La tribuna
Una madre de novela
Tecnología
Si se hiciese ahora mismo una encuesta entre consumidores sobre marcas actuales de televisores que conocen, es posible que pocos de ellos citen a Grundig. Sin embargo, si se elimina de esa pregunta el matiz actual y, más allá, si se sustituye el verbo conocer por recordar, seguro que entonces sí que serían mayoría (especialmente si pertenecen a determinadas franjas de edad) los que citarían a la marca alemana.
Porque puede que en los últimos años haya perdido predicamento entre los usuarios españoles, pero los televisores Grundig fueron durante décadas un elemento imprescindible en los hogares de nuestro país.
Pero Grundig está lejos de ser una marca del pasado. Goza de una salud extraordinaria, con un nutrido catálogo de productos de electrónica de consumo, en categorías como electrodomésticos, cuidado personal, audio o, como el caso que nos ocupa, televisores.
A lo largo de las últimas temporadas, la firma ha puesto en el mercado español una serie de interesantes propuestas de teles, de distintas gamas, tecnologías y, claro, también rangos de precios.
El modelo que aquí analizamos no es el más potente del que dispone ahora mismo la marca, pero es una buena muestra de que no es necesario arruinarse para hacerse con una tele con gran calidad de imagen y sonido y a la que no le falta de nada.
El televisor Grundig GGU 8960, que forma parte de la serie Vision8+, está disponible en tamaños de 65 y 55 pulgadas (nosotros hemos probado el primero), ambos con características muy similares.
El televisor tiene un diseño cuidado, con un buen acabado general, y se puede instalar en la pared o sobre un mueble utilizando el soporte que trae. Este soporte es muy estable, pero la extensión de sus patas es considerable, por lo que necesitaremos una superficie amplia para colocarlo.
Antes de entrar a detallar cómo son la pantalla, la calidad de imagen o el sonido, en su interior lleva un procesador Quad Core (con 16 GB de almacenamiento interno) y, a diferencia de otros fabricantes que apuestan por sistemas operativos propios construidos sobre Android o que lo versionan (con mayor o menor éxito), Grundig instala directamente Android TV, además actualizable, lo que amplía la vida útil del televisor.
Gracias al procesador y a que no lleva capas adicionales de software sobre el sistema operativo base, el televisor se comporta en todo momento de forma muy fluida, tanto dentro de aplicaciones como en el paso de una aplicación a otra. Por supuesto, al llevar Android TV, la integración con las aplicaciones de Google es perfecta.
En este apartado de integración merece la pena incluir que lleva incorporado Chromecast, para poder transmitir contenidos fácilmente desde el teléfono / tablet a la tele.
El modelo que hemos probado cuenta con una pantalla LED de 65 pulgadas, con resolución 4K UHD (3840 x 2160 píxeles), que ofrece una imagen nítida, detallada y con colores vivos. Es compatible con tecnología HDR10+ (mejora el contraste y el brillo de las escenas) e incluye el sistema Micro Dimming, que adapta la iluminación de la pantalla según el contenido, creando hasta 512 zonas de atenuación local.
Como es de esperar, la tele dispone de un completo menú de ajustes para personalizar al detalle la experiencia de imagen (también de otros puntos, claro) según las preferencias de cada usuario, pero hemos de decir que apenas hemos tenido que tocar nada (salvo para comprobar el efecto que tenía mover de un lado a otro cada parámetro). Los ajustes de fábrica son muy buenos y no precisan de demasiados retoques de entrada, cosa de agradecer.
En el apartado de sonido, este Vision8+ obtiene también muy buena nota. Lleva altavoces de 40 W (20 W por canal) integrados en la parte frontal inferior, con sistema de sonido desarrollado en colaboración con la marca de audio alemana ELAC (especialista, entre otras cosas, en cajas acústicas).
La calibración y su emplazamiento permiten un sonido de calidad, un efecto mejorado aún más por el sistema de audio Magic Fidelity, un algoritmo de sonido que ofrece una experiencia acústica envolvente. Es también compatible con tecnología Dolby Atmos y, como decíamos, el sonido es más que decente para un televisor de este rango de precio. No necesita una barra de sonido para complementarlo, aunque obviamente el resultado siempre es mejor cuando se instala una a casi cualquier tele.
Antes de pasar a la conectividad, merece la pena destacar su modo juego, que ajusta la imagen y el sonido para ofrecer una respuesta más rápida y una experiencia de juego más fluida. No llega al sobresaliente en este apartado, pero rinde bastante bien con videojuegos de distintos géneros, incluso con los gráficamente más exigentes.
En cuanto a la conectividad, el televisor dispone de cuatro puertos HDMI (uno con ARC), dos puertos USB (uno con función PVR), un Ethernet, una salida óptica de audio, una entrada de antena (DVB-T2/C/S2) y un conector para auriculares, además, claro, de Wi-Fi y Bluetooth para conectar dispositivos externos.
El televisor Grundig GGU 8960 se puede controlar mediante el mando a distancia incluido o con la voz, ya que es compatible con el Asistente de Google. También se puede usar el smartphone o tablet como mando a distancia, gracias a la aplicación Smart Remote.
En el mando, por cierto, hay accesos directos a Netflix, Prime Video, Disney+, Spotify, YouTube y Google Play, aparte del al propio Asistente de Google, lo que hace aún más cómodo su manejo.
(*El dispositivo fue cedido por Grundig para su prueba)
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