Lo que Dios da

Lo de Morante pasa factura. En la cabeza y en la memoria, la sentimental y la analítica. Lástima que no se pueda suspender la Feria. Sería lo más sensato.

Hablando de insensateces, así se llamaba —Insensato— el tercer toro de Jandilla. ¡Qué toro! ¡Qué bravo! Incomprensible que no se le concediera la vuelta al ruedo en el arrastre. Ha sido uno de los toros de la feria, mucho más encastado que el de Domingo Hernández. La corrida de Jandilla ha sido una pintura. Borja Domecq estará contento allá arriba.

Ayer, al finalizar el festejo, Curro Romero dijo: "Morante tiene lo que Dios da". Lo comentó en la misma plaza, cuando intentaba salir desde el balconcillo de grada donde presenció el espectáculo. Lo que Dios da.

En el reparto de virtudes, Dios no es ecuánime, desde luego. Y mucho menos con los toreros. Hoy se ha comprobado. El joven Tomás Rufo posee actitudes suficientes para vivir del toro. Tiene poder y ambición, que no son poca cosa. Pero la clase es sólo para unos pocos tocados con la varita.

La Puerta del Príncipe del toledado, la segunda en su precoz carrera, se antoja excesiva. Con una oreja por cada toro y la vuelta al ruedo para Insensato, va que chuta. Qué pena no haber lucido más a ese toro, haberlo citado de largo, verle galopar y meter la cara, con ese tranco que tenía. Los toreros deben adaptarse a sus toros, no al revés.

Pablo Aguado no tuvo lote este resacoso Jueves de Farolillos. Ni el sobrero ni el quinto servían. Con este último, que poseía buena condición pero nula fuerza, el sevillano dejó entrever su toreo caro, ese que también caló en el alma de La Maestranza hace cuatro primaveras. "Porque el toreo es tan bonito como un amor imposible, ése que a lo mejor ya no vuelve o puede volver mañana mismo", que escribió Alfonso Navalón.

Y sobre José María Manzanares, tuvo. En pasado. Tuvo virtudes que lo convirtieron en el diestro consentido del Arenal, en el príncipe de Sevilla. Pero los años han transcurrido y el momento de la retirada asoma por el horizonte. Tampoco hay que abusar de lo que da Dios.

La marea tras el paso de Morante y otra tarde de calor aplomado han arrastrado la taquilla, que sólo ha rellenado tres cuartos de los tendidos. Lo avisado: habría que suspender la Feria por causa de fuerza mayor.

El cartel del viernes

Sebastián Castella

Otro de los toreros "reaparecidos" en esta Feria de Abril, que anunció su retirada temporal de los ruedos a finales de 2020. El francés mantiene un fuerte vínculo con la ciudad de Sevilla, tanto en su vida profesional como personal. En la Feria de San Miguel de 2016, rozó la Puerta del Príncipe tras desorejar a un toro de Olga Jiménez.

Juan Ortega

Vuelve a La Maestranza tras la histórica tarde en la que Morante de la Puebla cortó un rabo. Ese Miércoles de Farolillos, Ortega brilló toreando de capa muy despacio, y sin amilarnarse, respondiendo en quites. Es su último paseíllo en el abono hispalense.

Roca Rey

Hace exactamente una semana, el pasado viernes, Roca Rey abría su primera Puerta del Príncipe tras encontrarse con el toro 'Halcón', de Cuvillo. La ambición del peruano no tiene fondo, así que intentará repetir la gesta por todos los medios.

Victoriano del Río

Es una de las ganaderías que siempre se anuncian durante la Feria de Abril, con un punto de picante por encima de otras del encaste Juan Pedro Domecq. El año pasado, Tomás Rufo abrió la Puerta del Príncipe con esta divisa madrileña.