa decorada con molduritas recorre los tres lados del presbiterio, bajo el arranque de la cúpula y de las dos ventanas laterales, también cerradas con vidrieras policromadas y decoradas con el mismo tipo de molduras. Dos grandes cuadros flanquean el templete, adosados al muro del testero.

En la nave de la derecha o de la epístola encontramos una primera capilla donde se encuentra la pila bautismal de mármol del siglo XVIII. En su testero se halla un gran cuadro del pintor tarifeño Agustín Segura, bajo un incipiente dosel con crestería y filigranas, que representa la exaltación de Ntra. Sra. de la Luz. Esta capilla está precedida por una puerta con arco escarzano y cerrada por una cancela de hierro forjado. Esta puerta está enmarcada entre dos pares de columnas, sobre un plinto corrido, dos a cada lado, con fustes acanalados y capiteles de orden corintio. Sobre estas columnas discurre un entablamento formado por un friso y una cornisa con pequeños modillones. Se corona con una especie de medallón con volutas y en cuyo centro está la imagen de la Virgen y se remata con puntiagudo pináculo.

Altar mayor neogótico de la iglesia de San Mateo.
Altar mayor neogótico de la iglesia de San Mateo.

Seguidamente se erige otra capilla formada por un retablo sobre cuya predela discurre un plinto corrido que sirve de apoyo a dos columnas de fuste acanalado y capiteles corintios que enmarcan un espacio central rectangular orlado por molduras escalonadas, que acoge la imagen de Cristo Crucificado. Sobre estas columnas discurre un grueso entablamento con arquitrabe, friso y volada cornisa.

A continuación nos encontramos con la capilla del sagrario. Una de las más destacables del templo. Fue construida en el siglo XVIII y restaurada en 1899, de estilo barroco, y es de planta circular y se cubre con una cúpula de media naranja apoyada en cuatro pechinas que se prolonga hasta el suelo, formando tres capillas semicirculares, siendo más amplia la central, en la que se encuentra el baldaquino o templete de estilo neogótico con el Expositor y el Sagrario. Consta de dos pisos, con arcos ojivales y pináculos, el último se corona con un tejadillo piramidal sobre el que descansa una cruz. El interior de la capilla está recubierto de azulejos en ocre y rosa.

La cúpula está profusamente decorada con pinturas y a lo largo de su circunferencia hay unos óculos ovalados de perfil sinuoso; una moldura escalonada resalta la circunferencia de la base. En cada una de las pechinas podemos ver unos medallones con imágenes religiosas. Estas pechinas se sustentan sobre pequeñas pilastras con molduras, que se apoyan en una volada cornisa y a partir de esta siguen unas pilastras con capiteles corintios. Las capillas se cubren con semicúpulas cóncavas y en el testero de la central se abren tras ventanales ojivales cerrados con vidrieras policromadas las dos laterales. En la del centro destaca una especie de gablete.

La bóveda de San Mateo.
La bóveda de San Mateo.

Se accede a esta capilla por una gran puerta adintelada, con gruesas molduras en sus jambas y un gran friso sobre el dintel, que sirve de apoyo a un altorrelieve de un calvario del siglo XVI. Sobre este calvario se eleva un alto arco conopial, flanqueado por unos estilizados pináculos.

La capilla frontal de la nave de la epístola, al lado derecho del presbiterio del altar mayor, está cubierta por una cúpula de media naranja decorada con pinturas que se hallan bastante desvaídas; esta cúpula se apoya en cuatro pechinas decoradas con molduras. En su testero se halla un retablo de madera dorada de estilo neogótico, compuestos de tres calles, siendo la central bastante más ancha que las dos laterales. En ella se abre una hornacina, donde se venera la imagen de San José, con un arco ojival lobulado rematado por un gablete y un pináculo. Se eleva sobre basamento decorado con relieves formando arquitos entrecruzados. Las calles de sus extremos presentan arcos lobulados y están coronados por sendos gabletes y pináculos muy estilizados. La predela sobre la que se apoya todo el conjunto tiene forma escalonada.

En la nave de la izquierda o del Evangelio, encontramos una capilla formada por un gran retablo con una predela dividida en tres sectores, cada uno adornado por sendas molduras; sobre ella se extiende un basamento también decorado con molduras verticales, en cuyos extremos se levantan sendas columnas con fuste de estilo salomónico, al gusto barroco, que enmarcan un espacio rectangular donde se halla el altar con las imágenes de Cristo y de la Virgen. Estas dos columnas sostienen un entablamento formado por un arquitrabe, un friso y una cornisa con canecillos; sobre esta cornisa se levanta un alto copete con un cuadro de pintura religiosa en su centro, enmarcado entre dos pilastras con volutas a los lados, y una cornisa superior.

A continuación se encuentra el altar con la imagen de Jesús Cautivo y Ntra. Sra. de la Esperanza. La imagen de Jesús se encuentra dentro de una hornacina con arco apuntado, al estilo gótico. Después nos encontramos con un gran retablo que se compone por tres calles sobre una predela, separadas por dos columnas; también en cada extremo se levantan otras dos columnas respectivamente. Las ocho columnas en total muestran fuste liso y capiteles corintios. El retablo consta de dos pisos; en el inferior, sobre las cuatro columnas discurre un entablamento formado por un friso muy decorado y una cornisa bastante volada. En el centro se abre una hornacina con arco de medio punto y rematada por un frontón triangular, donde se venera la imagen de Jesús. A cada extremo se encuentran sendos cuadros de temática religiosa rematados por un frontón triangular respectivamente.

En el segundo piso, también dividido en tres calles, se levantan cuatro columnas de menor altura que las del piso inferior, dos en cada extremo y otras dos en el centro. Estas columnas flanquean tres cuadros rectangulares con imágenes religiosas. Sobre ellas discurre una cornisa con canecillos. Remata el retablo un copete con un frontón triangular y dos pilastrillas que enmarcan un cuadro. A cada extremo superior se encuentran una especie de florones con una cruz en el centro.

Retablos de la cabecera de la nave lateral izquierda y de la nave lateral derecha.
Retablos de la cabecera de la nave lateral izquierda y de la nave lateral derecha.

En la capilla frontal de esta nave, cubierta por una sencilla cúpula ojival, encontramos un retablo de madera, adornado con finos y estilizados pináculos a los lados. En el centro hay una hornacina rectangular, cuya parte superior está decorada con una tracería, flanqueada por dos cuadritos con escenas de la pasión de Cristo. Sobre ella se levanta un segundo cuerpo más estrecho y con una hornacina en el centro de arco ojival, rematada por una crestería y una cruz. Los lados y la base de la parte inferior del retablo están adornados con cuadritos que representan más escenas de la pasión de Cristo.

En cuanto al exterior, hay que decir que en su parte izquierda destacan unos gruesos contrafuertes, mientras que los del lado derecho están ocultos bajo capillas adosadas en el siglo XVIII. En el lado izquierdo, entre dos de sus contrafuertes se abre la Puerta del Perdón, de factura gótica. Tras la restauración de 2004 en la que se eliminó el añadido neogótico con arco ojival y sillares que ocultaba la portada original, aparecieron las pilastras de sus jambas que debían sustentar las arcadas ojivales de su arquivolta, que no llegó a construirse. Actualmente están visibles estas pilastras, un arco de descarga bajo el que se abre la puerta adintelada y sobre él un gran arco ojival.

Juan Carlos Martín Matilla es Licenciado en Filología, vocal de Patrimonio de la Asociación Cultural La Trocha y miembro de la Sección 2ª Arqueología, Etnología, Patrimonio y Arquitectura del Instituto de Estudios Campogibraltareños.

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