La foto que explica el interés de 'El Hormiguero' por contar en primicia con Jorge Martín

En plena campaña de desacreditación de RTVE contra Antena 3, por ser la cadena más vista e influyente, y en concreto contra El Hormiguero y su conductor, Pablo Motos, aparece la figura por la que pataleó La Revuelta, el campeón de Moto GP Jorge Martín, y demuestra que está a kilómetros de distancia de la interesada berrea de David Broncano. El deportista quería estar apartado de "la polémica", del enfado de La Revuelta cuando los representantes del piloto comprobaron que existía un acuerdo de primicia por el que Martín debía pasar antes por El Hormiguero. Un acuerdo firmado, como se acuerdan tantas cosas para que el mundo esté regulado y funcione. Pero en RTVE se han sentido dolidos, aparentemente, porque no se cumpla el acuerdo de un tercero. Firmado antes. Un pacto por el que la dirección de RTVE (este jueves será efectiva con el nombramiento de José Pablo López como presidente) aceptó dar vía libre a la protesta sobreactuada de Broncano (el documental de ciervos durante la duración que debía ocupar la entrevista truncada) y con ella, tergiversar y despertar odio en las redes sociales contra su rival. RTVE ha llevado el tema a sus tertulias de actualidad e incluso como noticia en los Telediarios (da igual el momento y el orden de la escaleta). Están pasando cosas gravísimas en España, no en la política, sino en Valencia, mientras en la cadena pública se encuentran enfrascados en la orden desde la Moncloa de hundir al programa de Antena 3.

El piloto madrileño tiene tanta pericia y ambición sobre el alquitrán como personalidad y calidez humana en las distancias cortas. Ni Broncano, ni la exigencia de Motos por el cumplimento de un contrato, pueden deslucir la altura deportiva y personal de Martín, quien se integró con todo su entusiasmo a las preguntas de El Hormiguero, a las bromas de Trancas y Barrancas, las ocurrencias de El Monaguillo, y a la sorpresa de la prueba de acción que aguardaba en la entrega de este miércoles.

"Estoy más solicitado que el bitcoin", sonrió el feliz campeón cuando se aludió de forma indirecta a verse envuelto en la polémica. Y no era necesario añadir nada más ante la campaña de desprestigio en el que se empeña la órbita mediática del Gobierno de Pedro Sánchez y sus socios contra Pablo Motos.

El presentador valenciano deseaba tener en primicia al piloto al terminar la temporada (ya hubiera sido campeón o no), una hora en prime time dedicada como protagonista, respecto a las entrevistas deportivas ofrecidas en el resto de medios. Y era una noche para ensalzarlo como campeón llevando al plató el trofeo del mundial de Moto GP. Un valioso trofeo en el que cada nombre de su campeón anual va agregrándose en forma de una chapa grabada. Los nombres de los campeones van haciendo ascender ese trofeo que Motos alzó ante el propio campeón. Una entrevista especial que se había acordado para que Martín tuviera su gran momento en la noche televisiva y que se topó con la descoordinación de uno de sus representantes que lo había llevado la semana pasada al plató de La Revuelta, entrevista que de todas formas se grabó para que David Broncano, tras su pataleta y la entrevista de ayer, pueda emitirla cuando le parezca oportuno.

Martín habló de sus esfuerzos desde niño, los desvelos de su familia, el empeño de un equipo, del equipo de una moto satélite, para gestar una proeza inédita en el Mundial. El campeón habló con todo su afecto hacia el subcampeón, el italiano Pecco Bagnaia, un amigo personal con el que compartía habitación cuando dormían en literas, soñado como pipiolos en ser grandes en la competición. Una lección de humildad y humanidad, cualidades que han desaparecido vorazmente en redes como X.

Martín se encontró con Albert Espinosa, todo un ejemplo de vida, de humor, de buena gente. Su libro El mundo amarillo sirivió a Jorge Martín este año a ser mejor deportista, mejor persona. Vivir el momento y dedicarse a vivir.

Y en esas hay que recordar a esos medios y perfiles de X que dicen que El Hormiguero es un programa que se dedica a blanquear a los fascistas.