Tarde de poderío y conocimiento

Tarifa/Tarde apoteósica para Manuel Escribano que no pudo celebrar mejor su vigésimo aniversario desde que tomó la alternativa además de sus 40 años. El torero de Gerena (Sevilla) y con raíces en Tarifa, salió por la puerta grande al cortar 11 orejas y un rabo.

Los toros de las ganaderías gaditanas también estuvieron a la altura. Todos fueron banderilleados por Escribano en un alarde de técnica y físico.

El maestro estuvo acompañado en su encerrona con amigos tarifeños y por su novia, la actriz, empresaria y modelo, Laura Sánchez, que le animó como la que más, pidiendo con insistencia los premios después de cada astado. Tampoco quiso perderse la corrida el torero Juan José Padilla y su familia.

Con su primer toro, de la ganadería Palmosilla, también de Tarifa, Escribano cortó una oreja y a punto estuvo de obtener otro trofeo si el presidente hubiera tenido en cuenta las insistencias del público, entre ellos un aficionado con un caña de pescar al que había atado seis pañuelos blancos que agitaba sin parar después de cada toro.

Con su segundo, el maestro se tuvo que emplear a fondo. El animal de la ganadería del Torero, no se lo puso fácil, le dejó sin tiempo para respirar, pero lo supo torear con chicuelinas con el capote, molinetes y dobles de pecho en buenas tandas a un toro muy batallador desde el principio. Dos orejas.

Al tercero de Fuente Ymbro lo recibió Escribano con un pase de espalda. Un gran toro con buena condición pero se desfondó pronto con el que cogió aire, tras los dos primeros encastados y exigentes. El premio, dos orejas.

El cuarto de la ganadería de Carlos Núñez, noblón y manso. Escribano con la espada está hecho un cañón. Dos orejas.

Con el toro de Núñez del Cubillo, el quinto, erró con la muleta a la primera. Se llevó los dos trofeos tras una faena en el que estuvo bien, variado y fresco de cabeza. Pinchazo arriba y una segunda estocada de rápido efecto. Brindó a Espartaco padre. Dos orejas.

Sexto toro de Salvador Gavira. Más difícil… derrotaba y no tenía fijeza. Escribano demostró un físico tremendo pero también bien mucha técnica, sobre todo en la segunda mitad de la corrida. Dos orejas y un rabo, mientras le cantaron el cumpleaños feliz.