Chris Martin y la banda Coldplay graban su último disco en Tarifa, en el estudio de Punta Paloma

El grupo británico pasó dos semanas acuartelado en Tarifa en mitad de su gira mundial que ha alcanzado cifras millonarias

El 4 de octubre lanzan 'Moon Music', su próximo álbum que trata sobre la relación entre el ser humano y el universo

Punta Paloma, el estudio en Tarifa donde graban los músicos famosos como Coldplay, en imágenes

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El cantante de la banda británica Coldplay, Chris Martin, durante un concierto en el Estadi Olímpic Lluís Companys, en Barcelona.
El cantante de la banda británica Coldplay, Chris Martin, durante un concierto en el Estadi Olímpic Lluís Companys, en Barcelona. / Kike Rincón / Europa Press

Tarifa/Punta Paloma es un cabo situado en la ensenada de Valdevaqueros, en el término municipal de Tarifa y dentro del Parque Natural del Estrecho. Llegar hasta allí no resulta sencillo: hay que atravesar un cañón de arena blanca y, cuando sopla el viento de levante, la carretera queda engullida por la playa. Pero Chris Martin, Guy Berryman, Will Champion y Jonny Buckland, los miembros de la banda de rock británica que levanta pasiones y bate récords, Coldplay, lograron encontrarlo.

En Punta Paloma, además de una gigantesca duna, una torre vigía, los restos de una batería de costa, un pinar y un restaurante, hay un estudio de grabación profesional que lleva treinta años funcionando. Es el estudio en el punto más meridional de Europa, en el sur más al sur, con África frente por frente. También es la gran creación del músico, compositor, productor e ingeniero de sonido José María Sagrista.

Sagrista fue, entre otras muchas cosas, guitarrista del inmortal grupo Triana, pioneros del rock andaluz, y a los que acompañó de gira varios años. Durante la movida de los 80, formó su propia banda, Círculos viciosos, con la que ganó el Festival de Benirdorm en 1984, cuando Chris Martin tenía 7 años. Quién iba a decir entonces que sus caminos acabarían cruzándose.

Punta Paloma Estudio, propiedad de José María Sagrista.
Punta Paloma Estudio, propiedad de José María Sagrista. / Vanessa Pérez

"Lo tengo claro: soy un viejuno, pero no me rodeo de viejunos", advierte Sagrista, quien en 1993 comenzó a construir, desde los cimientos, Punta Paloma Estudio, antes llamado Estudio Central Tarifa, siendo el máximo supervisor de la acústica. De la gestión (el management, como lo llaman los modernos) se encargaba su mujer, Encarna Carrasco, conocida por todos como Nini, responsable también de las exquisitas comidas caseras.

La lista de artistas que han pasado por Punta Paloma es casi tan larga como su playa: Rosario Flores, Kiko Veneno, Mártires del compás, Javier Ruibal, ReincidentesNo me pises que llevo chanclas, Alejandro Sanz, Silvio, Estrella Morente, Chambao, Antonio Orozco, Pastora Soler, El Barrio, El Canijo de Jerez, India Martínez, Melon DieselNavajita Plateá, Pasión Vega, Israel Fernández, Vanesa Martín, Juanes, Manuel Carrasco, Efecto pasillo o Soleá Morente, entre muchos otros.

Rosario Flores, Kiko Veneno, Alejandro Sanz, Antonio Orozco, El Barrio, Vanesa Martín, Juanes o Manuel Carrasco han pasado por Punta Paloma Estudio

Y en julio de 2024, llegó el fenómeno mundial de Coldplay. La guinda del pastel. "Para nosotros, esto ha supuesto una alegría enorme después de tantos años de trabajo", explica Sagrista. "Somos un estudio bueno y modesto, con una notable trayectoria, pero no somos un mega estudio de una mega empresa, sino una empresa familiar y un tanto artesanal", añade. "Que nos haya elegido un grupo de la categoría de Coldplay, que podría haber optado por cualquier otro estudio de España o del mundo, ha supuesto un orgullo tremendo".

Los instrumentos del Coldplay en Punta Paloma tras llegar desde Londres.
Los instrumentos del Coldplay en Punta Paloma tras llegar desde Londres. / E.S.

'Moon Music', en el horno

Para dar un dato sobre la repercusión de la banda británica, como parte de una gira que ha movido cifras millonarias, en mayo de 2023, Chris Martin y sus muchachos consiguieron la proeza de llenar en cuatro ocasiones el Estadi Olímpic de Barcelona, un recinto con capacidad para 50.000 personas. Las 200.000 entradas volaron en 24 horas.

"Que nos haya elegido un grupo de la categoría de Coldplay, que podría haber optado por cualquier otro estudio de España o del mundo, ha supuesto un orgullo tremendo"

Con mensajes positivos y coloristas, y su coqueteo entre el rock y el pop, algunos apuntan a que el cuarteto es el heredero de los irlandeses U2. Sea como fuere, millones de fans cuentan los días que faltan para que lancen su próximo disco, el décimo en su carrera, que saldrá a la calle el 4 de octubre, titulado Moon Music, y que llevará en sus letras y su música el espíritu salvaje y marino de Punta Paloma, donde han grabado algunos temas.

Fue la algecireña María de Grandi Ruzafa, violinista, compositora e ingeniera de sonido que, en los últimos tiempos, trabaja con Sagrista, quien tuvo la feliz idea de contactar con los productores de Coldplay para ofrecerles Punta Paloma. "Actualmente, los estudios son muy asequibles: hay muchos, pero con las características de Punta Paloma, no tanto", cuentan ambos. "Enfocamos el estudio como un lugar también residencial, de músicos que quieran encerrarse aquí, en este entorno donde existe el silencio, la paz y la auténtica naturaleza". Precisamente, Moon Music trata sobre eso, sobre la relación entre el ser humano y el universo con sus diversas sensaciones y emociones.

"Ellos no se quedaron a dormir aquí, sino en una villa. Hablamos de otros niveles. Kiko Veneno, por ejemplo, se instaló en una vivienda alquilada por la zona y Rosarillo (Rosario Flores) se quedó en el piso de arriba de mi casa porque había paparazzis dando vueltas. Para tangarlos un poco, durmió en la habitación de mi hija", recuerda Sagrista. "Coldplay está en otro nivel, pero Chris Martin, todo hay que decirlo, es un tío súper simpático y habla español perfectamente".

El piano acústico de Coldplay en el estudio de Punta Paloma.
El piano acústico de Coldplay en el estudio de Punta Paloma. / E.S.

"Nosotros les dimos toda la intimidad que necesitaban y prácticamente no les vimos", prosigue el guitarrista. "Los dejamos aquí con su ingeniero y les montamos todo el sistema para que estuvieran tranquilos. Ellos trajeron su piano acústico, el que llevan de gira, y nosotros les facilitamos un afinador. Solo me crucé con Martin dos o tres días. Uno de ellos se acercó para darme las gracias por haberles dejado mi estudio de grabación en un sitio tan maravilloso. Me pareció un tipo muy amable y cercano", valora Sagrista.

Chris Martin se acercó para darme las gracias por haberles dejado mi estudio de grabación en un sitio tan maravilloso

"Además, me gusta mucho lo que hacen, porque yo he trabajado con muchos artistas y hay unos que me gustan más que otros, lógicamente", opina el antiguo músico de Triana.

En total, Coldplay pasó en Punta Paloma unas dos semanas, a caballo entre julio y agosto. "Tomaron esto como punto base y de aquí viajaron a los compromisos de su gira: Roma, Dusseldorf y Helsinki", rememora María de Grandy, que conoció a su actual mentor una noche en el McCartney, una sala de música en directo en Algeciras.

La lástima fue que ni ella ni Sagrista sacaron fotografías del paso de Coldplay por el estudio. "Al principio, no se las pedimos porque no queríamos molestar", explica el músico. "Pensábamos hacerlo al final, pero se marcharon de Punta Paloma tres o cuatro días antes de lo previsto, creo que a Nueva York, por eso se nos escaparon".

Precisamente, por esas mismas fechas, una posible ruptura entre Chris Martin y su novia, la actriz Dakota Johnson, hija de Melanie Griffith y Don Johnson, hizo correr tinta en la prensa del corazón de todo el mundo. Las portadas del papel cuché publicaron que el líder de Coldplay y la protagonista de Cincuenta sombras de Grey habían atravesado "momentos complicados" que, afortunadamente, "habían logrado superar". La pareja comenzó su noviazgo en 2017 tres años después de que Martin y la también Gwyneth Paltrow pusieran fin a su matrimonio. 

José María Sagrista y María de Grandy Ruzafa en Punta Paloma Estudio.
José María Sagrista y María de Grandy Ruzafa en Punta Paloma Estudio. / Vanessa Pérez

"Tenemos fotos con su piano", se consuelan Sagrista y De Grandy. "No solamente para nosotros como estudio, sino para la zona, para Punta Paloma, es un pelotazo que Coldplay haya pasado aquí unos días", afirma el músico. Le toma la palabra la algecireña: "Para que te hagas una idea: ahora han montado un estudio nuevo en Madrid, el Sony 5020, que está en medio de un polígono industrial; un edificio gigantesco donde hay un montón de salas con mesas muy bonitas, gigantes. Llega el ingeniero, lo enchufa, trabaja con cualquier artista gordo y listo. No salen de un polígono. Pero el arte, en general, requiere mucho de un entorno".  

Prosigue Sagrista. "No queremos decir que no se pueda hacer una canción buena en un polígono o en una cueva, porque muchas veces la música no va acompañada de la felicidad absoluta. Pero sí es cierto que poder convivir con tus compañeros o contigo mismo, dar un paseo por la playa, escribir un rato, ensayar una melodía... es muy diferente hacer todo eso abriendo la puerta y ver el Estrecho o un polígono".

"No solamente para nosotros como estudio, sino para la zona, para Punta Paloma, es un pelotazo que Coldplay haya pasado aquí unos días"

La tecnología ha democratizado los estudios, pero Punta Paloma ha conseguido distinguirse de la competencia, aunque no solo por su ubicación, sino también por su buena acústica, la posibilidad de pasar allí varios días en familia y la discreción.

El rastro de Coldplay en Punta Paloma.
El rastro de Coldplay en Punta Paloma. / E.S.

Sobrevivir en la industria musical

"No es un estudio especialmente caro ni nosotros pretendemos subir ahora nuestras tarifas", apunta Sagrista quien, como dato orientativo, explica que un día completo de grabación cuesta unos 300 euros.

"La industria musical ha desaparecido", prosigue."Yo he conocido una época en la que los artistas venían aquí dos meses a grabar un disco. Eso ya se ha acabado porque Spotify paga 0,0033 por cada reproducción. Nadie compra un disco, de ahí la gran complicación. Por eso, la búsqueda de trabajo, de potenciales clientes, como bien ha apuntado María, es compleja".

Sagrista señana varias fotos de artistas que han pasado por Punta Paloma Estudio.
Sagrista señana varias fotos de artistas que han pasado por Punta Paloma Estudio. / Vanessa Pérez

Ambos buscan y apadrinan a jóvenes talentos musicales. Si son del Campo de Gibraltar, aún mejor. Estos días tienen en Punta Paloma a un quinteto, Le Ministère, que mezcla jazz con música electrónica y, de paso, les han cerrado un concierto en Alcultura. "Si esto se tratara de un negocio, nos hubiéramos dedicado a otra cosa seguramente", reflexiona el antiguo líder de Círculos viciosos y que ahora se foguea en solitario con su último disco, titulado La senda de los elefantes.

"Los viejunos como yo escuchábamos muchísima música en muy buenos equipos. En este oficio, hace falta oreja", cuenta apoyado en la mesa del estudio. "Llevo desde el principio de los ordenadores y son una herramienta formidable. Sin embargo, hay otros procesos, mucho más importantes que los plug-ins (pequeñas aplicaciones que permiten integrar efectos de audio e instrumentos virtuales) que, de alguna manera, se están descuidando".

"Antes, un tío cogía la guitarra o el piano, ensayaba, tocaba mil veces y grababa. Ahora, en cambio, toca una vez y después lo corrige de manera digital. Eso se nota. En ese aspecto creo que estamos yendo un poquito atrás y es mejor la otra época, cuando las bandas y los músicos, cuando llegaban al estudio, habían ensayado mucho. El estudio debería ser como cuando tú pintas un cuadro y, al final, le ponen el marco y el barniz. Esa es la tarea del estudio. Lo importante es que la obra sea buena", refrexiona el propietario de Punta Paloma. "Me gusta el equilibrio, pero como viejuno tengo que reivindicar mi época".

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