¿Y si Heidi se dedicara ahora a ajusticiar nazis en los Alpes?

Heidi se nos ha hecho adulta. El bucólico personaje de serie infantil nipona que sacudió los corazones de madres y abuelitas en los meses previos a la muerte de Franco, cuando se estrenó en TVE, ahora se dedica a perseguir nazis y a ponerlo difícil ante un régimen en Suiza que margina a los que no son tolerantes a la lactosa.

La Heidi animada japonesa, que se estrenó en su país en 1974, abrió mercado en Europa a través de la cadena española y otras emisoras nacionales. En España (donde Heidi se estrenó en las tardes pero al cabo de un mes pasó a la estelar sobremesa de los sábados) y en otros países vieron en las producciones orientales un filón melodramático que reunía de forma dulce a las familias y podían rentabilizarse comercialmente con productos de merchandising con la efigie de sus personajes. A Heidi le sucedió Marco, que en 1976 se estrenó casi de forma simultánea en Japón y España, pero el segundo gran éxito de estas telenovelas animadas, estrenada en Japón en 1975, fue El perro de Flandes, que tuvo sus idas y venidas por la programación porque los directivos de TVE entendían que era demasiado dramática para los niños. Sólo se emitió la primera parte e incluso la segunda parte de la serie cuando llegó a España de nuevo en los años 90, se censuró su cruel final.

Heidi era dulzura y optimismo. La chica que en su inmenso columpio enseñaba su ropa interior, con una sonrisa que le cubría media cara. Su mejor amigo era el cabrero Pedro en ese exilio de llevarla al último confín de los Alpes para que la criara su abuelo. Con las semanas la audiencia conoció a Clara, la niña inválida de Frankfurt adonde era llevaba la cascabelera Heidi, y a la señorita Rottenmeier, la severa institutriz de Clara que ha pasado a la posterioridad como alusión a las mujeres que se pasan de estrictas (cuando aún los maestros, y maestras, de escuela se permitían infligir castigos corporales en nuestro país).

Pues ahora, en la película suiza que se estrena el 24 de noviembre, aparece la fisonomía más gore en torno a la niña de los Alpes. En Mad Heidi, dirigida por Johannes Hartmann y Sandro Klopfstein, el país de los suizos se transforma en una dictadura dirigida por el presidente Meili. La joven alpina, interpretada por Alice Lucy, tendrá que ajustar cuentas con los sicarios del dictador que aspira a dominar el mundo. Después de asesinar a su amigo negro, Isaac, Heidi no tendrá otra justificación en la vida que acabar con el régimen que lo ha matado.

El dictador de Mad Heidi está interpretado por Casper Van Dien, que treinta años atrás protagonizó Starship Troopers, otra crítica contra las opresiones fascistas. En este caso, en Mad Heidi, en forma de cómic sangriento y parodia de géneros.