Tarifa arropa a los afectados del accidente del 100% Fun dos años después
Los seis heridos y los familiares de las dos fallecidas denuncian el abandono de las partes implicadas en el suceso
Tarifa/Tarifa se echó este lunes a la calle para arropar a los afectados por la deflagración del transformador del hotel 100% Fun, que causó la muerte de Sara Ojeda y Mari Luz Morillo y dejó con graves secuelas físicas y psicológicas a sus seis compañeros de trabajo. Dos años después, los heridos y los familiares de las fallecidas denuncian que se encuentran en el más absoluto abandono por parte del establecimiento, de la empresa propietaria de la instalación eléctrica y de la Junta de Andalucía, que se comprometió en una proposición no de ley a seguir de cerca todas las actuaciones para esclarecer el suceso.
La manifestación arrancó sobre las 20:00 desde la oficina de Turismo y, tras recorrer las calles del centro, finalizó en las puertas del castillo de Guzmán el Bueno, donde los afectados leyeron un comunicado en el que recordaron lo sucedido el 5 de julio de 2017.
Juan Antonio PuertoCobito repasó todo lo que han sufrido los supervivientes del accidente. Dani, natural de Navalmoral de la Mata, viajó a Tarifa para participar en la concentración. “Lleva 16 operaciones y está pendiente de otra más. Su mayor logro ha sido poder volver a caminar, ya que los médicos no le daban muchas esperanzas por la lesión de un nervio causado por la deflagración”, contó su compañero.
“Esther es una madre trabajadora que lleva dos años sin poder llevar a sus hijos a la playa por el daño que le puede ocasionar el sol y que esto le afecta anímicamente”, continuó Juan Antonio.
De Kisko, destacó que está pendiente de una operación muy delicada. “Ya ha sufrido mucho dolor y ahora se enfrenta a una operación de más de medio día en el quirófano para que le amputen un dedo. Pero su gran pérdida fue su hermana, Mari Luz. Pase lo que pase en el proceso judicial, no habrá justicia que se la devuelva”, lamentó.
Fran, que sufrió quemaduras en el 75% de su cuerpo, salió adelante de forma milagrosa. “Sus ganas de luchar fuero mayores que sus quemaduras y pudo superarlo. Ha sufrido muchas operaciones, aunque destacan las tres que tuvo que realizarse después de que le dieran el alta y que echaron por tierra todo el trabajo de rehabilitación y tuvo que empezar desde la casilla de salida”, recordó Cobito.
Irene estaba embarazada cuando tuvo lugar el accidente: “No pudo tomar la medicación para evitar infecciones de sus quemaduras y los picores, pero su niño nació sano. Necesitó mucha ayuda para cuidar a su bebé”.
Juan Antonio explicó que trabajaba en el hotel para pagarse sus estudios, enfocados a la actividad física, y que ahora, después de “tanto esfuerzo invertido” en su formación, no sabe qué le deparará el futuro “ a causa de las secuelas físicas”, lo que le hace sentir “ansiedad y miedos constantes”.
Fran Fernández expresó el malestar de los afectados por el abandono de los representantes políticos y por la situación del proceso judicial y expuso los resultados de las gestiones que está realizando el perito contratado para ayudar a esclarecer las causas del suceso. “Podemos decir que se debió a las continuas y repetidas sobrecargas que se producían en los meses estivales desde, al menos, 2013. Al no estar el transformador dotado de los elementos de protección adecuados, las sobrecargas se producían libremente, lo que terminó provocando la deflagración”.
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