Banderillas lilas y digestiones pesadas

Camino de La Maestranza empezaron a caer goterones gordos como ubres. Durante el primer toro, llovió. También encendieron las luces instaladas en los tejadillos. El agua se secaba nada más posarse sobre el ladrillo recalentado durante tantas tardes. ¡Qué placer mojarse! Nos inundaba una alegría casi infantil al sentir el frescor en el rostro y sobre los hombros.

Estas tardes calurosas de abril, progresivamente, los caballeros han ido cambiando el traje por las guayaberas. Los vestidos de gitana también han ido disminuyendo. Al segundo toro, escampó. Vaya por Dios.

A la cuadrilla de Castella le ha dado por usar hoy banderillas lilas. Una cosa extraña. El matador francés es algo excéntrico también. A lo largo del año y pico que ha estado retirado de los ruedos, le ha dado por el arte. De pincel, no de muleta. Pintaba capotes. Las cosas de cada cual. No ha estado fino en Sevilla, principalmente ante el cuarto, que era un manso con guasa y peligro sordo, como toda la corrida de Victoriano del Rio. Embestía a arreones y, a base de cabezonería, lo violentó todavía más. Con el primero sí anduvo bien, con mucha más clase.

Los tiempos muertos en los toros son de difícil digestión. Esos paseos de los matadores y los subalternos, esos lapsos para que los toros "se recuperen"… Qué indigesto todo. Las cuadrillas hoy han sudado tinta.

Juan Ortega se ha pasado de faena con sus dos toros. Han terminado rajados y aculados en tablas. El sentido de la medida es fundamental y más si sorteas a dos borricos. El quinto, sardo de capa, muy bonito, eso sí, iba a juego con el vestido del torero, que se ha hecho un terno visón con los bordados en azabache. El visón es un gris amarronado bastante triste, muy práctico para tapizar sofás.

El de Victoriano del Río que cerraba plaza era igual de manso y puñetero que los cinco anteriores. La gente le dio por protestarlo de salida por si lo echaban para atrás. ¡Pedir que la presidencia devuelva un toro por manso! El mismo público que aplaudió al tercero en el arrastre, sin una gota de casta, pero muy corretón. Y la misma afición que pidió una oreja para Roca Rey tras una faena vulgar rematada de un bajonazo.

El peruano ha estado a punto de volver a abrir la Puerta del Príncipe. El tirón taquillero es suyo y sus partidarios quieren verlo triunfar a diario. Con el sexto se ha pegado un arrimón escalofriante. De mucho mérito. Los tendidos reclamaron las dos orejas que, sumada a la primera, habrían sumado la cifra mágica. El presidente, Fernando Fernández-Figueroa, hizo bien en mantener la calma y conceder sólo una. De lo contrario, a este paso, la Puerta del Príncipe corre el peligro de devaluarse tanto como la moneda de un país en guerra.

Mañana regresa Morante. El venezolano César Girón logró cortar dos rabos en Sevilla en menos de 48 horas. Quién sabe.

El cartel del sábado

Antonio Ribeiro Telles

El rejoneador portugués abrirá cartel y estoqueará un toro de la divisa lusa de Passanha. Su inclusión se debe a una petición expresa de Morante para conmemorar el 40 aniversario de la alternativa de Ribeiro Telles. Un gesto de romanticismo.

Morante de la Puebla

El sevillano regresa a La Maestranza después de la catarsis del Miércoles de Farolillos, cuando cortó un rabo y abrió la Puerta del Príncipe en una tarde histórica para el toreo. La afición continúa conmocionada desde entonces. Se rumorea que el cigarrero estrenará otro terno de inspiración 'Gallista'.

Cayetano Rivera

Primer y único paseíllo de Cayetano en la Feria de Abril. El año pasado, con la corrida de Matilla, los tendidos pidieron para él una oreja que, finalmente, el palco no concedió. Su inclusión en los carteles siempre despierta revuelo y curiosidad entre la 'jet set'.

Ginés Marín

El joven diestro a punto estuvo de quedarse fuera de los carteles de Sevilla, a pesar de su buena actuación en la última Feria de San Miguel, en la que cortó una oreja a un toro de Juan Pedro Domecq. Suma ya dos Puertas Grandes en Madrid, pero le falta la del Príncipe.

El Torero

Los toros de Lola Domecq, hija del fallecido Salvador Domecq, regresan a La Maestranza dentro de las pocas novedades ganaderas en el abono hispalense para suplir los huecos dejados por Juan Pedro Domecq, que se ha quedado fuera del serial.