Nombres de las calles de Tarifa (y IV)

Calle Florinda es llamada con tan sonoro nombre muy probablemente desde 1782, existiendo documentos de 1784 que ya la citan como tal

Nombres de las calles de Tarifa (I)

Nombres de las calles de Tarifa (II)

Nombres de las calles de Tarifa (III)

Un tramo de la calle de Sancho IV el Bravo.
Un tramo de la calle de Sancho IV el Bravo.
Andrés Sarria Muñoz

25 de agosto 2024 - 02:00

Tres calles confluyentes en la de la Luz

La calle Silos alude a los almacenes de grano que en otros tiempos hubo aquí. En 1873, al implantarse la I República, fue calle Guillén, en memoria del político Rafael Guillén Martínez (1827-1869), diputado a Cortes en 1869 y considerado un “mártir de la Libertad”. Sin embargo, ya en marzo de 1874 recobró su antiguo nombre de Silos.

Se rotuló calle Reina Regente en 1895, por María Cristina, viuda de Alfonso XII. Así se le agradecía su importante donación económica “para mejorar las desgracias de los pobres de la ciudad” a consecuencia de los fuertes temporales de aquel año.

En 1931, días después de proclamarse la II República, se designó calle Capitán Galán, en honor a Fermín Galán Rodríguez, militar ejecutado en diciembre de 1930 por participar en la sublevación de Jaca contra el régimen monárquico.

Al establecerse las autoridades franquistas en Tarifa durante la Guerra Civil, pasó a ser calle del General Mola en 1937, hasta que en 1983 volvió a su ancestral denominación de Silos.

Calle Silos, nombre relacionado con almacenes de cereales.
Calle Silos, nombre relacionado con almacenes de cereales.

La calle Moreno de Mora fue rotulada así en 1900 por José Moreno de Mora y Vitón (1825-1908), un acaudalado gaditano que financió obras benéficas en favor de Cádiz capital y de la provincia, en particular el Hospital Provincial, inaugurado en 1904. Por esta labor filantrópica fue nombrado Hijo Adoptivo de Tarifa en enero de 1900. En principio, se acordó dar su nombre a la actual calle General Vives (entonces calle Libertad), aunque finalmente se le dedicó la que hasta ese momento había sido calle de la Luna.

La estrechísima y recta calle Castelar se llamó antes calle de Peligros. En junio de 1899, con motivo del fallecimiento de Emilio Castelar y Ripoll (1832-1899), uno de los efímeros presidentes de la I República, el Ayuntamiento decidió que esta calle “llevará el nombre de Emilio Castelar”.

Previamente, en febrero de 1873, ya se le había dado el nombre de Castelar a la calzada de Solís, que iba desde la calle San Donato hasta la de Madre Purificación.

Calle Castelar, antes llamada calle de Peligros.
Calle Castelar, antes llamada calle de Peligros.

Como dato para anotar en la historia local, cabe decir que tan ilustre político republicano visitó Tarifa el 20 de diciembre de 1891, en camino hacia Vejer.

Entre las calles Castelar y Sancho el Bravo

Calle Pedro Cortés se llama desde 1937 la que siempre se conoció por San Antonio. Entre noviembre de 1932 y mayo de 1937 estuvo rotulada como calle Carmen de Burgos en homenaje a la almeriense Carmen de Burgos Seguí (1867-1932), que ejerció de periodista, escritora y activista por los derechos de la mujer.

El tarifeño Pedro Cortés Lozano fue un falangista que murió en abril de 1937 en el frente de Córdoba defendiendo “los gloriosos ideales de la Santa Cruzada Nacional, por la que se sacrificó”. La denominación aprobada en el pleno municipal fue “Falangista Cortés Lozano”, aunque en el rótulo colocado figuraría “Falangista Pedro Cortés”. Ya con la democracia, en los años de 1980, se transformó en el simple “Pedro Cortés”, menos cuestionado políticamente.

Pero la crónica sobre la rotulación de esta céntrica calle no ha terminado. Se generó cierta polémica por decidir el Ayuntamiento en 2016 nombrarla calle de los Trabajadores, no habiéndose consumado tal modificación. Así que a efectos prácticos sigue siendo Pedro Cortés.

Calle Florinda es llamada con tan sonoro nombre muy probablemente desde 1782, existiendo documentos de 1784 que ya la citan como tal. Hace referencia a Florinda la Cava, la legendaria hija del conde don Julián, gobernador visigodo de Ceuta. Según las crónicas, la joven y bella Florinda fue enviada a la corte de don Rodrigo, en Toledo, para su educación. Acabó siendo forzada por el rey, y don Julián se vengaría llegando a un acuerdo con los musulmanes para invadir la Península. Como consecuencia, se produjo la famosa batalla de Guadalete en el año 711, con la estrepitosa derrota de don Rodrigo.

El proyecto de reforma del callejero en 1891 se propuso eliminar los rótulos de las calles “que pertenecen a la Mitología o a la novela, como son el de Osiris, Florinda y otros”. A pesar de todo, esta calle conservó su eufónico nombre, que se ha mantenido hasta nuestros días sin alteración alguna.

La calleja Alférez Justino Pertíñez es la que tradicionalmente fue Santa Brígida, ubicada entre la calle Castelar y el comienzo de Sancho el Bravo, frente a la iglesia de San Mateo. El tarifeño Justino Pertíñez Topete murió el 7 de julio de 1925 en la guerra que España mantenía con los rifeños en el protectorado del norte de Marruecos. El 18 de julio de 1925, el Ayuntamiento determinó dedicarle una calle, optando finalmente por la hasta entonces llamada de Santa Brígida.

Otras calles desde la muralla norte hasta la iglesia de San Mateo

Calle de la Cilla hace referencia a almacén donde se recogía el producto de la renta decimal eclesiástica, es decir, el tributo del 10% que percibía la Iglesia de las cosechas. De ello se deduce que en esta calle se ubicaría el granero perteneciente al obispado gaditano, donde se guardaba el cereal aportado por los labradores tarifeños.

Calle San Rosendo, antigua de Cuatro Esquinas.
Calle San Rosendo, antigua de Cuatro Esquinas.

La que toda la vida fue Cuatro Esquinas se tituló en 1897 calle San Rosendo, sin que sepamos el porqué de este cambio. Es posible que algo tenga que ver el gran protagonismo que asumió este religioso benedictino, que vivió en el siglo X, en la formación de los reinos cristianos y en la lucha contra los musulmanes.

La calle Comendador debe el nombre a que en su momento un comendador eclesiástico tuvo aquí casa, convertida ahora en establecimiento hostelero. Entre 1931 y 1936, durante la República, se rotuló como calle Juan Escribano, en recuerdo de este republicano tarifeño del siglo XIX.

Calle Comendador esquina con Parras. Al fondo la torre-campanario de la iglesia de San Mateo.
Calle Comendador esquina con Parras. Al fondo la torre-campanario de la iglesia de San Mateo.

La calle Asedio fue así nombrada en 1863 “en memoria del que sufrió esta plaza en 1811 por el ejército francés”. Siempre se llamó calle del Retiro porque era la vía para entrar o salir por la puerta del Retiro, uno de los tres accesos del recinto amurallado.

La calle General Copons es de nueva creación en la década de 1890, tras haberse embovedado el cauce del arroyo que por aquí discurrió hasta 1889.

El Consistorio decidió en agosto de 1897 que desde la Puerta del Mar hasta la del Retiro sería calle de Sancho el Bravo. Pero solo unos meses después, el 4 de diciembre, rectificó el nombre de las calles, determinando que “el trozo desde la puerta del Retiro a la iglesia de San Mateo se llamará General Copons”. Desde entonces no ha variado el nombre.

Recordemos que el general Francisco Copons y Navia fue el comandante de las fuerzas defensoras de Tarifa contra el ataque de las tropas napoleónicas entre finales de diciembre de 1811 y primeros días de enero de 1812.

Plaza de Oviedo está así rotulada desde enero de 1938 en homenaje a los militares que en 1936 se sublevaron contra la República en aquella ciudad de Asturias.

De tiempo inmemorial, ésta ha sido la plaza de los Perdones (también del Perdón) por la puerta homónima de la iglesia de San Mateo. El primer cambio de nombre ocurrió en abril de 1820, al determinar el Ayuntamiento constitucional que “se fije una lápida en la plaza de los Perdones en que se titule ‘Plaza del Inmortal Riego’”. Esta denominación fue suprimida al finalizar el Trienio Revolucionario (1820-1823) y restablecerse la autoridad absolutista de Fernando VII, volviendo a ser plaza de los Perdones.

Un lateral de la plaza de Oviedo, llamada de los Perdones de tiempo inmemorial.
Un lateral de la plaza de Oviedo, llamada de los Perdones de tiempo inmemorial.

En 1863 pasó a llamarse plaza Batalla del Salado “en recuerdo de la que se dio en las inmediaciones de esta ciudad en 1340”.

Entre diciembre de 1897 y enero de 1938 fue plaza de Sagasta, en memoria de Práxedes M. Mateo-Sagasta y Escolar, político liberal, fundador del Partido Liberal-Fusionista, y presidente del Consejo de ministros en siete etapas entre 1870 y 1902.

El Ayuntamiento dispuso en 1943 designarla plaza del Padre Marchena, aunque tal cambio no se produjo realmente, continuando como plaza de Oviedo hasta la actualidad. No obstante, también ha sido conocida popularmente como plaza de la Cruz de los Caídos desde que en 1948 se colocó aquí una cruz “en recuerdo de los que dieron su vida por España”, que en 1985 fue reubicada en el cementerio municipal.

Las antiguas calzadas y su transformación en la nueva calle de Sancho el Bravo

Hasta su desvío en 1889, el arroyo Angorrilla o de Tarifa cruzaba por el medio del pueblo. Por su margen izquierda discurría la calzada de San Mateo entre las esquinas con las calles del Privilegio y San Donato. A continuación, venía la calzada de Solís, refiriéndose al propietario de la antigua casa nº 4, el noble tarifeño Fernando Solís y Mendoza (1627-1691), que fue corregidor de Gibraltar y capitán general de Artillería del reino de León. Esta calzada terminaba en la calle Madre Purificación, al toparse con el hospital de la Caridad o de la Misericordia.

Por la margen derecha del arroyo discurría la calzada de los Perdones desde el puente de San Mateo hasta el callejón de San Joaquín. Este trayecto incluía la llamada entonces plaza del Pan, que es ese ensanche entre el Café Central y la calle de la Luz. A partir de la calle San Francisco discurría la calzada del Hospital, por el conocido como Hospitalito, terminando en la calle Reyes Católicos, puesto que ahí se juntaban las viviendas con el arroyo.

Calle Asedio, fue antes la calle del Retiro.
Calle Asedio, fue antes la calle del Retiro.

En el gran cambio del nomenclátor aprobado por el Consistorio en diciembre de 1863, la calzada de San Mateo se prolongó hasta el fin de la de Solís, suprimiéndose este nombre. Pero al poco, José de Solís y Jácome, sexto marqués de Tablantes, domiciliado en Sevilla, presentó una reclamación lamentando la desaparición de su apellido como nombre de una de las calles de la ciudad. Así que, en agosto de 1865, el Ayuntamiento, “tomando en consideración la pretensión, y penetrado de la conveniencia de mantener el recuerdo de los hijos de Tarifa que por su ciencia o servicios han conquistado un puesto distinguido entre los hombres célebres, acordó se devuelva el antiguo nombre de Solís a la calzada continuación de la de San Mateo”.

Por otro lado, las calzadas de los Perdones y del Hospital fueron consideradas en 1863 como una sola vía, renombrándolas calle de Don Sancho el Bravo, “que arrancó esta plaza de la nación de los moros y le concedió muchos privilegios”. Es decir, todo el lateral derecho del arroyo desde San Mateo hasta Puerta del Mar se designaba calzada o calle de Sancho el Bravo, numerándose las casas de forma correlativa, terminando en el portal nº 10 próximo a la calle Reyes Católicos.

En febrero de 1873, la calzada de San Mateo se denominó Calzada de Figueras, por Estanislao Figueras Moraga, uno de los presidentes de la I República; aunque este nombre solo le duró un año, volviendo a ser San Mateo en 1874. De igual forma, la Calzada de Solís se nombró Calzada de Castelar, que tampoco tuvo mucho recorrido.

Tras la desviación del arroyo fue construido el alcantarillado en el antiguo cauce y rellenado éste hasta formar una nueva y amplia calle principal. En un pleno de julio de 1891 se trató sobre el cambio en los nombres del callejero, determinando que “al desaparecer el arroyo se aplique a esta gran vía el nombre de Sancho el Bravo, limitado hoy a una de las calzadas”. Luego, en agosto de 1897, el Ayuntamiento acordó que se llamara así desde la Puerta del Retiro hasta la del Mar. Sin embargo, unos meses después determinó nombrar calle del General Copons el trozo desde la Puerta del Retiro hasta la iglesia de San Mateo. Y de esta forma quedaron rotuladas sin más variación hasta la fecha. 

stats