La inteligencia artificial traducirá los sonidos de las orcas en el Estrecho: ¿qué 'dicen' cuando embisten los timones?
Tarifa acoge el V Simposium Internacional sobre estos cetáceos, donde se ha presentado la primera herramienta capaz de clasificar en tiempo real sus vocalizaciones
El Gobierno pide "extremar precauciones" en el Estrecho de Gibraltar por la presencia de orcas

Tarifa/A bordo de un velero de recreo, en mitad del Estrecho de Gibraltar, un navegante que había partido de Cascais hacia el Mediterráneo miró el agua y vio emerger una silueta negra con una gran aleta enhiesta. Primero fue una, luego otra, deslizándose bajo la quilla con la precisión de un bailarín de ballet. En la cabina, un mensaje de Telegram se iluminó en la pantalla de su teléfono: "Ahoy sailors: There is no such thing as zero risk". Un crujido recorrió el casco. "Orcas often approach the Strait of Gibraltar during January and February". El hombre tragó saliva. Las orcas estaban allí.
Ahora, por primera vez, alguien intenta escuchar lo que dicen.
En Tarifa, donde el viento arrastra historias antiguas de navegantes y balleneros, la Universidad de La Laguna ha presentado un hito científico: la primera red neuronal diseñada para descifrar la comunicación de las orcas. No es una traducción, no es un diccionario. Es un algoritmo que aprende a distinguir patrones, a diferenciar gritos de juego de lamentos de advertencia, a clasificar, con la eficiencia de un matemático infalible, la sinfonía incesante que resuena bajo el agua. Desarrollada tras dos décadas de grabaciones en el zoológico Loro Parque de Tenerife, esta tecnología no necesita grandes infraestructuras: cabe en un miniordenador. Y puede, dicen sus creadores, ser instalada en embarcaciones para entender mejor las interacciones entre humanos y orcas.
"Las interacciones, así las llaman los científicos. Para los marineros del Estrecho, son otra cosa"
Las interacciones. Así las llaman los científicos y los ecologistas. Para los marineros del Estrecho, son otra cosa. El timón que gira alocadamente y el sonido seco de un golpe bajo el agua. En los últimos veranos, la presencia de estos cetáceos ha pasado de ser un reclamo para el turismo a un quebradero de cabeza para la náutica. Nadie sabe con exactitud qué impulsa a algunas orcas a embestir los timones de los barcos, ni por qué unas lo hacen y otras no. No hay pautas claras. Hay suposiciones, hipótesis, debates encendidos en foros de navegantes y una certeza: cruzar el Estrecho ya no es lo que era.
Los cantos de orca
Las orcas, conocidas por tener uno de los sistemas de comunicación vocal más complejos de la naturaleza, cuentan con dialectos únicos dentro de cada grupo familiar, formados por una o dos docenas de sonidos utilizados en diversas interacciones sociales. Hasta ahora, el estudio de estas señales vocales era limitado por la dificultad de seguir a estos mamíferos en el mar y la complejidad del proceso manual de clasificación de los sonidos, además de la limitación en la cantidad de datos disponibles.
“La bioacústica consiste en el estudio del comportamiento de comunicación de los animales a través de señales sonoras y es algo muy lento. Las grabaciones son eternas, de días y días”, explica Fernando Rosa, licenciado en Física Especialidad Astrofísica por la Universidad de La Laguna e investigador principal del grupo, en una entrevista con Europa Sur. “Con la inteligencia artificial hemos logrado analizar en media hora cinco años de datos y grabaciones”.
"Con la inteligencia artificial hemos logrado analizar en media hora cinco años de datos y grabaciones"
Este nuevo sistema automático permitirá a los científicos acceder a una base de datos mucho más extensa, lo que ayudará en el análisis estadístico y en la interpretación de los sonidos emitidos por las orcas en distintas situaciones. “Los investigadores de campo, desde el barco, despliegan un micrófono, un hidrófono para ser más exactos. Lo lanzan por la borda y graban el sonido que emiten las orcas. Ellas vocalizan a una frecuencia muy alta”, detalla Rosa. “Con estos datos, se podrá comprender su comportamiento y forma de actuar, lo que puede resultar muy útil en el conflicto de las interacciones con los veleros”.
Uno de los elementos más prometedores es la posibilidad de monitorizar ciertos aspectos del bienestar de los cetáceos a partir de los sonidos que producen. Esta práctica ya se utiliza con animales de granja, donde se han identificado sonidos que indican conflictos sociales y estrés, permitiendo intervenciones para mitigar problemas mediante cambios en el entorno. Aplicar esta tecnología a las orcas puede ayudar a monitorizar las interacciones entre las actividades humanas y las poblaciones de orcas salvajes, identificando sus reacciones ante la presencia humana.
Aunque por el momento esta herramienta está calibrada para identificar el dialecto específico de las orcas de Loro Parque, los investigadores ya están trabajando para adaptar la red neuronal a los dialectos de orcas salvajes y evaluar su efectividad en el entorno oceánico. “Elegimos a las orcas porque tenemos las instalaciones de Loro Parque muy cerca de la Universidad. Desde el año 2006, en sus piscinas hemos grabado millones de cantos de orcas”, señala Rosa. “El paso ahora es trasladar este sistema a las orcas salvajes y que los investigadores puedan estudiar millones de ficheros que tienen sin analizar”.
"Cuando mueven el timón, las orcas emiten un grito de júbilo. Lo que no saben es el daño que causan"
El estudio también abre nuevas perspectivas sobre el comportamiento de las orcas en situaciones de interacción con embarcaciones. “Tras ver varios vídeos y grabaciones de orcas interactuando con veleros en el Estrecho, me da la impresión de que, para ellas, se trata de un juego”, comenta Rosa desde Tarifa. “De hecho, cuando mueven el timón, emiten un grito de júbilo. Lo que no saben, como es lógico, es el daño que causan”.
Escuchar es un primer paso
La presentación de este avance coincide con un momento clave en el V Simposium Internacional de Orcas, donde expertos internacionales se reúnen durante esta semana en Tarifa para debatir sobre distintos aspectos relacionados con estas criaturas, incluyendo las recientes interacciones con veleros que han desencadenado, en ocasiones, el hundimiento de embarcaciones.
Presentes en todo el mundo, las orcas son cazadoras increíblemente inteligentes y, dependiendo de sus hábitats, las poblaciones se especializan en distintos tipos de presas. La población de la península ibérica, que tiene una dieta especializada y se alimenta sobre todo de atún rojo, está catalogada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza como en peligro crítico, con menos de 40 ejemplares.
Una posible explicación del reciente comportamiento de las orcas en el Estrecho podría estar relacionada con la abundancia de su principal alimento. El atún rojo del Atlántico, que estuvo en peligro de extinción debido a la sobrepesca, se ha recuperado recientemente gracias a la aplicación de cuotas de pesca sostenibles. Los almadraberos gaditanos llevan años observando cómo los túnidos, el alimento preferido de las orcas, adelantan cada vez más su viaje desde las frías aguas del Atlántico al Mediterráneo para aparearse.
Dicho esto, ser embestido por una orca (incluso juguetonamente) puede ser aterrador, por lo que los expertos recomiendan a las embarcaciones rodear los puntos calientes conocidos de orcas en el Estrecho de Gibraltar, o alejarse inmediatamente si un animal se acerca y dejar que otras embarcaciones de la zona sepan de su ubicación. En la mayoría de los incidentes documentados, una manada de orcas ha golpeado el timón de naves pequeñas y luego se ha alejado a gran velocidad. No hay informes de ataques de las orcas a las personas a bordo de las embarcaciones.
La inteligencia artificial no dará respuestas inmediatas. Pero escuchar es un primer paso. A fin de cuentas, el mar siempre ha sido un lenguaje en clave, una sucesión de sonidos indescifrables para quien no los sabe leer. Tal vez, dentro de un tiempo, la pantalla de un miniordenador en la cabina de un velero lance un aviso diferente: "Dos orcas juveniles, vocalizando en frecuencia de juego". Y, quizá entonces, el miedo se convierta en otra cosa.
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