Las cofradías de Tarifa en la Edad Moderna (I)
Retazos de Historia
Quizá la más antigua de las cofradías tarifeñas fuese la Cofradía de la Veracruz o de la Santa Cruz con sede en la antigua iglesia de Santa María
En 1643 se funda en Tarifa la cofradía de Jesús Nazareno en la iglesia o ermita de Santiago, según consta en el Libro VIII de Testamentos del archivo de San Mateo

Tarifa/De proverbial antigüedad son las cofradías tarifeñas, que bien pudieran remontarse a los primeros momentos de la incorporación de Tarifa a la corona castellana.
Cofradías de la iglesia de Santa María o de Nuestra Señora de la Soledad
Quizá la más antigua de las cofradías tarifeñas fuese la Cofradía de la Veracruz o de la Santa Cruz con sede en la antigua iglesia de Santa María, con función exclusiva de culto de rendir culto al Santo Madero. En concreto, celebraba misa y procesión el 3 de mayo festividad de la Santa Cruz.
Existen pocas referencias sobre la hermandad de la Veracruz. Se la menciona en el testamento de Fernando Lobatón y Morales de 1687 y de nuevo en la Visita Pastoral diocesana de 1717, para luego desaparecer de las fuentes documentales hasta ahora consultadas.
En la misma iglesia existía la imagen de un Cristo crucificado que salía en procesión el Jueves Santo. Cristo crucificado que Juan A. Patrón ha identificado como el Santo Cristo de la Expiración, que actualmente se encuentra en la parroquia de la Divina Pastora de Facinas.
En la iglesia existía otra talla de gran devoción, Nuestra Señora de la Soledad. La imagen está documentada en 1651, 1685, y en el año 1687, según el testamento de Fernando Lobatón. Sin embargo no aparece en ninguna de las relaciones de las visitas pastorales de 1677, 1689 y 1717. Creemos que la imagen de la Soledad contaba con hermandad de culto y acabó fusionándose con la del Santo Rosario creada por fray Pablo de Cádiz en 1693. Una posibilidad que haría que la nueva hermandad fusionada fuera de una parte una cofradía penitencial de Semana Santa y de otra una cofradía de culto, oración y de entierros propia de los santos rosarios. Los tres rosarios públicos de Tarifa, según los datos proporcionados por el vicario Luis Bermúdez, en 1784, el correspondiente a San Mateo se menciona de esa forma, Santo Rosario de San Mateo. Pero los otros dos se encontraban, el de Santa María bajo la advocación de Nuestra Señora de la Soledad y el Rosario de la iglesia de San Bartolomé bajo advocación de Nuestra Señora de los Dolores, lo que de alguna manera corroboraría la hipótesis anterior. En ese siglo XVIII, la iglesia empezó a ser también conocida como iglesia o ermita de la Soledad debido a la importancia del culto a dicha imagen y a su papel en la procesión del Paso o del Encuentro con el Nazareno de Santiago en la plaza de Santa María.
Cofradías de la iglesia de Santiago o Jesús Nazareno
En 1643 se funda en Tarifa la cofradía de Jesús Nazareno en la iglesia o ermita de Santiago, según consta en el Libro VIII de Testamentos del archivo de San Mateo, en el cual consta una petición del presbítero tarifeño, Diego Palomino Abreu de Soria, al obispo de Cádiz para fundar una cofradía de nazarenos y abordar ciertos reparos en la iglesia de Santiago. El templo se llovía por estar retenidas las aguas, causando que se pudrieran las maderas, corriendo peligro las capillas, lo que provocaba gran dolor a la feligresía que sentía una gran devoción por la imagen de Jesús Nazareno y de la Virgen Santísima de la Anunciata, esperando que autorizase en ella una cofradía de nazarenos. Sobre todos estos pormenores remitimos a las publicaciones de Juan Antonio Patrón.
En la visita pastoral de 1677 consta que la cofradía del Nazareno tenía un alcance favorable de 536 reales. Igualmente, sabemos que en enero de 1691 la hermandad de Jesucristo Nazareno realizó un novenario en la iglesia mayor de San Mateo, para cuyos gastos el cabildo municipal libró 100 reales sobre los beneficios del arrendamiento de la dehesa de El Valle, novenario que se celebraba en honor de la festividad del Dulce Nombre de Jesús el 3 de enero.
La existencia en la vieja iglesia del barrio de la Aljaranda que se describe de nuevo en la visita pastoral diocesana de 1717.
El culto al Nazareno adquirió tanta importancia que desde el siglo XVIII el templo era conocido también como iglesias de Jesús, así como en el nomenclátor del callejero cercano al templo: Jesús, Amor de Dios, Afligidos y Amargura.
De la evolución de la cofradía de Jesús Nazareno durante el siglo XVIII apenas tenemos datos salvo en las rogativas junto a la Virgen de la Luz y el Santo Cristo del Convento por la Avenida de 1702, por lo que debemos suponer que la cofradía experimentó los clásicos altibajos que obligaron a tomar una medida muy al uso en la época, la creación en 1761 de un Patronato u Obra Pía, instituida por Carlos Moreno Nuñez de Prado, sobre la renta de un molino harinero situado en El Maestral. Estado administrativo en el que permanecieron imagen y cultos hasta la reconstrucción de la cofradía en el año 1863.
En síntesis, el patronato recogía los siguientes datos, la cantidad total que se dejaba era de cincuenta mil reales, a razón de mil quinientos reales anuales, con los cuales se atendían los gastos de adorno de las imágenes de Nuestra Padre Jesús Nazareno, Nuestra Señora del Desconsuelo, Señor San Juan y demás imágenes (como la Santa Mujer Verónica), que participaban en la procesión de la mañana del Viernes Santo. Hay que destacar que la figura de San Juan Evangelista es obra del escultor malacitano Fernando Ortiz realizada en 1637.
La procesión se realizaba con asistencia de todo el clero, precedido por la cruz parroquial y acompañamiento de la comunidad del convento de la Santísima Trinidad, gastando en “los reparos de ropas y alhajas” pertenecientes a las imágenes 286 reales; para la cera del altar y la distribuida en ciento cincuenta hachas, a las que se agregaban diez libras de cera para el clero y la comunidad trinitaria, 740 reales de vellón; para las obvenciones o gratificación al clero, a la comunidad trinitaria y a la música de acompañamiento, 324 reales; para el predicador del sermón en la misma mañana de la procesión, 60 reales, idéntica cantidad que se pagaba al patrono que regentaba la obra pía.
Cofradías de la iglesia parroquial de San Francisco
De singular importancia eran las cofradías del Santísimo Sacramento, la radicada en el templo de San Francisco de Asís era de gran antigüedad. En la visita pastoral de 1677 tuvo un saldo positivo en sus cuentas de 2.115 reales, mientras que entre los años 1682 y 1686 tuvo un balance negativo de 1.774 reales. En la visita pastoral de 1717 se nos comenta que poseía dos tributos, que importaban 711 reales a las que se sumaban las limosnas y cuotas de los hermanos.
La parroquia de San Francisco contó durante algún tiempo en el siglo XVII de una Orden Tercera Franciscana, encargada de ofrecer culto al titular de la parroquia, que tenía autorización del obispo de Cádiz para procesionar la imagen de San Francisco los cuatro domingos de cada mes desde el año de 1670: “ ... Nos Dn. Fr. Alonso Vazquez de Toledo por la gracia de Dios y de la Sta Sede Apostólica Obispo de Cádiz y Algeciras del Consejo de Su Majs. Católica. Por la presente concedemos licencia a los cofrades de la tercera orden de Nº Padre Sn Francisco para que los cuatro domingos de cada mes puedan hacer y hagan una procesión en la parroquial de Ntra. Iglesia del Sr. Sn. Francisco de la ciudad de Tarifa la cual saldrá por una puerta y entrará por la otra llevando con ella la imagen de Sn. Francisco su guion luçes encendidas acompañando todos los hermanos de la dha orden tercera y demás personas eclesiásticos y seculares de la dha ciudad que fuere su voluntad con toda veneración y compostura para todo lo referido, anexo, y a ello dependiente les concede más ntra licencia en forma bastante como de derecho se requiere y a todas las personas que asistieran a dha procesión les concedemos quarenta días de Indulgencias y valga por el tiempo que fuere nra voluntad, dada en nro palacio episcopal de Cádiz a quince días del mes de Agosto de mill seiscientos y setenta años...” .
Hacia el mes de octubre de 1762, la serie sacramental de entierros y defunciones recoge el nombre de una nueva cofradía con el nombre de Santo Rosario de Angustias, a quien también a veces se alude, en fechas posteriores, como Orden Tercera de Nuestra Señora de las Angustias. Era una típica hermandad de entierros, cuyos hermanos mediante una cuota recibían al final de sus vidas un entierro cristiano. Fue igualmente conocida con el nombre de los Dolores.
Cabe la posibilidad que la hermandad de Nuestra Señora de la Soledad de San Francisco, que aparece en un informe del año 1834, tuviese como titular a Nuestra Señora de las Angustias y sea, posiblemente, la que hoy conocemos como Nuestra Señora de la Amargura, preciosa talla barroca.
Cofradías del Real Convento de la Santísima Trinidad
Muy cercano a la iglesia de San Francisco se encontraba el real convento de la Santísima Trinidad, de la orden trinitaria calzada redentora de cautivos. Un centro religioso que era la residencia de dos cofradías. Primera, la llamada del Ave María conocida por el testamento de Fernando Lobatón y Morales (1687), también llamada como del Dulce Nombre o con el más ajustado de Real Congregación de Esclavos del Dulce Nombre de María, y que es mencionada de nuevo en 1718 en el testamento de Francisca Mencia Messa y Bustos, y posteriormente en el año de 1735 en el testamento de Juan Lozano, cofradía que contaba con un retablo en la iglesia del convento, la iglesia de San Julián.
La otra gran cofradía trinitaria era la del Santo Cristo del Convento, fechada en el primer tercio del siglo XVI, lo que la convierte en una de las figuras de Jesús Crucificado más antigua de la diócesis gaditana y cuya primera mención como titular de una cofradía, hasta hoy conocida, nos lleva al año 1728 y al testamento de Mateo de Gálvez y Mendoza. Aunque hace referencia en el mismo a una fecha anterior, 1722. Es decir, que la cofradía del Santo Cristo existía ya en el primer cuarto del siglo XVIII. Tal vez hay que remontarla a mediados o segunda mitad del siglo anterior, tal y como señalaba el cronista oficial de la ciudad, Francisco Terán Fernández, que ya existía en 1685. Por ello no es de extrañar que, en los estatutos de la hermandad del ya entonces Santo Cristo del Consuelo, de 1863, se nos hable de la existencia con anterioridad de la cofradía y de que su antigüedad no podía ser probada debido al extravío de documentos por parte del anterior hermano mayor.
El historiador trinitario fray Fernando de Torquemada decía lo siguiente sobre la imagen del Santo Cristo a mediados del siglo XVII: “ai una capilla mui buena su título es San Andrés apóstol sus fundadores fueron Juan Rodríguez Cádiz Luis Pérez Gallego y el jurado Juan Pérez de Villalba Gallegoarmadores de esta ciudad. En la capilla está un santo Christo que es la devoción maior del pueblo a un lado San Andrés y a otro San Juan Bautista es el santo Christo de altura de un hombre alto imagen de las mejores y más perfectas del reino y en las mayores necesidades acudiendo a ella con sus suplicas los aflijos siempre hallan Consuelo ha hecho y hace cada día ymnumerables maravillas…”. Lo que suscribe, igualmente, otro cronista trinitario, fray Domingo López: “… ay otro Altar llamado de san Andrés que tiene la efigie del Santo y la de S. Ioan Bautista, y en medio de las dos la de un devotísimo crucifixo de estatura mayor, que la natural de un hombre, es Imagen milagrosa, como muchas veces se ha experimentado…”. Del Cristo se decía por lo demás que había sudado dos veces sangre y existía de ello testimonio en el archivo del convento.
Tras la extinción del convento de la Santísima Trinidad, 1771, el Santo Cristo quedó en las dependencias de un cada vez más ruinoso convento. Por ello en el cabildo municipal del día 10 de Febrero de 1803, el gobernador Pedro Lobo hizo presente a la ciudad que la devotísima imagen se quedaría en la parroquia de San Francisco tras la instancia presentada por el Síndico Personero del Común, donde se le diera el debido culto en su nueva capilla con todas las insignias y retablo del antiguo convento. En la iglesia de San Francisco se colocó en la actual capilla costeada por sus devotos tarifeños. Se cree que el nombre de Cristo del Consuelo viene de esta época.
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