Pilar Cernuda
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Juan Ortega. Matador de toros
Juan Ortega (Sevilla, 1990), otro de los matadores de toros sin apenas oportunidades, ha dado un paso importante con su triunfo en Las Ventas el pasado miércoles, en la corrida de la festividad de la Virgen de la Paloma, donde cortó una oreja y fue elogiado positivamente y de manera unánime por la crítica. Ingeniero agrónomo, arrancó su última etapa de la mano del maestro Pepe Luis Vargas en noviembre de 2016, quien volvió a motivarlo en momentos difíciles. El torero sevillano podría ser contratado para la próxima Feria de Otoño.
–Juan, las crónicas recogen que hizo un toreo exquisito y que brilló al natural...
–Sí y lo importante es que hubo unanimidad. Es curioso, ese toro al que corté la oreja tenía mejor pitón derecho porque por el izquierdo embestía un poco más aplomado. Lo cuajé por el derecho y en las crónicas dijeron que había estado mejor al natural. Fueron menos muletazos, pero con más profundidad.
–¿Cómo lo vivió interiormente?
–En Las Ventas siempre he acudido muy preocupado... con ese patio de cuadrillas tan oscuro, negro, la plaza tan grande, el toro..., mirando la bandera por si hay viento. Sin embargo, el domingo, antes de torear pensaba: ‘Me gusta’ y salí a disfrutar. Esa mentalización hizo que saliera de otra manera.
–¿Cómo fue la actuación?
–El primer toro lo vi rápido. Tenía un pitón derecho bueno y buen galope. Tenía temperamento. Empecé toreando por bajo y noté enseguida la conexión con el público, que ya no solté en toda la tarde. Lo que hice es ser fiel a lo que he mamado desde pequeño, a la pureza. Torear con los vuelos es muy difícil con ese pedazo de toro. Como veía respuesta por parte del público me iba creciendo y entré muy cortito a matar para cobrar la estocada y la oreja.
–¿Y con el otro toro?
–En mi segundo me lo tomé como si empezara desde cero. Pero con la muleta no hubo opciones, fue un marmolillo.
–Llegaba a Madrid sin apenas bagaje.
–Había toreado dos corridas en México, en Jerez, y una en España, en Navas de San Juan, donde salí a hombros.
–Con tan pocos festejos, ¿pensaba que se lo jugaba todo a una carta?
–Sí, totalmente. Era consciente de que me jugaba todo a una carta, aunque no quería pensar en ello.
–¿Salió con más presión a la plaza?
–Esta vez me la dejé guardada en el cajón, en Sevilla. A mí la presión no me ayuda. Prefiero tener la mente más despejada.
–¿Qué es lo más importante que le ha aportado Pepe Luis Vargas en este período?
–Una de las cosas que me dijo el maestro Pepe Luis cuando comenzó el apoderamiento es que tenía que llegar un día en que con quince o veinte muletazos tenía que ser capaz de cortar una oreja a un toro. Eso conlleva que tienes que poner el alma cuando toreas para transmitir. Poco a poco es lo que voy haciendo y he sacado en Madrid. Fue una faena corta. No hay que buscar la cantidad, sino la calidad.
–Están organizando la Feria de Otoño con sorteo ¿qué opinión le merece? ¿intentará estar?
–Ojalá lleguemos a un acuerdo porque lo que quiero a corto plazo es torear lo antes posible en Las Ventas. Lo del sorteo me da igual.
–¿Este toque de atención puede servir para que pueda debutar como matador en Sevilla?
–Confío en la fuerza de Madrid y me gustaría debutar como matador el año que viene en mi tierra. A toreros que han tenido buenas actuaciones en Las Ventas, como Octavio Chacón, Javier Cortés, Álvaro Lorenzo y Jiménez Fortes, los están teniendo en cuenta en la temporada.
–¿En qué ha cambiado su toreo?
–Sigo en la misma línea, en el mismo camino en el que intento profundizar y crecer.
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