La arquitectura de Tarifa (IV)
Observatorio de La Trocha
En Tarifa se levantan tres edificios de inspiración neomudéjar muy significativos: el Hogar del Pensionista, la biblioteca y el mercado de abastos
La arquitectura de Tarifa (IV)
Tarifa/El edificio del Ayuntamiento de Tarifa, sito en la plaza de Santa María, data de 1884. No obstante, fue ampliado y reformado entre 1948 y 1950. Su fachada posterior está orientada hacia el mar, sobre las murallas del paseo de Miramar. Su fachada principal cuanta con dos plantas y un torreón en su centro; en la planta baja se abren varias ventanas y puertas adinteladas, cuyos vanos se enmarcan entre sencillas molduras planas; en la superior se alternaban los balcones sin voladizos y los que los tienen, todos sin ménsulas. También sus vanos se enmarcan entre molduras lisas y sus antepechos son de rejas de sencillo diseño. Sobre este balcón central se yergue el torreón con el reloj, bajo el que destaca unos azulejos amarillos con la leyenda "Casa Consistorial"; este torreón está coronado por un copete alabeado separado por una fina cornisa, con el escudo de la ciudad en su centro. El edificio se remata con una balaustrada en su azotea.
Uno de los edificios más significativos en esta plaza de Santa María es el antiguo Pósito, el cual se comenzó en el siglo XVIII y se acabó en el siglo XIX. Consta de dos plantas y se cubre con tejado a dos aguas. La planta baja se divide en dos salas con el techo abovedado sobre arcos apoyados sobre columnas cuadradas. En cuanto a su fachada, hay que comentar que en su planta baja se abren seis ventanas con arcos escarzanos y molduras lisas, a cada lado de la puerta de entrada, cuyas jambas son de sillares de piedra y su arco escarzano está formado por dovelas del mismo material, en cuya clave destaca un escudo donde figura la leyenda "Noble, leal y heroica ciudad de Tarifa". Este escudo fue tallado a principio de los años 90 por los alumnos de cantería formados en la Escuela-taller Europa Sur, es la copia exacta de otro antiguo, existente en el extinguido museo municipal y se instaló en un hueco existente, que había alojado otra lápida, desaparecida, de inscripción y forma desconocida y que posiblemente haría alusión a la primitiva función del edificio, así como la fecha de su construcción.
En la planta alta se alternan tres balcones con antepechos de rejas cuyos voladizos están sobre gruesas ménsulas de piedra, con cuatro ventanas del semejante tipo que el de la planta inferior. Una moldura separa ambas plantas y una cornisa decora la parte superior de esta planta y gruesos sillares de piedra refuerzan las aristas del edificio. Tras su restauración, se instaló en su planta alta el Museo Municipal, que en vez de ser atendido como debiera, fue arbitrariamente disuelto por una determinada corporación municipal. Hasta hace pocos años se usó como biblioteca y archivo municipal.
En lo referente a la plaza de toros, se trata de una construcción de forma poligonal con muros de mampostería, construido en una ladera. Data de 1889. En cuanto al actual Asilo de Mayores, antiguo hospital de la Caridad, situado en la calle Sancho IV, hay que decir que data de 1887, aunque fue ampliado y reformado posteriormente. En su fachada principal se encuentra la puerta de acceso, adintelada y con sendas pilastras a cada lado, y en la fachada lateral, que cuenta con tres plantas, ya que se le añadió una más en el siglo pasado, en la planta baja se abre otra puerta con arco de medio punto cuya clave está resaltada por unas molduras, y varias ventanas con el mismo tipo de arcos. En la planta alta se encuentran varias ventanas muy próximas también con arco de medio punto y claves resaltadas, cuyos antepechos lucen molduras que representan balaustres. Después se encuentra el pretil primitivo de la azotea y por encima de él, la tercera planta, con ventanas ya adinteladas. En el interior se halla un bonito patio con columnas con ocho arcos de medio punto sobre columnas de orden toscano.
Enfrente se levanta el antiguo edificio del Hospitalito, una casa de dos plantas; en su planta baja destaca la puerta de acceso cuyo vano se adorna con dos molduras de ladrillos con altorrelieves a modo de semipilastras. En la segunda planta se abren dos balcones adintelados con antepechos de rejas con volutas; el que se halla sobre la portada apoya su voladizo en dos ménsulas de hierro.
En Tarifa se levantan tres edificios de inspiración neomudéjar muy significativos. En primer lugar me referiré al que actualmente es sede del Hogar del Pensionista, de planta rectangular, construido en 1931. En su amplia fachada destacan seis grandes ventanales con arcos de herradura, formados por hileras de ladrillos vistos, al igual que en sus jambas; dispuestos tres a cada lado de la portada, la cual consta de una puerta con arco de herradura flanqueada por dos ventanas, también con el mismo tipo de arcos, de menor tamaño que los de los citados ventanales. Se cubre el edificio con un tejado a dos aguas de tejas árabes, en cuyo centro se alza una cúpula de media naranja rodeada por un pretil almenado.
El otro edificio que es la actual sede la de la biblioteca y archivo municipales presenta cierta majestuosidad, ya que consta de dos pequeñas torretas a cada extremo, provistas de almenas y con unos paneles de arquitos de herradura de ladrillos ciegos; en las paredes laterales se abren grandes ventanales con arcos de herradura. En el centro del edificio se encuentra la portada retranqueada , con una puerta con arco de herradura; a cada lado se levantan dos cuerpos más del edificio , también con varias ventanas con el mismo tipo de arco y con almenas.
Sobre la portada se eleva una torre octogonal de tres cuerpos. En el primero se abre una única ventana con arco de herradura. En la segunda, separada por una fina cornisa, se encuentran doce pequeñas ventanas con el mismo tipo de arco , y rematada por un pretil almenado; por último, el tercer cuerpo consiste en una pequeña torrecilla sin ventanas, adornada en su parte superior por finas cornisas y rematada por otro pretil almenado. Esta torre se inspira en la torre del Oro de Sevilla, de origen almohade. Fue construido entre 1930 y 1931.
El tercer edificio de estilo neomudéjar es el del mercado de abastos. Fue construido en 1928 en el solar antes ocupado por el convento de la Stma. Trinidad, arruinado en el siglo XVII. Se adscribe al estilo neomudéjar y en él destacan sus dos portadas, una lateral abierta hacia la calle Colón , y otras dos hacia la plaza de San Julián, que son las principales. Las tres presentan unos arcos de herradura apuntados. En la fachada de la calle Colón se abren dos ventanas con arcos peraltados a cada lado de la puerta, flanqueada por dos pilastras lisas; sobre esta portada discurre una delegada cornisa y sobre ella el rótulo de "Mercado público" en azulejos. Corona la fachada un tejadillo con tejas árabes sobre un friso formado por una hilera de arquitos de herradura ciegos. En su interior destaca el bonito y elegante patio con galerías de arcos peraltados, encuadrados por unos alfices de ladrillo, sobre columnas poligonales de capiteles toscanos, construidos tanto los arcos como las columnas con ladrillo pintado de color gris. Todo el perímetro de la parte superior está decorado por una cornisa y un friso de ladrillos.
A continuación describiré varios de los edificios del caso antiguo; como es lógico me centraré en los más significativos de algunas de las calles principales. También haré referencia a las nuevas construcciones llevadas a cabo a partir de los años cuarenta hasta la actualidad.
La pequeña calle San Donato, perpendicular a la calle Sancho IV, o la Calzada, nos lleva a una casa de 1628, cuya sencilla fachada está adornada por un frontispicio triangular de ladrillo, bajo el cual se abre un balcón con un antepecho de rejas, sobre una cornisa de ladrillo de varias fajas. En la calle Azogue se encuentra una casa del año 1736 que consta de tres plantas, cuya puerta está enmarcada entre dos gruesas pilastras de ladrillo, sobre las que se extiende un entablamento formado por un arquitrabe y una cornisa que sirve de apoyo a un mirador enrejado, cuyas rejas lucen una bonita labor de forja con profusión de volutas. En su interior cuenta con un elegante patio con arcos de medio punto sobre columnas de tipo toscano.
Son varias las casas cuyas portadas se enmarcan entre pilastras de ladrillo visto, de piedra o enjalbegadas, como ya expuse anteriormente; así en la calle Aljaranda, a la izquierda, nos encontramos con una gran casona de tres plantas, en cuya portada destacan dos pilastras de piedra sobre sendos podios y con capiteles toscanos, con un entablamento encima a modo de gruesa repisa de sección escalonada, en cuyo centro resalta un escudo nobiliario. A ambos lados se abren unas ventanas con rejas simples. Sobre el entablamento de la portada descansa el voladizo de un balcón corrido, cuya parte central avanza con respecto a los laterales. Todos los vanos son adintelados. En la estrecha fachada lateral, que da lugar a un rincón, se encuentran un mirador enrejado en la planta baja, un balcón con antepecho de rejería sobre el voladizo en la segunda planta y en la tercera, otro balcón sin voladizo. Las aristas están reforzadas por unos sillares y se corona con pináculos.
En esta misma calle, cerca de la anterior se levanta una casa de dos plantas; en la baja se abren dos ventanas enrejadas y adinteladas a cada lado de la puerta central, también adintelada, y en la alta, sobresalen en sus extremos dos miradores enrejados con volutas y tres balcones en el centro, con antepechos de rejas adornadas también con volutas cuyos antepechos se apoyan en dos ménsulas cada uno. Todos los vanos se enmarcan entre molduras lisas. Una gruesa cornisa de varias fajas sostiene el pretil de su azotea.
Otra casa de tres plantas, el nº 4, abandonada, destaca por lucir sobre el dintel de su balcón central de su segunda planta una moldura de perfil sinuoso, de inspiración barroca, bajo la cual se encuentra otra moldurita de silueta alabada; sus voladizos que se apoyan en dos ménsulas de piedra cada uno carecen de antepechos desde 2008, pero los tuvieron antes y eran de rejas. A cada lado se abren dos balcones con el mismo tipo de voladizos. En la tercera planta se abren tres balcones adintelados sin voladizos. Unas cornisas se extienden por la parte superior de las plantas superiores y se remata el edificio por un pretil.
En la estrechísima calle Castelar, en el nº 3, se levanta un edificio de tres plantas, cuya portada está enmarcada entre pilastras de piedra con capiteles toscanos, y sobre el entablamento del dintel destaca un escudo nobiliario flanqueado por dos molduras cuadrangulares. Sobre esta portada se encuentra un balcón coronado por un entablamento formado por un arquitrabe, un friso y una cornisa que se remata por una especie de copete sobre el que se encuentra una cornisa alabeada que da paso a una ventana de la tercera planta.
En la calle Silos se levanta una casa de dos plantas en cuya planta baja se abren dos ventanas con arcos escarzanos decorados con molduras, a cada lado de la puerta de acceso, también con arco escarzano. En la planta alta cuenta con un balcón central con antepecho de rejas cuyo voladizo de piedra se apoya sobre dos ménsulas con perfil sinuoso del mismo material. A cada lado se encuentran sendos miradores de hierro fundido, cuya parte alta está decorada con guirnaldas y sus voladizos son del mismo tipo que el balcón central. El pretil de su azotea luce varios florones.
En la plaza de Santa María podemos ver un edificio de dos plantas. En la planta baja se abre la puerta de acceso enmarcada entre dos pilastras de capiteles dóricos sobre sendos plintos las cuales sostienen un friso con triglifos y metopas y sobre el que se extiende una cornisa. A cada lado de esta puerta hay dos ventanas flanqueadas por dos finas pilastras y coronadas con una delgada cornisa. En la planta superior se encuentran tres balcones, cuyos vanos se adornan con molduras lisas y se coronan también con unas finas cornisas; sus voladizos carecen de ménsulas y sus antepechos son de rejas de perfil muy alabeado. El pretil de la azotea se adorna con molduras romboidales.
Juan Carlos Martín Matilla es licenciado en Filología, vocal de Patrimonio de la Asociación Cultural La Trocha y miembro de la Sección 2ª Arqueología, Etnología, Patrimonio y Arquitectura del Instituto de Estudios Campogibraltareños
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